Almería es mundialmente conocida por su imponente costa y sus maravillosas playas. Pero esta provincia andaluza encierra mucho más. Repasamos sus monumentos naturales. Una guía para disfrutar de esta joya de nuestra comunidad de una forma distinta, en temporada baja, lejos de aglomeraciones.
Isla de Terreros e Isla Negra
Isla de Terreros e Isla NegraDesde la costa de la población de San Juan de Terreros, perteneciente al municipio de Pulpí, se divisan dos pequeños islotes que atraen por su agreste belleza: la isla de Terreros y la isla Negra. Pese a su reducido tamaño y su escasa vegetación, estamos antes dos importantes reductos para la conservación de aves marinas. De hecho, su protección como monumento natural por parte de la Junta de Andalucía está sustentada en la importancia que tienen estos islotes como reserva de una gran variedad de aves que se asientan y reproducen en ellos y en su alto valor ecológico.
La isla de Terreros es la más grande y lejana a la costa y alberga la comunidad más importantes de aves marinas que nidifican en la provincia de Almería. Algunas de estas aves están especialmente amenazadas. Es el caso la pardela cenicienta, que únicamente va a tierra para criar, o el paíño europeo. También podemos encontrar en estas islas otras especies interesantes como la gaviota patiamarilla o el vencejo común.
Pero el valor ecológico de este monumento natural no radica solamente en la fauna que puebla su escarpada superficie. Sus fondos marinos también esconden una enorme riqueza biológica con plantas marinas exclusivas del litoral mediterráneo como la Posidonia oceánica que sirve de refugio, alimento y reproducción de numerosas especies de peces, crustáceos, cefalópodos e invertebrados marinos.
Tampoco nos podemos olvidar de su indudable valor paisajístico. Además, a lo largo del litoral se pueden descubrir los antiguos cocederos de esparto y las viviendas de los esparteros excavadas en las paredes de los acantilados. También se puede aprovechar para visitar los cercanos castillos de la Herradura o el de San Juan de los Terreros.
Sabina Albar
Sabina AlbarUn solo árbol puede constituir por sí solo un monumento natural. Es caso de la sabina albar del Parque Natural Sierra María-Los Vélez, un ejemplar milenario que ha crecido a 1.600 metros de altitud. Este singular árbol es un ejemplo vivo de los bosques esteparios de la época terciaria, en la que se daba un duro clima continental con temperaturas muy contrastada y escasas lluvias estivales.
Esta sabina albar, testigo mudo del paso del tiempo, se caracteriza por tener una copa de color verde oscuro muy ramificada y extendida. Su tronco es grueso y tortuoso y sus abultadas raíces sobresalen de la tierra confiriéndole al ejemplar una majestuosa estampa muy característica.
La sabina albar es una especie de lento crecimiento con hojas en forma de escamas para retener el agua. Tiene una madera muy dura que es muy apreciada por carpinteros y ebanistas. Por este motivo, durante mucho tiempo se produjo una tala masiva de ejemplares de esta especie. El visitante puede aprovechar la visita a este monumento natural para conocer mejor la riqueza natural y cultural del Parque Natural Sierra María-los Vélez. Por ejemplo, el cercano pueblo de Chirivel, lugar de paso de la antigua Vía Augustea, y los restos arqueológicos romanos del yacimiento del Villar.
Cueva de Ambrosio
Cueva de AmbrosioEl Monumento Natural Cueva de Ambrosio es considerado uno de los yacimientos paleolíticos más importantes de Andalucía. La gruta alberga un interesante conjunto de pinturas rupestres y está situada en una zona de importantes formaciones cársticas producidas por la acción erosiva y disolvente del agua sobre la piedra caliza. Su declaración como monumento natural ha tenido en cuenta su indudable valor cultura y su especial interés natural.
La cueva de Ambrosio está situada en la cabecera del arroyo del Moral, en la comarca de los Vélez. Tiene unos treinta y nueve metros de ancho por dieciocho de altura y la zona más profunda mide unos diecisiete metros. La pintura más llamativa del conjunto reproduce un caballo en ocre rojizo que sobresale llamativamente sobre el resto del conjunto.
En otras áreas de la cueva se observan trazos dispersos que invitan al visitante a imaginar antiguas escenas plasmadas por la mano firme de algunos de los pasados habitantes de este abrigo natural.
