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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

El PP admite por primera vez que derogará la Ley andaluza de Memoria para calmar a sus socios de Vox

Uno de los 37 puntos del acuerdo suscrito entre PP y Vox en Andalucía que facilitó la investidura del presidente Juan Manuel Moreno Bonilla dice así: “Promover una Ley de Concordia que sustituya a la Ley de Memoria Histórica”. Hasta ahora, los populares habían amortiguado el sentido de esta frase, subrayando que su intención era “reformar” y “mejorar” la ley en vigor, aprobada en la pasada legislatura sin ningún voto en contra. Esta semana, el PSOE ha tramitado una proposición no de ley en el Parlamento para llevar la Memoria Histórica a las aulas andaluzas, como establece la normativa, y la iniciativa ha prosperado gracias a la abstención de PP y Ciudadanos.

Esto ha “disgustado” sobremanera a los socios de extrema derecha de los populares, que les han acusado de “contravenir un punto importante del acuerdo”. “Tomamos nota y lo tendremos en cuenta”, ha advertido el portavoz parlamentario de Vox, Alejandro Hernández. Enseguida, el PP ha trasladado a su aliado que, en tanto esté en vigor, la Ley andaluza de Memoria debe cumplirse pero, para tranquilizarles, añade que su compromiso político pasa por “derogar” esta norma y empezar a diseñar desde cero la prometida Ley de Concordia.

Es la primera vez que el PP explicita la palabra “derogar” para hablar de las políticas de Memoria Histórica, atribuidas a la Consejería de Cultura en el Gobierno de Moreno Bonilla. “Espero que sí podamos derogarla”, ha repetido varias veces el portavoz popular en la Cámara, José Antonio Nieto, aunque también ha expresado su interés por lograr “una ley integradora”.

Durante el mandato anterior, los populares participaron activamente de la negociación con PSOE, Podemos, Ciudadanos e IU que permitió al Parlamento aprobar la Ley andaluza de Memoria sin ningún voto en contra. Ninguna otra ley memorialista en España (la estatal o la navarra, aprobadas hasta entonces) había logrado tal nivel de consenso. Tras llegar al Gobierno, el PP se apresuró a matizar el contenido del acuerdo suscrito con los de Abascal respecto a la citada ley. Preguntado reiteradamente por si el compromiso con Vox era fulminar la norma en vigor, el consejero de la Presidencia, Elías Bendodo, eludió hablar abiertamente de derogación: “Vamos a respetar al 100% la ley, pero queremos mejorarla y buscar el consenso más amplio posible dentro del Parlamento andaluz, porque no era una ley de consenso”.

La aprobación de una Ley de Concordia en el acuerdo PP-Vox está ligada irremisiblemente a la anulación de la Ley de Memoria, aunque los populares no lo hayan verbalizado hasta ahora. La formación de extrema derecha respondió a esta “ambigüedad” desde el principio con mucha contundencia: “Cambiar el nombre a la ley no basta, hay que derogarla”, avisó. El objetivo de Vox era tan nítido que la formación de Santiago Abascal se ha hecho con la presidencia de la Comisión parlamentaria de Cultura, donde llevará su propuesta para anular la Ley de Memoria. El Gobierno de PP y Ciudadanos ya asumió la agenda política de Vox en el primer Consejo de Gobierno, cuando anunció la creación de un Comisionado para la Concordia, adscrito a la Consejería de Cultura.

Este rifirrafe calienta el debate que tendrá lugar este jueves en el Parlamento, porque los socialistas presentan una moción monográfica sobre la Ley andaluza de Memoria y diversos aspectos de la misma que están por desarrollar. El PSOE quiere volver a poner ante el espejo a los socios de Gobierno, PP y Ciudadanos, que deberán pronunciarse sobre medidas concretas que están contempladas en la normativa, y cuyo desarrollo facilitaron en la pasada legislatura al abstenerse en estos debates. El objetivo del partido de Susana Díaz es visibilizar la dependencia del Gobierno de Moreno del apoyo de la formación ultraconservadora. El portavoz socialista en la Cámara, Mario Jiménez, ha convocado este miércoles a la prensa en el cementerio de San Fernando, en Sevilla, donde se están exhumando fosas del franquismo, para presentar la moción en defensa de la Memoria Histórica.