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La “nueva normalidad” de la Atención Primaria en Andalucía: si no es urgente, tiene que esperar

Los centros de salud recuperan poco a poco las consultas presenciales.

Antonio Morente

22 de octubre de 2021 20:33 h

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El nuevo modelo de Atención Primaria ya se aplica en unos 400 centros de salud, el 90% de la red de este nivel asistencial en Andalucía en el que se realizan a diario 500.000 actos sanitarios. Un nuevo modelo que los pacientes deben afrontar asumiendo que conlleva, tal y como se apunta desde la Consejería de Salud, “una nueva normalidad o una normalidad distinta” a lo que ha sido lo habitual en los últimos años, con una piedra angular: la Atención Primaria no tiene que ser inmediata como sí deben serlo las urgencias. Dicho de otra manera, que es demorable, porque todo lo que no sea urgente puede esperar.

Esto significa que van a ser excepcionales los casos en los que se consiga cita en el mismo día o para el siguiente, ya que si la causa de la misma es algo perentorio se desviará por urgencias. En realidad, esto no supone nada distinto a lo que es la práctica diaria desde hace tiempo, pero ahora podría decirse que el concepto se hace oficial. La espera media en Andalucía en la actualidad es de 3,8 días, según los datos de Salud, que apunta como objetivo “ideal” que se consiga la cita en un plazo máximo de 72 horas.

A la hora de la verdad, estos 3,8 días no dejan de ser una quimera hoy en los principales núcleos de población andaluces, que es donde más pacientes se agolpan. De esta manera, el retraso puede ser de hasta dos semanas en los puntos con más presión asistencial, que son los distritos Málaga-Guadalhorce, Costa del Sol, Sevilla y Metropolitano de Granada.

Hacen falta más médicos

Salud alega diferentes causas para justificar estos retrasos: que el médico tiene la agenda completa, que está de baja o permiso o que incluso hay escasez de facultativos al tratarse de una zona de difícil cobertura, aunque lo normal es que esto último ocurra en comarcas más alejadas de todo como pueden ser las de sierra. Independientemente de que sindicatos y colectivos profesionales denuncien que en realidad lo que ocurre es que faltan médicos para atender tanta demanda, desde la consejería se apunta otra razón para justificar el actual atasco de muchas consultas: se ha incrementado el tiempo medio de atención al paciente de cinco a ocho minutos, con la vista puesta en alcanzar los diez.

Consultas más largas significa que se atienden menos pacientes, por la simple cuestión de que hay menos facultativos de los necesarios. Salud lo admite y habla de un “déficit de profesionales que es estructural en toda España” que, además, va a ir a peor, porque de aquí a 2026 se jubilarán 2.800 médicos de familia en Andalucía. 

Una plantilla de 7.200 facultativos

Hay consenso en que hacen falta más profesionales, pero no en qué proporción. Lo cierto es que a día de hoy hay en Andalucía 7.200 médicos de familia, y la mayoría de ellos (el 75%) tienen asignado un cupo de menos de 1.500 pacientes, que es el máximo que se recomienda para garantizar una mejor asistencia. Un 22% tiene hasta 1.800 pacientes y el 3% restante (220 facultativos) deben hacer frente a una cantidad incluso superior.

El nuevo modelo de Atención Primaria, por lo tanto, nace con menos profesionales de los que serían necesarios, por mucho que desde Salud se insista en que en este nivel asistencial se van a mantener todos los contratos (4.475 de todas las categorías) que se hicieron de refuerzo por la pandemia. Esto supone que ahora hay más personal que antes de la pandemia, pero con el importante matiz de que estas renovaciones son en principio por seis meses.

La atención telefónica se queda

A esto se une que entre el 4 y el 7% de los 7.200 médicos de familia que hay en Andalucía no atienden pacientes de manera presencial, ya que presentan patologías que los convierten en grupo de especial riesgo de infección por Covid. Así que como mucho pueden hacer consultas telefónicas, que en todo caso se mantienen en el nuevo sistema porque, asegura el Gobierno andaluz, es un servicio con demanda para cuestiones menores.

Mal que bien, el Servicio Andaluz de Salud (SAS) va recuperando la atención presencial en los centros de salud, y así es como los pacientes han empezado a tener conocimiento de la figura que más polémica ha generado en este nuevo modelo de Atención Primaria: la Consulta de Primera Atención de Enfermería, es decir, un triaje que realizan enfermeros como hace ya años que ocurre en los hospitales. Esto ha encendido la mecha de la indignación en colectivos médicos, que hablan directamente de intrusismo o de una barrera más para que el paciente les llegue.

Lo que pueden atender los enfermeros

Salud se ha visto obligada a explicar que por esta primera consulta sólo tendrá que pasar el que se presente en un centro de salud sin cita, ya que si se pide con antelación (por teléfono, web o app) siempre atenderá directamente el médico. Si el paciente no acude por una urgencia, el caso recaerá entonces en personal de enfermería, que según la administración sanitaria está habilitado para resolver hasta 18 procesos asistenciales no complejos: elevación de la presión arterial, quemaduras, reacciones alérgicas, traumas leves, picaduras, herpes, orzuelos, vómitos…

La consejería apela a los buenos resultados obtenidos con este sistema en una experiencia piloto desarrollada entre enero y septiembre en 11 de los 34 distritos sanitarios de Andalucía. Sus datos apuntan a que se atendió a 80.000 pacientes, y que los enfermeros resolvieron el 55% de los casos, mientras que el resto acabaron derivados con cita programada a consultas bien de enfermería (24%) o bien médica (17%), con un 4% enviado de manera inmediata a urgencias.

Esto no ha acallado las críticas, como evidencia que el 28 de octubre habrá una concentración ante los servicios centrales del SAS convocada por el Sindicato Médico Andaluz (SMA), mientras que sindicatos y entidades profesionales de enfermería denuncian que hace falta más personal para atender las nuevas funciones. Es decir, que ni médicos ni enfermeros terminan de ver el sistema, mientras los pacientes claman contra los retrasos para conseguir una cita, un cóctel que evidencia las tensiones que vive hoy día la Atención Primaria en Andalucía.

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