El PP amplía su poder territorial en Andalucía oriental y se desploma en Sevilla, Huelva y Cádiz

Las municipales, como fueron las andaluzas, arrojan contradicciones entre números y política: los socialistas han ganado estas elecciones en el cómputo total de votos, pero los populares han ganado más capitales, más ciudades grandes, más poder. Gobernarán en cinco de las ocho capitales y sólo en dos de ellas necesitarán, quizá, el apoyo de la extrema derecha.

El Partido Popular ha perdido votos, concejales y alcaldías, ha dejado de ser la fuerza más votada en Sevilla, Córdoba, Jaén y Granada, pero ha aumentado su poder territorial respecto a 2015 y ahora gobernará sobre más población que la de hace cuatro años. Con el 97% escrutado, el PP tiene opciones de dirigir cinco capitales andaluzas a través de pactos con Ciudadanos y Vox. Los populares concentran su hegemonía en Andalucía oriental y, en cambio, se han desplomado en Andalucía occidental. Esa cicatriz sociológica siempre ha estado ahí, y siempre ha sido difícil de explicar. El PP roza la mayoría absoluta en Almería y crece notablemente en Málaga, dos capitales donde podrá reeditar su pacto de Gobierno con Cs, sin necesidad de apoyarse en Vox. También conservará Jaén (si se alía con Cs y Vox) y un pacto entre PP, los naranjas y la extrema derecha podría mandar a la oposición a los alcaldes del PSOE en Córdoba y Granada, replicando así la fórmula del Gobierno andaluz de José Manuel Moreno Bonilla.

El PSOE, primera fuerza en el 80% de los municipios

Los socialistas ganan en el cómputo total de votos en Andalucía, tienen más alcaldías y concejales, son la primera fuerza en el 80% de los municipios (690, la mayoría menores de 20.000 habitantes), pero el resultado queda muy por debajo de sus expectativas. El PSOE se ha impuesto con claridad en Huelva, otrora bastión popular, donde el alcalde Gabriel Cruz se ha alzado con la mayoría absoluta (14 concejales frente a los 4 del PP). Una proeza en un escenario de gran fragmentación de partidos que, sin embargo, no ha logrado alcanzar el alcalde de Sevilla, Juan Espadas. El PSOE mejora su resultado en la capital andaluza, logrando casi el doble de concejales que el PP. Espadas tratará de gobernar en solitario, pero lo tendrá difícil, porque tanto Ciudadanos como Adelante Sevilla (Podemos-IU) pelearán por convertirse en su socio preferente, con idea de entrar en el Gobierno municipal. Los socialistas son los más votados en cuatro capitales -Sevilla, Huelva, Granada y Jaén-, pero sólo podrá gobernar las dos primeras.

Con la pérdida de Madrid y Barcelona, sólo Cádiz resiste como ayuntamiento del cambio en la órbita de Podemos, ajeno al bipartidismo del resto de la comunidad. Pero el logro no ha sido de la formación morada. El alcalde José María González 'Kichi' ha conseguido, con una campaña al margen de la marca de Pablo Iglesias, cinco concejales más para Adelante Cádiz, quedándose a un escaño de la mayoría absoluta. Kichi volverá a necesitar al PSOE para gobernar, aunque intentará hacerlo en solitario. El PP, que gobernó esta ciudad con mayoría absoluta durante 20 años, se ha quedado con seis concejales. La coalición Adelante, que aúna a Podemos e IU, ha sido primera fuerza en 56 municipios andaluces, revitalizando así la confluencia que crearon Teresa Rodríguez y Antonio Maíllo para las autonómicas.

En el conjunto de la comunidad, los socialistas encadenan su tercera victoria tras las autonómicas del 2 de diciembre y las generales del 28 de abril pasado, pero ganar no es gobernar. Las alcaldías de las capitales y de las ciudades de más de 50.000 habitantes eran la esperanza del PSOE de Susana Díaz para ejercer de contrapoder desde dentro de Andalucía al Gobierno regional de PP y Ciudadanos. Con el 97% escrutado, el PSOE logró 1.378.275 votos (36,8%) y se impuso por 10 puntos al PP en Andalucía (998.804 votos, el 26,7%). El PSOE ha sido el más votado en 358 de los 786 ayuntamientos andaluces.

