Los trabajadores del aeropuerto de la base naval de Rota (Cádiz) han comenzado este sábado un encierro en el Castillo de Luna, sede del consistorio, contra los despidos y “represalias” de la empresa Berger Aircraft Services Inc (LBAS), multinacional estadounidense concesionaria del servicio. Esta iniciativa se suma a la huelga indefinida que comenzaron el pasado 22 de diciembre, según ha informado en un comunicado el comité de empresa.
En total ha habido en lo que va de año 23 despidos: 12 el pasado mes de enero por “causas productivas”, de los cuales cuatro han sido ya declarados improcedentes; otros seis en junio, por los mismos motivos; y cinco disciplinarios, en agosto; a lo que se suma una docena de sanciones, la última contra el presidente del comité de empresa con 16 días de suspensión.
Pero la plantilla habla también de otra situación y es que la flota de LBAS fue inmovilizada por la Guardia Civil “por haber estado trabajando sin las tarjetas de transporte en regla”, lo que ha obligado a la empresa a subcontratar, después de dos décadas presentado este servicio, a Rico Bus, con lo que “ha sustituido” a los despedidos en lo que va de año. Por ello, consideran que ha sido una estrategia de la empresa para deshacerse de ellos.
En su escrito expresan también su malestar con el Gobierno de España, ya que a través de su Subdelegación de Cádiz ha rechazado el espacio solicitado para las protestas con motivo de las tres huelgas que llevan, relegándolos a un enclave de “poca visibilidad” para que el conflicto laboral pase “desapercibido”, igual que dicen que se han impuesto “unos servicios mínimos abusivos”.
De fondo, una cuestión que no termina de afrontar el Gobierno de España y que en reiteradas ocasiones ha sido denunciada por los trabajadores con el respaldo de distintas administraciones locales: se está mermando la presencia de trabajadores españoles en la base naval, mediante la externalización de los servicios, incumpliéndose con ello los acuerdos entre los dos países.
El propio alcalde de Rota, Javier Ruiz Arana, dirigía el pasado mes de septiembre una carta a Michael Macnicholl, comandante de las actividades navales de EEUU, exigiéndole que se pusiera fin a esta situación, advirtiendo también que podría llevar a un cambio en la percepción que la ciudadanía tiene de la base naval si cada vez deja menos empleo para el municipio.