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Un año de Susana Díaz y cinco compromisos a examen

Susana Díaz cumple esta semana un año como presidenta de la Junta de Andalucía, 12 meses en los que su sello se ha dejado notar en su proyección como referente del PSOE. Sin embargo, un año después, sigue enfrentándose a la región con mayor índice de paro del país y donde la sombra de la corrupción suma un nuevo caso de investigación por presunto fraude en los fondos de formación para el empleo.

Si tomamos el discurso que pronunció en su investidura en septiembre de 2013 y elegimos algunas de las frases de que manera más persistente se oyen en su boca, podemos hacer un breve repaso de las promesas que lanzó y que ya ha cumplido o no, en el caso de aquellas para las que puso fecha, porque otras forman parte de un compromiso para la legislatura.

Estabilidad del pacto

LA FRASE: “Andalucía está demostrando que las cosas se pueden hacer de otra manera con un gobierno de izquierdas y sólido”.

El primer compromiso que hizo en ese discurso fue el de garantizar la estabilidad del Gobierno de Andalucía “basado en un sólido acuerdo [con IU] que asumo totalmente”. Y precisamente en este asunto ha tenido que lidiar con la crisis más grave desde que se firmó el pacto a cuenta de los realojos de la conocida como corrala Utopía. Una crisis en la que la presidenta dio un golpe “de autoridad”, como calificaron en su partido, retirando incluso unas horas competencias a sus socios y en la que finalmente IU se ha considerado a sí misma vencedora a raíz de que el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) avalara el procedimiento que siguió la Consejería de Fomento y Vivienda.

En todo caso, la elaboración de los presupuestos autonómicos de 2015, igual que ocurrió con los de 2014 que le tocaron también a ella, vuelve a disparar las tensiones entre los dos socios -a lo que se suma la cercanía de los comicios- y reabre el debate de un posible adelanto electoral. La presidenta reconocía hace unos días que la complicada tarea de elaborar las cuentas puede romper el pacto.

Es, de todas maneras, una duda que siempre ha estado presente y que muchos se han encargado de fomentar vinculándola también con las aspiraciones que Susana Díaz pueda tener en la política, una vez que se dejó querer cuando el PSOE afrontó hace un par de meses la renovación de su dirección y evaluó sus posibilidades como secretaria general.

Lucha contra la corrupción

LA FRASE: “Seré implacable en la lucha contra la corrupción”.

Sin duda, el objetivo en el que más énfasis puso en su investidura fue en la lucha contra la corrupción. Después de la limpieza que hizo con su equipo, donde dejó fuera a todos los consejeros que de alguna manera más o menos directa podían terminar nombrados en el sumario del caso ERE, ha puesto en marcha mecanismos de control nuevos. Destaca que ya en los presupuestos autonómicos de 2014 se han incluido mecanismos extra de control de las tranferencias de financiación, con informes previos y a posteriori de las mismas. La aprobación del anteproyecto de la Ley de Formación Profesional este verano camina también en ese sentido, en vista de que la justicia investiga buena parte de los fondos públicos destinados a esta materia que habrían sido defraudados.

Paralelamente, ha ordenado una revisión de todos los expedientes de subvenciones de formación por un lado y las recibidas por el sindicato UGT-A por otro. Esta ingente tarea lleva más tiempo del que parece tener el Gobierno de Andalucía para despejar toda sombra de duda, porque entretanto siguen adelante intervenciones policiales, como la reciente operación Óscar.

Por el contrario, tiene pendiente la complicada modificación de la Ley de la Cámara de Cuentas para aumentar la capacidad de control de la misma sobre los partidos, para los que también quiere prohibir las donaciones privadas. Tampoco ha conseguido cerrar con el PP-A que todos los cargos publiquen la declaración de renta y bienes de ellos y de sus parejas, algo que por el momento sólo han asumido los partidos en el Gobierno.

En paralelo, desde la oposición se le achaca que los socios se opongan a plenos extraordinarios en el Parlamento de Andalucía sobre los mayores escándalos -caso ERE y formación- porque han optado por rendir cuentas a través de comparecencias de los consejeros responsables de manera periódica, como la próxima que tendrá nuevamente el consejero de Educación, Cultura y Deporte, Luciano Alonso.

Nuevo modelo productivo

LA FRASE: “El desempleo nos quita el sueño”.

El nuevo modelo productivo del Gobierno de Andalucía es más bien una reorientación del vigente en vista de que resulta difícil innovar donde los teóricos llevan décadas devanándose los sesos. La primera apuesta ha sido reducir las trabas burocráticas para las empresas. En segundo lugar, se ha ideado un plan de becas y prácticas para jóvenes, sobre todo con convenios con grandes empresas y bancos, así como el impulso de contratos para parados de más de 30 años. Igualmente, se ha apostado por la movilización de todos los recursos con una apuesta por la minería a través de la reapertura de las minas de Riotinto (Huelva) y Aznacóllar (Sevilla). Destaca también la inversión en planes para reactivar la construcción pero con políticas de sostenibilidad, por lo que se ha centrado en la rehabilitación y la eficiencia energética. Hay que sumarle los primeros pasos del futuro instituto público de crédito de Andalucía.

