No hay en Sevilla sabor más clásico que las yemas de huevo de las monjas de clausura elaboradas en algunos de los conventos de la ciudad. Una receta con más de cinco siglos de antigüedad y que, como cuenta Sor Natividad, de la congregación de San Leandro, “solo la encargada del obrador conoce en su totalidad”. Acercarse al convento, llamar al torno, llevarse los dulces... es una tradición que se ha visto “gravemente afectada” por la pandemia de la Covid-19. Pero ahora ha encontrado nuevas formas de acercar sus dulces a la población.
Claudia, una de las 120 voluntarias que ayudan a las monjas de clausura “desde hace años”, cuenta que en el mercado del Palacio Gótico del Real Alcázar “se vendían hasta seis mil kilos de dulces religiosos, lo que las ayudaba a subsistir unos meses”. Sin embargo, su cancelación y la falta de encargos por parte de los turistas “nos ha obligado a reinventar su venta”.
Para ello, han contado con el apoyo del Ayuntamiento de Sevilla, desde donde han creado el sello de calidad ‘Ora et Labora’ con el que “valorar la autenticidad de estos productos artesanales”. Sus pestiños, sus yemas, sus rosquillas y su nueva gama de magdalenas sin lactosa contarán con este sello de reconocimiento que “refuerza un producto de primera calidad hecho a mano, en oración y silencio”. Así lo ha descrito el alcalde Juan Espadas en la presentación de esta iniciativa en el Real Alcázar junto al Arzobispo de la ciudad Juan José Asenjo.
La ciudad con más conventos
Quien desee adquirir los dulces religiosos como si estuviera en el mercado navideño de cada año puede hacer una ruta por los tornos de siete conventos de clausura de la capital. A través de la campaña “Sevilla tiene un sabor celestial” el Ayuntamiento ha incluido en su agenda turística este recorrido creado por las voluntarias para “sustituir las ventas que se hacían en el mercado”. Aunque los visitantes no puedan acceder a los conventos debido a su naturaleza de clausura, sí podrán comprar una caja especial de navidad diseñada para esta atípica temporada “como regalo de empresa o para cualquier familiar”.
Se trata de una iniciativa que complementa al sello de calidad y que forma parte del ‘Plan 8’, el proyecto del Ayuntamiento de Sevilla para recuperar el turismo después de la crisis. El alcalde ha reconocido que dentro del plan “hay una pata de turismo religioso” y que “para esta ruta se han creado 20.000 dípticos con información de los conventos”. Además, apoyándose en que “ Sevilla es la ciudad en el mundo con más conventos”, el Ayuntamiento quiere hacer que “formen parte de la promoción turística de la ciudad”.
Envío de dulces a toda España
Además de contar con el apoyo del Ayuntamiento, las monjas de clausura de Sevilla tienen su propio portal de pedidos online. Se trata de una idea que nace durante el confinamiento de la mano de dos matrimonios localizados en Sevilla y que, mediante la página web hechoconfe.com, han creado la vía para acercar los dulces de los conventos hispalenses a todo el territorio nacional.
Este nuevo portal ha podido abrir de forma oficial el pasado 15 de octubre y en tan solo ocho días han recibido más de 30.000 visitas a la web y una media de 120 pedidos de todas partes de España. Enrique Fermoso, uno de los cuatro socios del proyecto, asegura que no esperaban este recibimiento y que en los conventos “están muy agradecidas” porque “en tiempos difíciles les estamos ayudando a que tengan algo de trabajo”.
Tanto este proyecto privado como los impulsados desde el Ayuntamiento ayudan a que los conventos de la ciudad de Sevilla puedan seguir subsistiendo gracias a una labor que elaboran, según Sor Natividad, “en grupo y aprendiendo unas de otras” para vivir de una tradición que “se aprende trabajando y orando”.