Las características de las pinturas que podemos encontrar en esta cueva difieren de las aparecidas en el norte de la Península Ibérica. Por este motivo, el arte rupestre de esta zona ha sido declaración como Bien de Interés Cultural por el Estado y como Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO, junto a otros abrigos y cuevas del arco mediterráneo.
Arrecife Barrera de Posidonia
Arrecife Barrera de PosidoniaAlmería conserva uno de los escasos arrecifes de Posidonia oceánica que se conservan en la costa mediterránea. Se encuentra ubicado entre las poblaciones costeras de Roquetas de Mar y Aguadulce. A su indudable valor natural se une su exclusividad, ya que se trata de uno de los últimos ejemplos de los antiguos arrecifes que en otras épocas abundaron en estas costas.
La Posidonia oceánica es una planta marina de peculiares características. Sus hojas pueden alcanzar el metro de largo y su aspecto asemeja cintas verde claro que se fijan al fondo a través de un entramando de tallos y pequeñas raíces.
Estas plantas se desarrollan en extensas praderas cercanas al litoral y desempeñan un papel crucial para la prevención de la pérdida de arena de las playas, ya que, al formar una barrera natural, contribuyen a la fijación de los sedimentos y la arena.
Las praderas de posidonia son, además, santuarios de vida para una amplia comunidad de fauna submarina integrada por peces, camarones, cangrejos y esponjas que encuentran en ellas un lugar ideal para alimentarse, refugiarse y reproducirse. Para el desarrollo de esta planta marina son necesarias condiciones ambientales muy estrictas: aguas limpias y oxigenadas y sin atisbo de contaminación. Además, es necesario que no se produzcan cambios bruscos de temperatura o salinidad.
Cerca de este enclave se encuentra el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar que posee un destacado patrimonio natural y cultural.
Isla de San Andrés
Isla de San AndrésEl monumento natural Isla de San Andrés es un referente para la población costera de Carboneras. Situada frente a la playa de La Puntica, se trata de un promontorio de escasas dimensiones y origen volcánico que alberga, en su aproximadamente una hectárea, una enorme riqueza natural.
En las grietas, cráteres y oquedades de los fondos de la isla de San Andrés viven animales como meros, corvinas, sepias, pulpos y cangrejos que desovan y se alimentan en las extensas praderas de Posidonia oceánica que se desarrollan en esta zona.
En la superficie de la isla, se pueden divisar aves marinas como pardelas, cormoranes o paíños. Algunas de estas especies tienen en esta isla alejada de la costa un lugar seguro de anidamiento. Es el caso de la característica gaviota patiamarilla.
Los visitantes pueden disfrutar también de peculiares paisajes próximos como la hermosa playa de los Muertos, ubicada en el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, o realizar una visita cultural a la cercana Carboneras en la que destacan fortificaciones defensivas como la Torre del Rayo, el Castillo de San Andrés o la Torre de la Mesa de Roldán.
Piedra Lobera
Piedra LoberaPiedra Lobera es una espectacular formación caliza con paredes escarpadas que sobresale en la lejanía y conforman un paisaje muy característico. Cuenta la tradición que en este paraje se exterminaron los últimos ejemplares de lobos que existían en estas sierras. En esta creencia popular puede estar el origen del nombre con el que conoce a este monumento natural.
Piedra Lobera está ubicada en el extremo oriental del Sistema Bético, dentro de la comarca del Alto Almanzora, más concretamente en la Sierra de Lúcar.
Además de su importancia como elemento paisajístico singular, en Piedra Lobera se reproduce una importante flora adaptada a la escasez de lluvias, vientos fuertes, periodos largos de insolación y frecuentes heladas que se dan en esta zona de suelos pedregosos.
De este modo, podemos encontrar especies exclusivas como la Arenaria tomentosa, que crece entre las rocas. Esta planta sobrevive a los fuertes vientos gracias a su forma de almohadilla y se defiende de la incisiva luz gracias a los pequeños pelillos que le sirven para reflejar los rayos solares. Otras especies que podemos observar en Piedra Lobera son la madreselva del pirineo, que vive al abrigo de las fisuras de las rocas, y la rosa de los montes, la peonía, a la que desde la antigüedad se le reconocen propiedades medicinales, aunque puede ser tóxica en determinadas concentraciones.
Los visitantes del monumento natural Piedra Lobera pueden aprovechar para conocer también el bonito callejero del próximo pueblo de Lúcar. Muy cerca, en la pedanía de Cela, se encuentra el nacimiento de un manantial de aguas termales que confluyen en la Balsa de Cela, en la es posible darse un reconfortante baño.