Un viaje hacia la prehistoria a través del Geoparque de Granada

Cuando alguien imagina un desierto espectacular con formas geométricas imposibles y vegetación que rara vez es posible disfrutar, suele pensar que eso es un entorno más propio de los desiertos de Nuevo México o Arizona en Estados Unidos. Hollywood ha ayudado a crear ese imaginario colectivo que puede resultar injusto que se asocie en exclusiva del continente americano. Porque en España, en el sur de la península Ibérica, existe uno de los desiertos con más valor geológico y medioambiental del mundo. Existe el Geoparque de Granada.

Enclavado al norte de la provincia granadina, entre Guadix y Baza, acaba de ser integrado en la Red Mundial de Geoparques de la UNESCO, y es un entorno natural de primer nivel. Aunque tiene vastas llanuras de desierto, lo cierto es que es una zona semidesértica que está repleta de cárcavas y ‘badlands’. Estos últimos son paisajes áridos moldeados por la acción del viento y el agua que configura formas geométricas reconocibles y similares a las que se suelen ver en los films más conocidos. De hecho, tal es su belleza natural que incluso Netflix decidió utilizarlo como escenario de uno de los capítulos de su serie ‘Black Mirror’.

Pero para entender la importancia del Geoparque de Granada –antes conocido como Geoparque del Cuaternario- hay que conocer primero qué se entiende por geoparque. El biólogo Francisco Martín explica que se trata de “una distinción otorgada por la UNESCO, sin carácter normativo, a territorios con valores paisajísticos y geológicos singulares y bien conservados”. En 2001 se creó el programa de geoparques y en 2015 la UNESCO creó el distintivo ‘Global Geoparks’. Martín explica que gracias a esta catalogación se favorece “el desarrollo socioeconómico local con criterios de sostenibilidad basados en aspectos educativos y de turismo responsable”. Porque un entorno natural de estas características cumple con dichos criterios.

Pero el Geoparque de Granada es bastante más que su denominación. Se formó hace miles de años como parte del mar que bañaba lo que hoy es la península Ibérica. Con el paso del tiempo emergió y se convirtió en lo que es: una gran depresión que está rodeada de montañas tan importantes como Sierra Nevada. Como la lluvia que caía no tenía ningún tipo de salida, su presencia provocó la erosión del terreno creando las formas que caracterizan a un entorno natural semidesértico. Además, favoreció la sedimentación de arcilla o yeso.

Un pasado casi mitológico

Para un país como España, la existencia del Geoparque de Granada supone el relato de un pasado en el que la fauna era mucho más variada y heterogénea de lo que es hoy. En este enclave del norte de la provincia de Granada se han encontrado restos de jirafas, tigres dientes de sable o incluso mamuts. Un hecho que se explica porque el Geoparque de Granada se formó en el Cuaternario, en plena Prehistoria, cuando los animales de ese tipo eran la nota dominante en buena parte del mundo.

No solo eso, el Geoparque de Granada también fue la casa de los primeros hombres que habitaron estas tierras. En el corazón del enclave se encuentran dólmenes de más de 5.000 años de antigüedad que dan fe de que hubo asentamientos humanos durante, al menos, la Edad de Bronce. Una forma de visitar el origen del ser humano y de paso estrechar lazos con el pasado más reciente gracias a las casas cueva dispuestas durante toda su geografía gracias al terreno arcilloso con el que cuenta. De hecho, los visitantes pueden incluso alojarse en hoteles con dichas características.

Riqueza medioambiental

Otro de los grandes valores del Geoparque de Granada es su riqueza medioambiental. Posee una fauna única en muchos sentidos que hace que visitarlo sea una experiencia a varios niveles. El biólogo Francisco Martín explica que el paisaje que domina es la estepa y que es “de carácter cerealístico en la comarca de Guadix y más leñosa hacia el norte”. El experto señala que el entorno es la consecuencia de diversos factores como “los ambientales, debido a las condiciones de suelo y precipitaciones como de una intensa intervención humana desde la antigüedad”.

Para Martín no cabe duda que el Geoparque de Granada tiene una gran importancia “económica y cultural”. El biólogo señala también que “la vegetación es muy diversa y con numeras adaptaciones debido a las duras condiciones vitales”. Y, por si fuera poco, “barrancos y cárcavas presentan una vegetación de carácter más arbóreo al disponer de refugio y humedad, con importantes bosques de ribera”. Todo un espectáculo para los sentidos del visitante.

Si en el pasado las especies que habitaban el lugar eran tan variopintas que iban desde el mamut a la jirafa, hoy en día la fauna es más modesta en cuanto a grandes mamíferos, pero igual de importante. Francisco Martín asegura que las aves son los animales “más importantes y de mayor interés turístico” del Geoparque de Granada. Además, estas son “fáciles de ver para los aficionados”, por lo que es posible disfrutar de aguiluchos cenizo, sisones, carracas o gangas, cuya presencia constituye un valor incalculable dado que su preservación en el planeta está amenazada.

Pero más allá de las aves, en el Geoparque de Granada se pueden encontrar reptiles como la lagartija ibérica, la culebra de herradura, la tortuga mora o el galápago leproso. Quienes tengan interés por ver a una nutria también podrán hacerlo en este entorno ya que es el mamífero más destacado que se mueve por él. Han sido localizadas en varios ríos, pero no están solas, les acompañan cabras montesas, ciervos o topillos. Pero de toda la fauna, el biólogo Francisco Martín señala la enorme importancia de los insectos que pueblan el Geoparque de Granada, algunos incluso endémicos como el ortóptero acrídido Dericorys carthagonovae, o el escarabajo curculiónido Ocladius grandii.

Orgullo local

El Geoparque de Granada es también un orgullo para los vecinos y oriundos de las poblaciones que están enclavadas en él. Dos de las más importantes, por volumen de habitantes, son Guadix y Baza, que de paso constituyen la frontera física del entorno natural del geoparque. En ambos municipios apuestan por fomentar el turismo sostenible y luchar contra la despoblación. Joaquín Onieva, concejal de Medio Ambiente de Guadix, confiesa que constituye “una oportunidad de desarrollo sostenible basada en los recursos de nuestro territorio, especialmente de los vinculados a los valores geológicos, culturales y paisajísticos, que ahora son reconocidos por su importancia a nivel internacional”.

Onieva confía en que tras la pandemia del Covid-19, “se retome el fuerte impulso que estaba tomando gracias a la iniciativa del geoparque”. Un sentimiento compartido por el otro gran municipio del entorno como es Baza. Desde el Consistorio bastetano su alcalde, Pedro Fernández, destaca que la inclusión del Geoparque de Granada en la red mundial de la UNESCO “es una muy buena oportunidad para reforzar la lucha contra despoblación generando empleo y para avanzar en la conservación y salvaguarda de los recursos naturales y etnográficos de nuestra ciudad y comarca”.

Se felicita porque gracias a su existencia “las empresas que han adaptado sus servicios a las oportunidades que les brinda el geoparque y también conocemos una empresa de actividades turísticas y de ocio que se ha creado a raíz del proyecto de geoparque, lo que nos indica un aumento de la actividad del sector que esperamos que se traduzca en nuevos puestos de trabajo”. Un entorno que no es solo un gran atractivo turístico, sino un potente punto de partida para el comercio a todos los niveles. Un viaje a la prehistoria mirando hacia el futuro.