Más de 800 millones de euros se han movilizado en estos planes que pretenden crear empleo pero que no son suficientes, por cuanto que se trata de contratos temporales y de retribuciones muy limitadas. Lo cierto es que las cifras de desempleo no evolucionan todo lo rápido que cabría desear. De hecho, la presidenta insiste en que “la mejora económica será tangible para los andaluces cuando se cree empleo y bajemos de la barrera psicológica del millón de parados”. Confiaba en que sería posible este verano, y considerando sólo los datos de los demandantes (en torno a 1.040.000 personas) porque el Instituto Nacional de Estadística (INE) cifra actualmente en más de 1.400.000 los parados en Andalucía si se consideran todas las personas en edad de trabajar.

En este contexto, una gran asignatura pendiente: el acuerdo de concertación social, que ya ni siquiera se quiere llamar así, sino “diálogo social”. El caso es que se iba a cerrar a comienzos del verano pero actualmente los principales agentes reconocen que está en punto muerto. La ampliación a nuevos protagonistas que reclaman algunos agentes -por ejemplo a la economía social o a los consumidores- y las polémicas en las que se han visto inmersos los clásicos -por ejemplo las investigaciones contra la CEA (Confederación de Empresarios de Andalucía) y UGT-A- están suponiendo una gran dificultad en esta negociación, de manera que de momento sólo hay un avance en lo que se llama Agenda por el Empleo de Andalucía y que se ha presentado como “el primer paso” en este camino.

La confianza de la ciudadanía

LA FRASE: “Voy a abrir puertas y ventanas”.

Para ello, dos claves: transparencia y participación. La Ley de Transparencia -cuyo anteproyecto venía desde antes de que ella fuera presidenta- ya ha sido aprobada en la que todos los expertos coinciden que es el texto más avanzado en la materia que existe en el país, si bien no entrará en vigor en su totalidad hasta dentro de casi dos años. De momento, sí se han dado pasos en esta línea, como la publicación del orden del día de cada Consejo de Gobierno y sus resoluciones. Por el contrario, otros gestos de transparencia que ha hecho el Gobierno de Andalucía -como la reciente publicación de todas las subvenciones que se habían concedido para formación exonerando a sus beneficiarios de haber justificado completamente las recibidas con anterioridad- ha llegado forzada a golpe de titulares de la prensa.

Más lenta va la Ley de Participación, de la que se ha aprobado, de momento, su anteproyecto. Es más, en esto no se cumplió el calendario que prometió en su investidura. En septiembre de 2013 garantizaba aprobarla “antes de que acabe el año” y no ha sido hasta este pasado mes de julio cuando ha salido adelante el anteproyecto. Esto hará que difícilmente la norma pueda entrar en vigor en esta legislatura.

También anunció para “antes de que acabe el año” -de nuevo 2013- la creación de una comisión de expertos independientes de análisis del sector público para hacerlo más eficiente de la que aún nada se sabe. Lo cierto es que de momento se ha optado por encargar a cada consejería que haga sus propias propuestas de racionalización para reducir el gasto público, si bien estos documentos no han trascendido y no se conoce de momento la medida del ahorro.

Reuniones con los alcaldes

LA FRASE: “Con mis errores y aciertos, gobierno para todos los andaluces, para los que me han votado y los que no”.

La presidenta ha insistido en repetidas ocasiones en tender la mano a la oposición para “salir de la crisis sin dejar a nadie detrás”, pero se ha encontrado siempre con un muro de hostilidad en las filas del PP-A, que sigue aferrado a su discurso de que todo en la Junta de Andalucía es corrupción. Ocurre también que en relaciones institucionales tampoco ha llegado a tiempo de cumplir la agenda que anunció si se mira en clave regional. De hecho, ha estado más tiempo fuera que dentro, con una clara preferencia por mantener encuentros con la Casa Real, presidentes de otras autonomías y, por supuesto, en ser la primera en verse con el nuevo secretario general del PSOE, Pedro Sánchez.

Sin embargo, hace un año prometía cerrar una agenda para reunirse con los alcaldes de las ocho capitales de provincia y los de las grandes ciudades. De momento, tiene todavía pendientes los regidores de Jaén y Cádiz, pese a que desde su equipo sostienen que los alcaldes son invitados a todos los actos institucionales en los que ella participa en sus territorios y en esos encuentros se hablan de temas de interés para sus ciudades.

Con este panorama, Susana Díaz se enfrentará a mediados de septiembre a hacer balance en primera persona de su “tiempo nuevo” en la comparencia que tiene prometida en el Parlamento de Andalucía. De hecho, en su toma de posesión se comprometió a dar cuentas en el pleno “cada seis meses”. Finalmente se ha quedado en dos veces al año porque mientras que su primera comparecencia la hizo en enero -con apenas cuatro meses y medio de gestión- esta segunda se ha pospuesto a septiembre aunque la había anunciado para junio porque ese mes su partido se encontraba en modo congreso y ella tenía un papel relevante.