En el PSOE-A dejan ya entrever que con el “nuevo ciclo”, que entienden que empieza este viernes con el previsible segundo rechazo a la investidura de Mariano Rajoy como presidente, podrían reconsiderar su posicionamiento para la formación del Gobierno de España y evitar con ello unas terceras elecciones generales. Siempre eso antes que apostar por la posibilidad de que sea el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, el que intente gobernar, si le llega la ocasión, como insisten en animarle desde Podemos, sin que cale, por lo menos en el caso del PSOE de Andalucía.
¿Creen que hay que pasar del no rotundo a la abstención para una investidura del PP como fórmula para evitar una nueva cita con las urnas? Saben que es la respuesta, si abogan por asumir una responsabilidad que nadie pide a los de Pablo Iglesias y casi todos exigen a Pedro Sánchez, pero no lo dicen abiertamente, máxime después de haber sido de las federaciones del PSOE más beligerantes contra Mariano Rajoy, por un lado, y contra Podemos, por otro.
“Habrá que esperar a ver cuál es el marco político en el que nos vamos a mover a partir de mañana [por este viernes] para pronunciarnos”, ha dicho Mario Jiménez, portavoz del PSOE-A en el Parlamento de Andalucía, sobre si esto debería abordarse en un nuevo comité federal, como ya han manifestado varios barones, como es el caso de Emiliano García-Pagé, que apostaba este lunes por “madurar” posiciones. Pero igual de esquivo se mostraba a la hora de contestar a los que, por el contrario, sostienen en su partido que hay que ir con el no rotundo al PP hasta el final, como es el caso del portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados, Antonio Hernando, sobre cuyas declaraciones en este sentido Mario Jiménez ha insistido en esperar también a ese nuevo escenario que prevé en las próximas horas.
Tras reconocer que “de que no se repitan las elecciones generales”, que es lo que no quiere “el 99% de los españoles”, son responsables “todos los partidos”, incluido el suyo, no ha querido pronunciarse sobre si para ello es necesario que se aborde en el comité federal la posibilidad de una abstención que dé vía libre a Mariano Rajoy. Ha insistido en “diferenciar los ciclos” y cree que desde este viernes se plantea uno nuevo. “Después de la votación se va a un ciclo distinto y habrá que ver cómo se conforma”, ha insistido en referencia otras posibilidades como que el PP se pudiera plantear otro candidato o que C's retirara su respaldo a los populares.
Eso sí, no ha querido entrar en otras cuestiones que podrían definir ese nuevo ciclo como unos resultados en las próximas elecciones vascas que llevaran a socialistas y populares a entenderse para evitar, por ejemplo, que llegaran al poder Podemos y Bildu y eso terminara por variar posturas en las negociaciones por La Moncloa.
“Lo prudente y lo razonable es esperar”, ha reiterado. “No me pregunten por cómo se va a conformar el futuro. (...) Es verdad que el partido ha planteado la imposibilidad de conformar una alternativa distinta porque los números no dan para ello” [sin contar con nacionalistas]“, ha proseguido. ”El que tiene el encargo del rey es Mariano Rajoy mientras no ocurra otra cosa“, ha enfatizado en este sentido y recordando que, pese a que sea una responsabilidad de todos, el que más carga tiene en esto es el presidente del PP.
Sus palabras a continuación en contra de Podemos dejan claro también que, independientemente de que se le pudiera brindar esta posibilidad a Pedro Sánchez, no la comparte. En esta línea, ha acusado a Podemos de ser “un partido en la pubertad, revuelto en sus hormonas, y en plan perro del hortelano”, porque “ya tuvo la ocasión de hacer posible un gobierno del cambio cuando Pedro Sánchez se presentó a la investidura” tras las elecciones generales del 20 de diciembre de 2015, “y no lo hizo”.
Con este panorama, en el PSOE-A son cada vez más los que entienden que el silencio que guarda desde hace semanas su secretaria general, Susana Díaz, tiene precisamente como objetivo allanar el camino hacia ese cambio de postura que se antoja inevitable si se quieren evitar nuevos comicios y si persiste la imposibilidad de Mariano Rajoy de llegar a un entendimiento con otros partidos. Es más, socialistas más críticos con Pedro Sánchez apuntan que, en pro del interés general, eso permitiría también abocar a su líder a una situación que minaría sus opciones de revalidarse en el cargo en un próximo Congreso y abriría las puertas a una renovación y a “repensar” el partido desde la oposición como creen que urge.