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ANDALUCÍA

Moreno defiende el orgullo LGTBI y combatir la violencia machista pero excusa los pactos revisionistas de PP y Vox

Daniel Cela

28 de junio de 2023 13:25 h

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Desde un Parlamento donde ondea, desde hace una semana, la bandera arcoiris junto a la bandera andaluza, el presidente Juan Manuel Moreno ha pronunciado un discurso de más de una hora presentando a su Gobierno como ejemplo de estabilidad política, seguridad jurídica y compromiso firme con políticas públicas que hasta la irrupción de Vox eran un consenso social sólido: la lucha contra la violencia de género y la defensa de los derechos LGTBI.

Faltan nueve días para que arranque la campaña para las elecciones generales del 23 de julio y el retrato que Moreno ha hecho de su primer año de legislatura es un reflejo en el que Alberto Núñez Feijóo puede mirarse: una mayoría absoluta que permite al PP gobernar en Andalucía sin las ataduras ni las exigencias que Vox está imponiendo a los populares en otros territorios.

Un presidente del PP capaz de defender sin ambages el orgullo LGTBI y las políticas públicas contra la violencia de género, mientras su partido construye a trompicones pactos de gobierno en ayuntamientos y comunidades autónomas de España donde se retiran banderas LGTBI de las fachadas, se censuran libros feministas y se dan pasos atrás en compromisos en materia de igualdad.

Pasadas las doce de la mañana, Moreno inició su comparecencia en el debate de política general sobre Andalucía reclamando a los grupos “un esfuerzo por no contaminar un debate sobre Andalucía con las urgencias electorales”. Pero la inminencia de la campaña y el guirigay de los pactos de su partido con la ultraderecha en el conjunto de España cayó como una losa sobre el Parlamento andaluz.

Moreno a Vox: “Me gusta más si son propositivos”

Hubo dos puntos álgidos en el debate: uno fue el cara a cara del presidente con el portavoz de Vox en Andalucía, Manuel Gavira, un duelo de guante de seda en el que ambos eludieron la guerra ideológica que les separa y esgrimieron la complicidad necesaria para derrotar a Pedro Sánchez el próximo 23J. “Usted dice que su gobierno cumple los acuerdos que firma, pero con Vox no lo hizo. Vox está mejor dentro que fuera. Mi partido va a entrar en todos los gobiernos que pueda con el PP”, avisó Gavira.

El presidente andaluz le conminó a orillar las batallas culturales que la ultraderecha ha convertido en señas de identidad -el negacionismo de la violencia de género, del cambio climático, el vincular la migración con la delincuencia, etc-. “Su grupo puede hacer una labor positiva y constructiva. Me gusta más Vox cuando tiene una actitud propositiva que cuando tiene una actitud de negación de la realidad andaluza”. Cuando Gavira le conminó a “acabar juntos con el régimen sanchista”, Moreno le avanzó que “Feijóo, cuando sea presidente de España, hará lo que estamos haciendo en Andalucía: bajar impuestos, quitar trabas burocráticas...”.

El otro vértice del debate llegó casi al final, cuando subió a la tribuna el líder de la oposición, el socialista Juan Espadas, con un registro más hostigador que de costumbre, logrando incomodar por primera vez a Moreno. Espadas preguntó una y otra vez al presidente andaluz si, en virtud de su compromiso declarado contra la violencia machista y en defensa de las personas LGTBI, podía censurar públicamente los acuerdos de gobierno de PP y Vox que están revisando, negando o recortando esos derechos.

“Le ofrezco una tribuna perfecta para salir luego en las tertulias: diga usted aquí, en este Parlamento, si rechaza los acuerdos de gobierno de PP y Vox en otras comunidades y ayuntamientos”, le inquirió el socialista, sin obtener respuesta del dirigente popular. “No entiendo por qué ahora que tiene mayoría absoluta no elimina las políticas retrógradas que le impuso Vox en la pasada legislatura, como el teléfono de víctimas contra la violencia machista, un concepto que diluye la violencia de género, y al que por cierto no llama nadie”, abundó Espadas.

