La presidenta de la ONG Sociedad Española de Medicina Humanitaria, Pilar Estábanez, ha sido parte de los cursos de verano de la Universidad Internacional de Andalucía, como directora del curso 'Asistencia sanitaria en crisis humanitarias. La crisis de los refugiados en Europa y Oriente Medio'.
Con motivo del curso, hemos querido hablar con Pilar de la crisis de Siria, la posición de Europa en este conflicto y de la situación de los afectados desde su punto de vista más personal como trabajadora en la medicina humanitaria.
¿Cuáles son los pasos a seguir cuando se confirma una crisis humanitaria como la de Siria?
La crisis humanitaria de Siria es una emergencia política compleja en la que es muy difícil cumplimentar todos los pasos porque está dentro de toda ilegalidad. Es la mayor crisis humanitaria en este momento, con medio millón de personas que no reciben ayuda y están en peligro de muerte. Lo primero que tiene que hacer un país es pedir ayuda y ni el Estado pide ayuda, ni las organizaciones humanitarias. No existen corredores humanitarios. La dinámica es que llega un desastre natural o un conflicto y el estado u organismo que dirige la situación pide ayuda y se le da bajo el derecho internacional humanitario. Se hace de manera urgente un análisis de la situación y necesidades para enviar ayuda con los equipos o se ve también la ayuda posible más cercana en países. El caso de Siria rompe todo, porque no se cumple ni un principio, ni siquiera se cumple el principio de asistencia a víctimas y el respeto de los espacios humanitarios sanitarios. Están bombardeando hospitales de Médicos Sin Fronteras. No se cumple nada, porque realmente es una guerra muy abierta en la que habría que hacer injerencia humanitaria.
¿Cuál es la situación en los campos de refugiados de la Unión Europea?
En este momento, ni siquiera son campos de refugiados, es gente que llega y se queda ahí porque hay dos millones de personas que están de un lado a otro. Se han incumplido todas las leyes por parte de Europa, la ley del asilo, el derecho a asistencia, el derecho a disponer de oficinas a la salida de Siria y encauzar a la gente según los países. Se han cerrado fronteras y los refugiados han tenido que ir de sitio en sitio. Hay un problema al no haber forma de salir de ahí. Lo último que se ha hecho es el tratado con Turquía que es ilegal y no ha pasado por el Parlamento Europeo. Se ha denominado a Turquía como tercer país para envío, siendo un país en el que se violan los derechos humanos, hay problemas de terrorismo y el Gobierno es una dictadura. Hay mucha ayuda sanitaria de ONGs y personas que acuden allí como pasa con Aire, muchas organizaciones como Médicos Sin Fronteras o Médicos del Mundo, pero con muchas dificultades al no poder organizarse campos de refugiados, pues la idea es que se les traslade a Turquía. Lo que está pasando rompe todos los decretos. Los refugiados huyeron pero llevan 5 años en países de paso. Es una ignominia lo que están haciendo los gobiernos europeos y tienen la responsabilidad de las muertes que está habiendo.
¿Es la peor crisis acaecida en los últimos años?
Es la peor crisis actual que hemos vivido por delante de Ruanda o los Balcanes. Lleva miles de muertos, sin ninguna solución en 5 años y sin corredores humanitarios. El genocidio de Ruanda mató a unas 800.000 personas, pero hubo respuesta y duró unos meses. Llevo 30 años trabajando en esto, he conocido todas las crisis y desastres naturales; y la ilegalidad que hacen los gobiernos no la he vivido. Europa no da respuestas.
¿Qué violaciones de derechos humanos están ocurriendo?
Todas, el acceso al agua, el saneamiento y la asistencia sanitaria. Es una violación permanente. El primer derecho es el derecho al respeto. El derecho al movimiento, al asilo, la primera base cuando huyes de un país en guerra. Todos los derechos se están violando. Hay problemas más específicos como los derechos del niño, sin educación, separados de sus familias, perdidos en la huida. También están los derechos de las mujeres, que sufren violaciones. No existen datos, pero la gente que está cerca lo oye.
¿Existe una diferenciación entre un niño y un adulto en esta crisis?
Los más perjudicados son los niños, el derecho del niño no se cumple y son víctimas. Mujeres y niños son las mayores víctimas.
¿Se ha conseguido cierto control de enfermedades infecciosas o de transmisión sexual?
Puede haber casos, pero no es una situación en la que hay mucho intercambio sexual ni epidemias. Son hacinamientos. Son una población sana que no viene con enfermedades de base y esperamos que las enfermedades no lleguen. El problema es la atención sanitaria de crónicos, mayores, niños y partos.
¿Cuál es el mayor problema al que se enfrenta la atención sanitaria cuando llega a un espacio de crisis?
El primer problema es el acceso. Hay que hacer una evaluación. Si la crisis es por un desastre natural, lo primero es la seguridad del sitio de conflicto. Los sanitarios y periodistas tienen que tener seguridad para no ser asesinados, que puede pasar para que no denuncien y no haya un testimonio. En un terremoto, lo primero es sacar a la gente de los escombros, mantener la vida. Dependiendo de la crisis, se organizan los equipos sanitarios humanitarios.
¿Qué tiene que hacer Europa para que esto no siga ocurriendo?
Hay dos niveles de responsabilidad. El primero es el consejo europeo. Los gobiernos, la mayoría conservadores, se han asociado en detrimento del refugiado con fantasmas del pasado. En los votos electorales, se están viendo unos mensajes muy negativos. Luego está la población, los gobiernos hacen lo que la población exige. Hay que salir a la calle. El último movimiento el 20 de junio con el día mundial de los refugiados se salió, pero solo miles de personas. No hubo un movimiento como contra la guerra.
¿La sociedad europea no está sensibilizada?
Está sensibilizada pero no sale a la calle, no lo muestra. Hay que salir con fuerza y denunciar permanentemente lo que está pasando. Europa está siendo ilegal con estos planteamientos. El problema es que hay gobiernos que tienen intereses en que esto sea así. Los gobiernos de ultras se han ganado los votos gracias a estas políticas de represión a los refugiados. Europa se formó en base a los derechos humanos y está ocurriendo un cambio terrible que en la vida se ha vivido.
¿Qué puede aportar un ciudadano voluntario sin formación en salud?
Lo primero es sensibilizar, hacer movimiento popular y salir a la calle a protestar. Luego se puede ayudar, ir, dependiendo de organizaciones y apoyo económico a organizaciones que sabes lo que hacen. Lo importante es tratar de cambiar con el votos. En España muchas comunidades autónomas y ciudades quieren acoger refugiados, pero el Gobierno no les deja entrar. Nosotros tenemos en democracia el voto y hay que saber votar a personas que no violen los derechos humanos. Hay que crear movimiento social e ir contra esto. Todos tendríamos que estar en la calle. Luego vienen las elecciones y la gente vuelve a votar a partidos ultraconservadores y son los que hacen estas leyes ilegales. ¿Qué puede hacer la gente? No debemos seguir con esta Europa, porque esto nos lleva a un fracaso de Europa y una situación de no poder vivir en una comunidad. Hay que vigilar los derechos humanos.