“En el PP-A hemos ayudado a que el estereotipo del señorito se pueda confirmar”

eldiario.es/andalucia

El futuro presidente del PP-A y candidato de la federación a las elecciones autonómicas, Juan Manuel Moreno, se está promocionando sobre todo en los municipios más pequeños, dado que entiende que populares no han conseguido calar en ese mundo rural que no les ha sentido “como partido de esta tierra”. En una entrevista en la cadena SER este lunes, se ha referido a la imagen de señoritos que los han podido alejar de los andaluces y que puede explicar por qué en más de 30 años no han conseguido gobernar. “Los socialistas han usado de manera muy hábil ese estereotipo y nosotros hemos ayudado a que se pueda confirmar”, ha admitido, consciente de que esos municipios de menos de 20.000 habitantes son la “asignatura pendiente” y el “reto” que tiene por delante un PP-A que ya gobierna “sobre el 60% de la población de Andalucía”.

El todavía secretario de Estado de Servicios Sociales e Igualdad -cargo que presumiblemente dejará antes del congreso de marzo que lo proclamará- ha reconocido que todavía no ha hablado con la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, que se considera la gran derrotada en su designación dado que apostaba por otro candidato. “No he hablado con ella todavía, pero estoy seguro de que lo haré y de muchas cosas. Nunca he tenido una confrontación con mi secretaria general”, ha insistido. En este sentido, ha reiterado que el PP es un “partido muy heterogéneo y que tiene muchas sensibilidades y gustos”, por lo que sería normal que ella hubiera tenido otras preferencias. “Hay que quitarle importancia. Lo que me importa es que los ocho presidentes provinciales y los afiliados de base me han recibido con ilusión”, ha dicho, negando que Dolores de Cospedal haya salido debilitada del proceso. Ha augurado que hablará “mucho” con la número dos del partido porque Andalucía es “prioritaria” desde el punto de vista electoral. Tiene, según él, una “magnífica relación” con ella.

En cuanto a las críticas sobre su designación por dedazo de Mariano Rajoy, ha remarcado que se presenta al puesto por una decisión “soberana”. Eso sí, como forma parte del Gobierno de España, le parecía “sensato” pedir a su presidente “una especie de plácet”.

Pese a que todavía no tiene “el gusto” de conocer la secretaria general del PSOE-A, ha augurado que lo hará con motivo de los actos por el 28 de febrero, Día de Andalucía. Sí ha coincidido con Susana Díaz en que Andalucía “debe jugar un papel fundamental como garante de los derechos por su peso demográfico y político”, en referencia al conflicto con Cataluña. En cambio, ha vuelto a mostrar su contrariedad por la reunión con el presidente de Cataluña, Artur Mas, de comienzos de febrero, porque “lo puso al mismo nivel” que el presidente del Gobierno de España “que defiende el marco de convivencia actual” frente a un “modelo rupturista”. No le gustó que Susana Díaz hablara por un lado de “los separadores y por otro de los inmovilistas”.

Por la polémica reforma de la Ley del Aborto ha pasado de soslayo. En su opinión, el PP está cumpliendo su programa electoral. “Creo que hay un proyecto que se ha hecho hablando con mucha gente”, ha recalcado, refiriéndose sobre todo a los colectivos de personas con discapacidad, en la idea de “proteger al nonato” que pudiera tener algún problema de este tipo. “Hay que darle tiempo al proyecto”, ha dicho, convencido de que se tendrán en cuenta “las opiniones que sean sensatas”.

Sí se ha detenido más en la tragedia de los inmigrantes en Ceuta. No cree que deban producirse dimisiones, máxime cuando él tiene “confianza en los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado”, pero sí ha pedido que se aborde “con rigor” el debate sobre el control de las fronteras. Ha opinado que el Ministerio de Interior ha hecho un “ejercicio de transparencia”. En su opinión, el director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa, tal vez “compareció demasiado rápido” y aún no tenía toda la información necesaria para dar una explicación “más precisa”.

Preguntado sobre cómo ve que se dispare al agua cuando hay inmigrantes intentando llegar a nado a la costa aferrados en precarios salvavidas, ha pedido que no se haga demagogia. “Puede parecer desproporcionado, claramente, pero debe ser un debate sin demagogia. Con qué medios proporcionales hay que hacerlos, digámoslo. Es un problema creciente. La UE nos pide que protejamos las fronteras. Hay que trabajar con fórmulas de cooperación y desarrollo en los países de origen. Siempre estaré en la protección de la vida humana sea inmigrante o no, pero también hay unas instrucciones por parte de las autoridades europeas de proteger las fronteras, hay que tener cierta capacidad intimidatoria para lógicamente evitar una avalancha”, ha manifestado.

Por último, ha hecho un alegato a favor de los que se dedican a la política, incluso sin haber pasado por otros cometidos en la vida. En su caso, ha comentado que antes de entrar en política, trabajó “en una pizzería, un bar y como comercial unos breves meses”. Pero sobre todo, tiene vocación política: “Me encanta, es el instrumento más poderoso para transformar la sociedad”. Una pasión que “quizá haya sido el problema” para que haya tardado tantos años en terminar la carrera. Pero tampoco un título define a un político, y ha puesto el ejemplo de “muchos alcaldes que no los tienen y son magníficos gestores y servidores públicos”.