Se vio entonces a un Moreno a la defensiva, esquivo, que necesitó elevar el tono para reivindicar el “compromiso absoluto” de su Gobierno contra la violencia machista. “Esto es una cuestión de Estado y deberíamos estar juntos PP y PSOE. Usted pone en solfa el compromiso de mi partido, a pesar de que sabe cuáles son mis líneas rojas”, replicó, encendido, el dirigente popular. La intervención de Espadas provocó un cierto regocijo en su grupo parlamentario, que por un momento salió de la zozobra pesimista en el que parece instalado tras dos derrotas electorales en un año (autonómicas y municipales).

“Sin muros ideológicos ni fronteras partidistas”

Desde el minuto uno del debate, Moreno presentó su Gobierno como una administración “sin muros ideológicos ni fronteras partidistas”, y a los tres minutos hizo mención del Día Internacional del Orgullo LGTBI -que se celebraba este miércoles- para “reiterar su compromiso en la defensa de la libertad y la diversidad”. El presidente andaluz fue el primero incapaz de aislarse del contexto electoral.

Ésta fue una de las ideas fuerza que quiso trasladar y, sobre todo, poner a disposición de Feijóo, quien estos días recibe de rebote las críticas por los pactos de PP y Vox. Estos cogobiernos locales están retirando la bandera LGTBI de la fachada de los ayuntamientos que comparten. Y estos acuerdos autonómicos, como el de la Comunidad Valenciana o en Aragón, han abierto la puerta de las instituciones a dirigentes ultraderechistas con discursos e ideas abiertamente machistas, homófobas y racistas, que desdibujan el perfil moderado al que se aferra el candidato popular a la presidencia del Gobierno.

Desde Andalucía, blindado en la mayoría absoluta que logró hace un año en las urnas, Moreno hizo gala de la creación del Consejo Andaluz LGTBI y de la futura aprobación de la “primera estrategia para la igualdad de trato y no discriminación de las personas LGTBI”. Es la segunda vida de aquella estrategia que tan buen resultado les dio a PP y Ciudadanos la pasada legislatura, cuando populares y naranjas empezaron a pelearse a tortas en los gobiernos que compartían: la “Andalucía encapsulada”.

El PP recurre la ley Trans y de derechos LGTBI

Sin embargo, el alegato del presidente del PP andaluz en defensa del colectivo de lesbianas, gays, transexuales, bisexuales e intersexuales llega ocho días después de que el Tribunal Constitucional admitiese a trámite un recurso interpuesto por 50 diputados populares contra la Ley 4/2023 para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI.

El Parlamento andaluz fue pionero al aprobar en 2014, por unanimidad, una ley Trans autonómica, que ya recogía el derecho de autodeterminación de género, y que contó con los votos del PP andaluz y su compromiso para que el Gobierno de Mariano Rajoy no la recurriera en los tribunales.

El recurso de inconstitucionalidad presentado por el PP contra la ley Trans estatal coincide con otro registrado por Vox en las mismas fechas. Ambas formaciones sostienen que la ley Trans y de derechos de las personas LGTBI “vulnera el principio de seguridad jurídica, el de libre desarrollo de la personalidad y el derecho a la integridad física, así como el derecho de igualdad y la protección de la infancia prevista en los acuerdos internacionales sobre la materia.

Moreno también hizo una defensa cerrada de las políticas de igualdad para la mujer, destacando la inversión de su Administración en esta materia. “La igualdad real de mujeres y hombres es una prioridad absoluta de este Gobierno. Continuamos con la lucha sin cuartel contra la violencia machista, objetivo indiscutible de toda la sociedad”, ha subrayado.

