Cinco maneras de descubrir la grandeza de Doñana
El Espacio Natural de Doñana es una joya de la naturaleza que puede ser visitada de múltiples maneras. Algunas hacen un mayor hincapié en mostrar la riqueza ecológica de la zona, pero todas ellas sirven para que el visitante se haga una idea de su valor natural. El Parque Natural está al alcance de todos y son muchos los modos de acceder a él. El Parque Nacional está muy protegido y, en la mayoría de los casos, sólo se puede entrar a través de las vías oficiales.
Doñana se puede visitar desde Cádiz, Huelva y Sevilla y cuenta con la gran ventaja de que se puede disfrutar de muchas formas. No es necesario hacer un gran desembolso para conocerlo, ya que hay opciones muy económicas y saludables para entrar en contacto con una de las zonas húmedas más importantes de Europa.
Ecoturismo desde Sanlúcar de Barrameda
Una opción asequible y que tiene muchos atractivos para los amantes de la naturaleza es recorrer el pinar de la Algaida, uno de los parajes menos conocidos del Espacio Natural. En la laguna de Tarelo, de gran interés ornitológico, se puede disfrutar de una de las colonias más importante de la malvasía común de Andalucía y observar numerosas aves acuáticas.
Su paseo es muy recomendable para disfrutar de la hermosura de los paisajes marismeños y de pinares dunares gaditanos. La asociación vegetal está integrada principalmente por pino piñonero, sabinas, lentisco, brezo, y jaguarzo, así como plantas aromáticas como la lavanda y el romero. Es un espacio muy atractivo para los lugareños y los turistas que visitan Sanlúcar que buscan algo más que la calidad de los langostinos de Bajo de Guía.
A caballo
Los senderos que recorren el parque invitan a disfrutar de un paseo ecuestre relajado y apto para todos los públicos. Son varias las empresas que organizan rutas en las que no es necesaria experiencia previa, pues en todo momento los participantes van acompañados por un monitor.
Aunque este sector tiene una imagen elitista, cada vez se generaliza más y busca convertirse en una nueva fórmula para descubrir la belleza del interior del parque. Hay buenas ofertas y distintos recorridos, pero una recomendación es cruzar los mismos caminos y vereas que surcan las hermandades hasta El Rocío. También está de moda hacer una ruta en dromedario.
Cicloturismo
La amplia red de senderos existente proporciona una herramienta excelente para conocer las virtudes de este espacio protegido. Nos quedamos con dos senderos para practicar deporte en contacto con la naturaleza: el de Cuesta Maneli, que discurre entre dunas y mar, y la Laguna de Ribetehilo o “Abalario”, que pasa sobre una pasarela entre un conjunto de lagunas, un mar de pinos piñoneros y monte blanco.
Se puede circular sin problemas a través del Parque Natural por un carril bici paralelo a la costa. El camino es a veces asfaltado y a veces de tierra, pero siempre tranquilo y agradable. Saliendo de Matalascañas hacia Sanlúcar comienza el Parque Nacional. Son 30 kilómetros de playa virgen en la desembocadura del Guadalquivir. Desde allí, una barcaza cruza el río y deja a los visitantes en la localidad gaditana.
Barco desde Sanlúcar
Para visitar tanto el Parque Natural como el Parque Nacional en un mismo trayecto está la opción de hacer la travesía desde Sanlúcar de Barrameda en el barco Real Fernando, que hace dos paradas interesantes en un viaje que dura unas tres horas, aproximadamente.
Durante el camino se hace hincapié en la aparición de aves como el flamenco o la garza real, que se ven con facilidad desde el barco. Cuando se desembarca es posible disfrutar de la visión de jabalíes y ciervos, aunque no es algo seguro al ciento por ciento.
Es muy llamativo conocer la historia de los pobladores de la zona, personas que vivieron durante muchos años en chozas en el parque formando un rancho. Con el paso de los años se fueron marchando hacia Sanlúcar, aunque todavía hay algunos que pasan algunos días en esas viviendas tan peculiares, sin luz ni agua.
Ornitología
El encuentro de ecosistemas tan diversos es factor principal para que Doñana se constituya como un verdadero paraíso para las aves, pues cuenta con la presencia de más de 120 especies que tienen como mayor exponente las llamadas pajareras: una verdadera explosión de sonido, color y vida.
Por el bien del delicado equilibrio natural, no es posible visitarlo todo. Hay varias zonas visitables, con diversos ecosistemas que nos aseguran una biodiversidad espectacular. Y al ser zona de descanso entre Europa y Africa, en épocas migratorias se concentran cientos de miles de aves.
Una opción interesante es recorrer los alrededores de Doñana por el norte, partiendo desde Puebla del Río. Es una ruta bastante desconocida y tranquila que permite recorrer varios ecosistemas como dehesas, acebuchales y marismas.