Conocer la historia de un menor transexual y la aceptación y apoyo de sus padres es un ejercicio de visibilidad positiva que pone sobre el escenario social una realidad común a muchas familias andaluzas, y con ella, la necesidad de abordar esta realidad desde los ámbitos sociales, sanitarios, familiares y educativos. “Es una responsabilidad de padres y madres no callar ni ocultar el posible maltrato que sus hijas e hijos puedan recibir por su identidad de género. La invisibilidad no ayuda a frenar y acabar con la discriminación”, explican desde el área específica de menores transexuales de ATA (Asociación de Transexuales de Andalucía).
Familias de menores y adolescentes transexuales llevan poco tiempo aunando esfuerzos pero consideran muy importante que se conozcan entre ellas, que sepan de sus derechos y que, sobre todo, compartan vivencias y conocimientos. A estas reuniones llevan a sus hijos e hijas, porque también para ellos es importante relacionarse con sus padres y madres, que se sientan parte de la diversidad que existe en la naturaleza. La Confederación Andaluza de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos les ha ofrecido su ayuda para cualquier vicisitud y para informarles de los derechos de los niños en los colegios. Este domingo 19 de mayo celebran un segundo encuentro en Sevilla.
Desde este área, señalan que el género se construye desde los primeros años de vida, lo cual permite que un niño pequeño se dé cuenta cuándo no encaja en el rol que su entorno espera de él. La condición transexual es difícil de entender y explicar en los adultos, pero cada vez se hace más visible entre menores que ni siquiera se han acercado a la adolescencia. El reconocimiento de los padres juega un papel fundamental, según explican desde ATA, para buscar información fiable y así brindar la adecuada atención a los menores que se identifican con el otro sexo. El corto de animación 'Huellas', participante en la XI edición del JamesonNotodofilmfest, lo refleja.
Las madres y los padres son más sensibles al “mensaje” que sus hijas e hijos, con su comportamiento persistente, les manifiestan. Según ATA, esta situación provoca que, en vez de querer ocultar u obviar la realidad de sus hijas e hijos, busquen una respuesta, apoyo e información que les oriente y les proporcione herramientas para que éstos tengan un libre desarrollo de su personalidad. Es el objetivo que se pretende, al objeto de aportarles un bienestar y equilibrio emocional que les hará niñas y niños más felices.
“Eso de que es niño o niña, me tienes que convencer”
Eva Witt, cordobesa, madre de un menor transexual de siete años, coordina el Área de Familia de Menores Transexuales de ATA. “Piensas que la sociedad está avanzada, pero...” lamenta que “nadie sabe qué hacer” y explica que “entras en un sitio temblando y sales llorando; falta información especializada”. Ha llegado a escuchar frases como “eso de que es niño o niña, me tienes que convencer” o “eso ya te lo diré yo”. “No me pueden someter a un pulso; yo conozco a mi hijo y lo que necesito es que, como madre, me respalde una ley para que él tenga los mismos derechos que cualquier otro”, denuncia Witt, que se muestra “horrorizada” con los “tapujos” que se encuentra en el camino para que su hijo crezca integrado socialmente.
Tratamiento con bloqueadores hormonales
“Hay muy poco respeto hacia las personas transexuales; hay que intentar ponerse en la piel de quien sienta así”, indica Witt, que considera muy importante la posibilidad de que los bloqueadores de hormonas permitan al niño o niña no desarrollar aspectos físicos que no se correspondan con el sexo que sienten como propio desde una edad muy temprana. “¿Cómo se sentiría cualquier niño adolescente si le empiezan a crecer los pechos? Es algo que no queremos vivir. Yo no voy a dejar que mi hijo sea de ese tanto por ciento que trata de suicidarse”.
“Nadie sabe nada sobre transexualidad; en Internet parece que toda está claro pero cuando tú quieres dar los pasos oficiales con tu caso es otra cosa”, lamenta. El tratamiento con bloqueadores hormonales de detención de la pubertad es totalmente reversible, pero “los casos de arrepentimiento en los púberes tratados con bloqueadores de hormonas son del 0%”, explica Witt, que alude también al estudio realizado por la sanidad pública holandesa, que lleva tratando a transexuales desde 1979. “Estamos pidiendo algo que se está haciendo ya”, pero sienten el “prejuicio” contra los transexuales “y contra todos los que aún no han dado el paso de reconocer esta circunstancia”.
El abordaje de los problemas derivados de esta situación en estos ámbitos ha hecho “necesaria” la creación de este espacio familiar de menores transexuales, cuya finalidad no es otra que unir esfuerzos e intercambiar impresiones e información sobre una realidad compartida. Desde esta área consideran que “toda intervención de la comunidad autónoma de Andalucía debe estar presidida por el criterio rector de atención al interés superior de las personas menores de edad y dirigida a evitar situaciones de indefensión, que garanticen el pleno derecho a crecer y desarrollarse en buena salud y a disfrutar de servicios médicos adecuados. Con este fin deberá proporcionarse el oportuno tratamiento médico relativo a su transexualidad, especialmente terapias de detención de la pubertad”.