Éstas son las segundas primarias en Podemos Andalucía capitaneadas exclusivamente por mujeres. Las candidatas a la presidencia de la Junta, Teresa Rodríguez e Isabel Franco, se han enfrentado este viernes en un debate intenso de casi dos horas retransmitido en streaming, organizado por el comité electoral en la sede del partido, y conducido por la directora de eldiario.es/andalucía, Lucrecia Hevia. El diálogo entre ambas dirigentes ha evidenciado, casi desde el principio, que no hay diferencias ideológicas y programáticas que las separen.
Rodríguez se ha presentado con una defensa de su gestión al frente de Podemos Andalucía, el grupo “que más iniciativas legislativas ha registrado en el Parlamento”. La líder regional ha enumerado medidas en materia de educación, sanidad, empleo, medio ambiente, lucha contra la corrupción… La gestión en Andalucía es el principal aval que la distingue de su rival, que desarrolla su actividad política en Madrid, en el Congreso de los Diputados. Pero Franco ha reaccionado enseguida refocalizando el debate: “Este debate no está en las diferencias programáticas. Suscribo al 100% lo que ha dicho Teresa”, ha dicho, y luego ha reclamado la autoría de todo ese trabajo parlamentario. “Yo coordiné el programa electoral con las medias que ha mencionado Teresa, me lo sé de memoria, estuve en todas las reuniones, participé activamente, y estoy muy orgullosa. Es un capital de todos en Podemos Andalucía”.
El meollo del debate es identitario. Está en el nombre que Podemos llevará a las elecciones andaluzas y en el margen de autonomía política que tendrá la organización. Aquí pivotan las diferencias entre Rodríguez y Franco y, por extensión, entre la dirección regional y estatal del partido. La diputada por Huelva fue la primera en subrayar que el partido “debe seguir manteniendo su esencia”, que “las decisiones importantes deben tomarlas los inscritos”, y que estos han votado mayoritariamente que “Podemos debe ser protagonista en la marca y en la papeleta electoral”. Detrás de esta tesis están también las palabras del secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, que sospecha que Rodríguez intenta formar otro partido de espaldas a la dirección estatal.
La gaditana no ha negado que sus aspiraciones pasan por lograr más autonomía política para Podemos Andalucía, cree que precisamente uno de los handicap en esta región es que “el partido se ve como muy madrileño”. Pero también ha sido clara al explicar que el proyecto de confluencia Podemos-IU, que avanza con el nombre Adelante Andalucía, mantiene un equilibrio de poderes, que la marca morada no está por encima del resto de fuerzas. “No tenemos intención de esconder las siglas de IU, una fuerza con 800 candidaturas municipalistas, 80 alcaldías y 250.000 votos en las últimas andaluzas”. Sobre las dudas en torno al nombre, Teresa Rodríguez ha reaccionado muy agitada. “Que el debate sea nominal es tristísimo”, ha dicho, “A Echenique le dije: si me das un buen nombre que contenga las palabras Podemos, IU, Equo…te lo compro. Aun estoy esperando”. La gaditana cree que la coalición Unidos Podemos que fusionó al partido morado e IU en las últimas elecciones generales perdió un millón de votos porque muchos votantes de IU sintieron que su formación era subalterna de Podemos.
Isabel Franco se ha esforzado en desbaratar el esquema con el que Teresa Rodríguez ha planteado estas primarias: el centralismo de Madrid contra la autonomía andaluza. “Se están dando carnés de andalucistas, estatalistas, centralistas. Me cansan las etiquetas y los personalismos. Ya está bien de pedir carnés con falsos debates que sobran”, ha dicho la diputada, acusando a la líder regional de haber diseñado la confluencia con IU de espaldas a los críticos de su ejecutiva y a la dirección estatal. “Me alegro de que Echenique no te diera un nombre para la marca andaluza, porque eso se tiene que decidir aquí, en el marco de la confluencia”, avisa.
La diputada nacional ha preguntado a Rodríguez directamente si aspira a convertir Podemos Andalucía en la fórmula de En Comú Podem en Cataluña. Un partido que tiene un número de CIF propio, autonomía política, financiera y orgánica propia, un censo de inscritos al margen del ámbito asambleario de Podemos, en definitiva, un partido político autónomo. Primero Rodríguez no le ha respondido. “Quiero un proceso propio andaluz, no catalán ni gallego”, dice. Luego ha aclarado que “con un CIF propio en ningún caso y con un censo distinto en ningún caso”. Para disipar las dudas sobre la escisión de Podemos Andalucía, ha levantado la voz: “¿Quién va a querer disolver un partido que se ha convertido en la principal fuerza de oposición en Andalucía?”. Ésta ha sido la parte del debate con más confrontación directa: el nombre y el modelo de partido. “¿Queréis ser como los Comunes en Cataluña, Teresa?”, preguntaba Franco. “¿Cuál es tu nombre ideal para la confluencia? Si me das un nombre te lo agradecería un montón, porque he visto mucha crítica de la dirección estatal, pero poca propuesta. Así no, así no, así no… ¿Cómo?”