Ciudadanos logra 12 mayorías absolutas

Ciudadanos ha crecido vertiginosamente, porque se presentaba en tres veces más municipios que hace cuatro años. De 167 a 449 concejales, con presencia probablemente en muchos gobiernos municipales, algunos de la mano del PP y Vox, y otros aliados con el PSOE. Los naranjas han recabado 307.000 votos, unos 100.000 más que en 2015, pero se han quedado lejos del anunciado sorpasso al PP. La fortaleza de las alcaldías populares y su arraigo en las capitales y grandes ciudades ha frustrado la esperanza de los naranjas, que buscaban consolidarse como segunda fuerza por delante del PP, como ocurrió en las generales. Aún así, han pasado de cinco alcaldías a 12 con mayoría absoluta. Ciudadanos se erige como llave de gobierno en 14 de las 29 ciudades de más de 50.000 habitantes, incluidas seis de las ocho capitales.

Irrupción modesta de Vox

También la irrupción de Vox ha sido más modesta de la esperada, pero su éxito es considerable en capitales y municipios de la Andalucía oriental. Allí donde el PP estaba más débil, la extrema derecha ha mostrado más fortaleza: 125.236 votos, un 3,25%, y con 105 concejales. En la provincia de Almería, Vox ha rebasado a Ciudadanos en número de papeletas. En el municipio de El Ejido, donde la extrema derecha logró su mejor resultado en las generales, se convierten en segunda fuerza, por detrás del PP, y rebasando al PSOE y a Ciudadanos.

El PP ha perdido casi 157.000 votos respecto a hace cuatro años, mientras que el PSOE ha perdido 79.000 votantes. Los socialistas convencieron a un millón de andaluces en las autonómicas del 2 de diciembre, a 1,5 millones en las generales y a 1,3 millones -200.000 menos- en las municipales. Los 29 localidades de más de 50.000 habitantes han quedado muy repartidas entre PP y PSOE. Los populares ganan en los municipios más poblados de la costa, como Torremolinos, Benalmádena o Fuengirola, mientras los socialistas conservan Dos Hermanas (undécima mayoría absoluta de Francisco Toscano); Alcalá de Guadaíra, Utrera, Écija, La Rinconada, Morón, Camas o Mairena del Aljarafe (donde tendrán que pactar).

El más votado

En 2015, el PP fue la fuerza más votada en siete de las ocho capitales andaluzas (todas excepto Huelva). Sin embargo, la fragmentación del voto conservador en beneficio de Ciudadanos y la recuperación del PSOE fue letal para los populares a la hora de traducir esa victoria en gobiernos locales. El PP perdió las alcaldías de cinco capitales, cuatro en favor de los socialistas, que hicieron pactos a izquierda (Podemos-IU) y derecha (Cs) para afianzar su poder municipal; y la quinta fue Cádiz, el ayuntamiento más importante en el que irrumpió la marca afín a Podemos, con apoyo del PSOE.

En cuatro años, la italianización de la política española se ha agudizado aún más con la irrupción de Vox, que fragmenta aún más el arco de la derecha. Ahora, sin embargo, es impensable volver a escuchar a un candidato del PP afirmar, como hizo Juan Ignacio Zoido en 2015, que “los pactos contra la lista más votada son traicionar al ciudadano”. Zoido ganó entonces por 2.000 votos y un concejal, pero perdió la Alcaldía de Sevilla por un pacto del PSOE con los dos grupos de izquierda (Participa e IU). Ahora el PP gobierna por primera vez en Andalucía siendo segunda fuerza, con el peor resultado de su historia, sustentado en un pacto de coalición con Cs y otro de investidura con Vox.

La dirección regional del PP salió a celebrar los resultados pasada la medianoche, con júbilo, y convencida de que conservarán las diputaciones de Málaga y Almería. La secretaria general del PSOE andaluz, Susana Díaz, compareció junto a Espadas en la sede regional del partido, ostentando el músculo de los socialistas en el cómputo global del voto. Ahora su lectura optimista debe pasar el filtro de la dirección federal de Pedro Sánchez.

La desmovilización y el cansancio de los 6,5 millones de andaluces llamados a las urnas por tercera vez en seis meses ha sido un factor clave en estos comicios. La participación ha sido del 61,3%, casi la misma que en 2015, pero 12 puntos por debajo de las generales de hace un mes. Y cinco puntos más que en las andaluzas de diciembre, en las que Díaz perdió el Gobierno autonómico tras 36 años y medio del PSOE en el poder.