El presidente de la Junta no mencionó que su Gobierno mantiene activo el teléfono para víctimas de la violencia intrafamiliar, una exigencia de Vox en el acuerdo de investidura de la pasada legislatura que los populares han hecho suyo. Violencia intrafamiliar es el término que usa el partido de Santiago Abascal para negar que exista el componente de género en las agresiones y muertes a mujeres a manos de sus parejas y ex parejas, un estigma social que ha dejado ya 43 víctimas mortales en España en lo que va de año.

La ley de Doñana “no es inamovible”

Moreno también ha reclamado al Parlamento andaluz “soluciones alternativas” a la polémica ley para ampliar regadíos en el entorno de Doñana que tramita esta Cámara por la vía de urgencia. “Ninguna posición debería ser inamovible. La mía, desde luego, no lo es”. El presidente venía de señalar la sequía como “la mayor amenaza para el progreso de Andalucía” y “la política más urgente”.

Con ese mensaje, reprochó duramente al Gobierno central que “asuma su responsabilidad” en la ejecución de las infraestructuras hidráulicas pendientes, epicentro del discurso del PP en defensa de la polémica ley de regadíos junto a Doñana. “Contra los grandes problemas, no podemos luchar solos”, dijo, instando a los grupos de la oposición a “aprovechar el trámite parlamentario para ofrecer alternativas a la ley, si es que las tienen”.

El debate sobre Doñana venía precedido de un intercambio de cartas entre Moreno y el líder de la oposición, el socialista Juan Espadas, en el que el presidente deslizó que la tramitación de la ley se ralentiza para retomar el procedimiento después de las elecciones generales del 23 de julio. “El periodo electoral que vivimos, a menos de un mes de las generales, no resulta el momento idóneo para abordar un asunto que ha sido objeto de una utilización política que en ningún caso estaba en el ánimo de mi grupo parlamentario al impulsar esta proposición de ley”, escribe Moreno, para pedir “aislar este asunto de la contienda electoral”.

El presidente ha cuestionado la fórmula, pero también ha subrayado que existe un problema para un puñado de agricultores que se verían beneficiados con la ley por la recalificación de sus terrenos para cultivos de riego -unas 748 hectáreas, según cálculos de la Junta-. “Nuestra obligación es dar respuesta a más de 1.500 agricultores que en 2014 quedaron fuera del Plan de la Corona Norte de manera injusta”, ha subrayado, tras denunciar “las campañas y boicots injustificables que ha sufrido el sector de los frutos rojos de Huelva”.

Balance positivo

Tender la mano al diálogo ha sido la constante del discurso del presidente andaluz. “En la cabeza de este Gobierno no está la mayoría parlamentaria, sino la mayoría social”. Moreno ha destacado las seis leyes aprobadas en lo que va de legislatura, subrayando las que han sido acordadas con la oposición. También ha puesto en valor el pacto social con los sindicatos y ha anunciado una serie de compromisos concretos, deteniéndose con “preocupación” sobre la sanidad pública, uno de los talones de Aquiles de la administración.

El dirigente popular ha admitido “los problemas” de la comunidad, pero aclarando que no son exclusivos de Andalucía, sino del sistema sanitario estructural del país. Por ello, ha anunciado que solicitará al próximo presidente del Gobierno de España una Conferencia de Presidentes “exclusiva” para abordar el “debate nacional sobre los retos, las necesidades y los objetivos de la sanidad en España”.

Otro anuncio en materia sanitaria es que la Junta incorporará el próximo otoño, por primera vez, la inmunización a menores de seis meses frente al virus de la bronquiolites, “uno de los motivos más frecuentes para acudir a urgencias”. Moreno espera que esta medida, que costará 8,5 millones de euros, “reduzca de forma importante la saturación de las urgencias y las plantas de pediatría”. También sobre sanidad, el presidente andaluz ha hecho suya (como reclamación) la promesa electoral que Feijóo anunció el martes de crear mil plazas MIR en los próximos cuatro años para paliar el déficit de médicos en España.