Franco le ha recordado que los dirigentes de Podemos Andalucía inscribieron en el registro de partidos del Ministerio de Interior la marca Marea Andaluza, de espaldas a la dirección regional, y acusó a Rodríguez de haber mentido a la prensa y al resto de la organización. La líder andaluza sospecha que Echenique apuesta por el nombre Unidas Podemos-IU-Equo para la confluencia andaluza, el mismo nombre que llegará en las generales. “Puede que a nivel confederal no haya problema con ese nombre, pero en Andalucía no tenemos ningún interés de que IU esté a disgusto con el nombre”, le ha replicado la gaditana.
Detrás del nombre trasluce, otra vez, el debate sobre dónde debe estar el epicentro de la toma de decisiones del partido. Teresa Rodríguez sostiene que “por evitar las baronías territoriales, Podemos está auspiciando una monarquía. Y eso no es justo”. Su tesis sigue siendo la misma que presentó Anticapitalistas en Vistalegre 2, en 2016: “Hay que descentralizar Podemos hacia las autonomías, y que éstas avancen en esta dirección hacia municipios y comarcas, para que la toma de decisión política esté lo más cerca posible del territorio al que afectan”, dice. Franco le ha vuelto a replicar que “ahí no hay debate”, porque las dos están de acuerdo“.
Baronías versus monarquía
Triste o no, la línea de debate más acalorada ha girado en torno al nombre. Y ha sido una dialéctica contra un muro, porque ni Rodríguez ha aclarado las dudas y temores de Franco sobre al nombre de la marca y el modelo de confluencia para las andaluzas; ni Franco le ha dado a Rodríguez las propuestas sobre el nombre y el formato de alianza con IU que ésta le reclamaba. “Esperaba salir de este debate con una síntesis de la que salir juntas. Con un debate de tierra quemada y con acusaciones falaces será difícil salir adelante”, se ha quejado la gaditana en la recta final del duelo. “Y a mí me gustaría que Podemos terminase con la lógica de familias que en muchos sitios ha acabado con los círculos. Podemos es diverso y aquí caben todos”, le ha replicado Franco.
En el debate ha habido tres bloques temáticos, pero el lío del nombre y de la autonomía de Podemos Andalucía se ha comido todo lo demás. La última parte se ha centrado en el día después de esta primera fase de primarias, que pasan por otras primarias conjuntas con IU, como paso previo a la confluencia para las autonómicas. Rodríguez ha vuelto a dejar claro que si su oponente saca más votos, ella dará un paso atrás y dejará el grupo parlamentario de Podemos en la próxima legislatura. “Tendrías ser tú quien se enfrente a Susana Díaz en las elecciones”, le ha dicho.
Ambas han coincidido en que nunca dejarán gobernar a la derecha, ni por acción ni por omisión. Si las elecciones andaluzas permiten una aritmética en la que sumen PP y Ciudadanos, tanto Rodríguez como Franco defienden que usarán los votos de Podemos como muro de contención. Más dudas hay sobre qué papel debe asumir el partido morado en su relación con el PSOE, una de las grandes dudas existenciales de Podemos. Franco ha dicho que los socialistas andaluces son “el régimen”, ha recordado que llevan 37 años ininterrumpidos gobernando. “En ningún caso vamos a gobernar con el PSOE de Andalucía, pero esto es una decisión que deben tomar los inscritos del partido”, ha subrayado la diputada en el Congreso.
Teresa Rodríguez está más que convencida sobre este punto. Defiende que el PSOE andaluz es el “susanismo”, “un socialismo de segunda generación, absolutamente profesionalizado y alejado de los agentes sociales”. Ha alertado sobre la capacidad del PSOE para fagocitar los logros de otras formaciones de izquierdas, y ha sentenciado que Podemos no debe entrar en ningún gobierno de coalición ni en la Junta ni en ningún municipio ni en el resto de España. “Podemos llegar a acuerdos puntuales con ellos, políticas a políticas, pero ya está”, ha dicho.
El debate no ha resuelto la fractura interna en Podemos, aunque el grado de coincidencia ideológica y estratégica es muy alto. Las dos dirigentes han sido respetuosas la una con la otra, han sabido exteriorizar sus diferencias para que los inscritos entiendan de qué va esto, y lo han hecho sin dañarse mutuamente y sin estropear la marca del partido en el que ambas militan. Ahora serán los 45.000 inscritos llamados a las urnas quienes decidan quién lidera la confluencia de Podemos, IU y otras fuerzas en las próximas elecciones andaluzas.