Después de un comienzo chocante, en el que el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, se vio obligado a modificar el rango de las consejerías, para que no aparecieran las cinco primeras presididas por hombres, el PP y C's han cerrado una estructura de altos cargos en la que -a expensas de flecos y cambios como los que se han sucedido en las primeras horas de su aprobación- se eleva a sus máximos el porcentaje de consejerías con más mujeres en altos cargos si se compara con legislaturas pasadas.
Para llegar a esta conclusión se puede seguir el mismo criterio que en el informe de evaluación de impacto de género que la propia Junta de Andalucía elaboró para los últimos presupuestos autonómicos, los de 2018, y compararlo con los nombramientos en las últimas reuniones del Consejo de Gobierno. Comenzando por arriba, efectivamente, en la pasada legislatura había una presidenta -Susana Díaz, la primera en Andalucía- y en ésta, un presidente. Pero entonces, de las 13 consejerías, ocho estaban comandadas por hombres y cinco por mujeres, y esta vez partimos con seis lideradas por ellos y cinco, por ellas, con lo que se ha reducido la distancia entre sexos.
El citado estudio refería también que de las 13 consejerías en el último año de la pasada legislatura había una representación equilibrada por sexos en la ocupación de altos cargos en cuatro de ellas (30,8%), en los términos establecidos por el artículo 3 de la Ley 12/2007, de 26 de noviembre, para la promoción de la igualdad de género en Andalucía, donde ninguno de los dos debe superar el 60% ni estar por debajo del 40%. Un dato que empeoraba registros previos de la misma legislatura (no hay que olvidar que los ceses y nombramientos son continuos por distintas razones). En 2016, siete de las 13 consejerías (el 53,8%), la mejor cifra hasta el momento, tenían representación equilibrada, y en 2015, eran el 46,2% (6) las que alcanzaron dicho objetivo.
Las de mayor rano incumplen la paridad
En la presente legislatura, mirando las consejerías, se da el mayor porcentaje de equilibrio desde que se realizan estos estudios -hace una docena de años- porque se constata en seis de las 11 consejerías (54,54%). Es más, en dos en las que esto no ocurre es porque ellas copan las direcciones y no ellos, como ha sido históricamente, una sobrerrepresentación femenina que tampoco es insólita en Andalucía porque ya se dio, según el informe de 2018, en las entonces consejerías de Hacienda y Función Pública, Igualdad y Políticas Sociales y Salud. Eso sí, las de mayor rango incumplen la paridad, y a favor de ellos.
En concreto, en el nuevo organigrama se produce en Economía, Conocimiento, Empresas y Universidad, con Rogelio Velasco de consejero y donde las mujeres ocupan 10 de los 15 puestos de mando, con lo que no se respetaría dicho equilibrio, pero esta vez, a favor de ellas, lo que se repite en la dirección de Cultura y Patrimonio Histórico (cinco de siete), con Patricia del Pozo de consejera.
En cambio, se respeta el equilibrio, y además ellas son mayoría, en Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación. Hay igual equilibro, pero a la inversa, en Hacienda, Industria y Energía (seis hombres y cuatro mujeres), Educación y Deporte (11 y 10, respectivamente), Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible (13 y 10), Salud y Familias (10 y nueve) y Fomento, Infraestructuras y Ordenación del Territorio (11 y ocho).
Por lo contrario, está muy masculinizadas las tres primeras consejerías en rango. Empezando por Turismo, Regeneración Justicia y Administración Local, en manos del vicepresidente, Juan Marín. En estos momentos hay 11 hombres frente a siete mujeres, tras la vacante por la dimisión de Eloísa Fernández-Vivancos como delegada del Gobierno de la Junta de Andalucía en Granada. Si la sustituye Gustavo Rodríguez, como ha publicado Abc, la diferencia se incrementará.
También ocurre en Presidencia, Administración Pública e Interior, comandada por la mano derecha de Juan Manuel Moreno, Elías Bendodo. Los 18 puestos de máxima responsabilidad se reparten entre 12 hombres y la mitad de mujeres.
El tercer caso es Empleo, Formación y Trabajo Autónomo, paradójicamente la primera del organigrama con consejera, Rocío Blanco, y también con viceconsejera (Isabel Balbín). Hay otras cinco mujeres en la dirección, pero con 11 hombres en puestos de responsabilidad, éstos superan (ligeramente, es cierto) el 60%.
Para estos estudios se tiene en cuenta lo que recoge la guía de incompatibilidades de altos cargos de la Junta de Andalucía, que establece que éstos son, junto a presidente, vicepresidentes y consejeros, los viceconsejeros, secretarios generales, directores generales, secretarios generales técnicos, miembros del Gabinete de la Presidencia, delegados del Gobierno de la Junta de Andalucía en las provincias y sus homólogos de las distintas consejerías, junto a los máximos responsables de organismos autónomos, todos ellos de libre designación.
Tres puntos de diferencia
En este sentido, comparando con 2018 y yendo a los primeros puestos, se mantiene la representación equilibrada en las viceconsejerías, pero con menor presencia femenina que entonces, porque se ha pasado de un 53,8% de mujeres y 46,2% de hombres, a un 45,4% y 54,6. Entretanto cae levemente el porcentaje de mujeres en el tercer escalón, el de las secretarías generales, ya que si el pasado año eran justo mitad y mitad, esta vez ellos son 16 frente a 15. Mientras, en las direcciones generales el porcentaje de hombres es superior, pero sin sobrepasar el 60%, y las delegadas son mayoría.
En total, hasta la fecha, se han producido 193 nombramientos para los puestos de más responsabilidad, incluidos el presidente, los 11 consejeros y otros tantos viceconsejeros. De ese total, hay 88 mujeres (45,6%). En el último informe, incluida la presidenta, eran 231, y de ellos, 101 mujeres (43,7%).