Su comparecencia ha dejado una ristra de anuncios por concretar: un nuevo decreto que “unificará en una única visita la valoración y la asignación de la prestación por dependencia”, que actualmente reciben 275.000 andaluces; la semana que viene se firmará el segundo incremento salarial pactado con los sindicatos de enseñanza para equiparar las nóminas de los docentes de Andalucía con otras comunidades [79 millones] o el cuarto decreto de simplificación administrativa, previsto para el próximo periodo de sesiones, y que irá dirigido a agilizar las ayudas europeas.

Réplicas de la oposición

El turno de tarde fue para la réplica de los grupos de la oposición. El portavoz del grupo mixto Adelante Andalucía, José Ignacio García, fue el primero recordarle a Moreno que su Gobierno mantiene las políticas negacionistas que le impuso Vox hace cinco años: el teléfono para víctimas de violencia intrafamiliar y las ayudas a asociaciones antiabortistas.

García cuestionó el retrato “triunfalista” que el presidente de la Junta hizo de Andalucía y enumeró todas las propuestas que su grupo ha llevado al Parlamento y que Moreno “ha ignorado”: políticas para la salud mental, protocolo anti suicidio, subvención de las gafas en la sanidad pública... “Es usted un gran comunicador, pero hoy no ha traído nada nuevo. El objetivo de su comparecencia ha sido salvar al soldado Feijóo, que lo está pasando mal estos días”, sentenció.

El dirigente popular reconoció su simpatía por el portavoz de Adelante, pero esquivó sus críticas afeándole que no dedicara “ni un minuto” a verter críticas sobre el Gobierno central y sus “incumplimientos con Andalucía”. “Ustedes dicen que son andalucistas, que no dependen jerárquicamente de Madrid, pero su discurso se parece cada vez más al del PSOE, que ahora le aplauden”, remachó.

El portavoz de Vox en Andalucía ignoró las alusiones que el presidente andaluz hizo por la mañana al colectivo LGTBI y a la violencia de género -“no me siento interpelado”- y despachó este capítulo afirmando que su partido “no se mete en la vida privada de nadie”. “Nosotros no vamos a entrar en la vida íntima de los andaluces”, sentenció.

Durante sus intervenciones -de 40 minutos-, se cuido mucho de no entrar en ninguna de las guerras culturales que la ultraderecha suele traer al Parlamento -violencia machista, diversidad sexual, inmigración, censura al aborto libre- y tampoco el presidente le reprochó nada de ello. Gavira le espetó: “El líder del PSOE andaluz, aunque no tenga el carné, es usted. La gente se pregunta por qué el presidente andaluz no hace lo que dice Feijóo que va a hacer si llega a presidente del Gobierno de España”, en alusión al compromiso de derogar la Ley Trans, la ley de Memoria Histórica o la Ley de Vivienda.

El presidente del PP y el portavoz de Vox en Andalucía escenificaron más coincidencias que otras veces y sus discrepancias, esta vez, se alejaron mucho de los charcos identitarios que acapara la agenda de los acuerdos de gobierno en otras comunidades (centrándose en inversión pública o política fiscal). “Las políticas de confrontación en el ámbito ideológico nos lleva a la división social. Yo nunca lo haré. Quiero sumar al que no piensa como yo. Uno de los que ha jugado a dividir a la sociedad es el señor Sánchez [Pedro], para tensionar y sacar más votos, haciendo del PSOE un partido irreconocible”, advirtió.

El último duelo dialéctico lo protagonizaron Moreno y Espadas, más enconado que otras veces. El presidente andaluz replicó las críticas a su gestión con contracríticas a la larga etapa de gobiernos socialistas. También lanzó elogios envenenados a su oponente, a quien considera “el mejor representante del sanchismo en España”. “Su lealtad a Sánchez le honra, pero por encima hay una lealtad mayor con los andaluces. No puede ser portavoz de una formación en una tierra tan importante como Andalucía sin enfrentarse al menos una vez a Sánchez”, sentenció.