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De El Ejido de toda la vida

Juan Antonio Miralles, director de la asociación Almería Acoge

1 de diciembre de 2020 20:15 h

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Mi hermana tiene 20 años, los cumplió en febrero, y estudia Periodismo. Este año con eso del confinamiento hemos pasado mucho más tiempo juntas; me gusta cómo me explica las cosas. Está haciendo un trabajo y la he visto hacer gestos raros y ponerse muy seria al ver unos artículos del periódico de no se qué aniversario; tiene también escaneados periódicos de cuando ella nació; algo le pasa. Me acerco a preguntar.

En el monitor la antigua noticia resaltaba declaraciones de un tal Pimentel, decía que era una vergüenza “total y absoluta para toda la sociedad española” y otro tal Mayor Oreja, que era un “brote xenófobo, violento y racista”. ¿de quien hablan, María?; - de nuestro pueblo, de nosotras, de El Ejido; - ¿de nosotras? no puede ser, ¿quiénes son estos?; - eran ministros; - ¿de Podemos?; No, entonces no existía Podemos, eran del PP.

Sentí una mezcla de rabia y de no sé qué, me lo debió notar; se relaja un poco y me cuenta. – Fue estando yo recién nacida; estoy haciendo un trabajo sobre eso y tengo muchos sentimientos encontrados. No es difícil de entender que hubo un problema muy serio de fuertes disturbios; “la justicia por su mano”, “grupos de exaltados”, “caza al moro”, “tercer asesinato”… por desgracia no es la primera y no será la última vez que la masa, que no tiene cerebro, de desboca como cuando sale la rambla y lo arrolla todo a su paso; sobre todo si la animan o la descontrolan algunos descerebrados; hasta he encontrado una referencia sobre estos temas en “la rebelión de las masas” de Ortega y Gasset en la que aparece otro pueblo de Almería con un caso de hace unos siglos. Lo difícil, sobre todo cuando eres de aquí, es entender por qué paso esto en nuestro pueblo.

Me he quedado pillada con lo que decían los ministros esos. Algo había oído, como todos en El Ejido, pero nunca con tanta claridad. Yo soy de aquí de toda la vida, como mis padres; bueno mi padre nació en Pórtugos y mi abuela en Alemania, pero sus padres también eran de allí; aunque somos de aquí; y la gente de aquí no somos así.

Mi hermana me cuenta que el problema también puede ser ese. Hace 20 años, por lo visto, mucha gente tenía claro que por una parte estamos nosotros y por otra ellos, los otros, los extranjeros, los inmigrantes. Ya había muchos entonces en todo este campo, aunque menos viviendo en estos pueblos, quizá eso fuera una parte del problema, que no vivíamos juntos. Mucha gente pensaba que ellos, los otros, son los que empezaron; lo cierto es que el momento era tenso en muchos sentidos; es verdad que muchos vivían en aquellas chabolas, como ahora; que ya había problemas con los papeles, como ahora; que algunos “jefes” pagaban las horas que daba vergüenza, como ahora, que también había tensiones y competencia en los mercados y que al final no se paga al agricultor tampoco lo que se debería… todo eso es verdad, y también que nosotros la liamos parda, que “se nos fue de las manos”, vamos, que nada justifica la salvajada. Pero yo no estaba, y mi hermana tampoco, por eso, hablar de “El Ejido”, de “los inmigrantes”, “los españoles”, “los marroquíes”, “los agricultores”… pues eso, son generalizaciones absurdas y ahí está de verdad el problema.

Mi padre lo dice siempre, hacen mucho daño esos que se creen que lo saben todo y se ponen a gritar en la barra del bar, que si “esto lo arreglaba yo”, que si “los políticos y los jueces no tienen ni idea” y entonces se ponen a recitar la última retahíla de bulos, distorsiones, generalizaciones, mentiras, exageraciones; mi padre dice que antes sólo esparcían su odio en la barra del bar, pero que ahora también los puedes ver en la tele o en el congreso, porque tienen diputados. Dice que el problema es pensar en buenos (nosotros) y malos (ellos) y si hay alguien de ese nosotros (que no se muy bien a quienes se refieren) que mete la pata pues es sólo uno, pero si es de ese “ellos” (que tampoco se muy bien quienes entran en eso) pues son todos, y además les sirve para confirmar todas las salvajadas que van diciendo.

Mi hermana está afectada, y yo también. No me reconozco en eso que se dice en esos recortes de prensa, en esos documentales; pero se que dicen la verdad. Quizá también yo estoy cayendo en la trampa de la generalización. Me da miedo que pueda, en cualquier momento, en cualquier lugar, volver a producirse una situación tan injusta y tan vergonzosa como esa. Sobre todo me da rabia porque significa que a las personas nos cuesta mucho aprender a convivir, a conocernos, a respetarnos y a ser más justos. Mi hermana me ha enseñado un cartel de una campaña de esa época de Almería Acoge; con una foto de una chabola decía algo así como “no necesitan un techo, necesitan ser tus vecinos”. Creo que tenían razón, entre vecinos de verdad no pasarían estas cosas.

En fin, me voy. He quedado para dar una vuelta con Latifa, con Mahammed y con Antonio, que son de El Ejido de toda la vida, aunque sus padres no nacieron aquí, como el mío; bueno el de Antonio si, tenían un cortijo aquí, en el Campo de Dalias. Con ellos me entiendo bien; nosotros sabemos que “los otros” no existen, no son más que nuestros fantasmas y nuestros miedos, y que los miedos se quitan cuando se conoce, cuando se comparte, cuando se convive con el vecino.

Mi hermana tiene 20 años, los cumplió en febrero, y estudia Periodismo. Este año con eso del confinamiento hemos pasado mucho más tiempo juntas; me gusta cómo me explica las cosas. Está haciendo un trabajo y la he visto hacer gestos raros y ponerse muy seria al ver unos artículos del periódico de no se qué aniversario; tiene también escaneados periódicos de cuando ella nació; algo le pasa. Me acerco a preguntar.

En el monitor la antigua noticia resaltaba declaraciones de un tal Pimentel, decía que era una vergüenza “total y absoluta para toda la sociedad española” y otro tal Mayor Oreja, que era un “brote xenófobo, violento y racista”. ¿de quien hablan, María?; - de nuestro pueblo, de nosotras, de El Ejido; - ¿de nosotras? no puede ser, ¿quiénes son estos?; - eran ministros; - ¿de Podemos?; No, entonces no existía Podemos, eran del PP.