Esta vez han sido las barricadas de la huelga del metal en la Bahía de Cádiz y, el pasado mes de mayo, el polvorín en La Línea de la Concepción por la muerte de dos suministradores de combustible a narcolanchas en la Bahía de Algeciras. Los dos puntos estratégicos de la provincia que puede presumir de ser la que más parques naturales tiene en toda España (seis), de playas o de carnaval, pero que bate marcas en marginación, desempleo o narcotráfico, ingredientes todos para que episodios como los de estos días pongan en guardia a las autoridades por el riesgo de un estallido social en cualquier momento.
El lastre que ha marcado las últimas décadas el devenir de esta provincia es el récord en desempleo, como puede verse en esta evolución de la tasa del paro por provincias. Es más, si se mira el último informe de Indicadores Urbanos del Instituto Nacional de Estadística (INE) en poblaciones de más de 20.000 habitantes, la capital está entre las cinco con menor tasa de actividad, y La Línea de la Concepción es la de menor esperanza de vida del país, por debajo de los 80 años. Entre los municipios de más de 40.000 habitantes, de los cinco con mayor tasa de desempleo, cuatro son de Cádiz (La Línea, Jerez de la Frontera, Sanlúcar de Barrameda y Chiclana de la Frontera) además de la hermana Ceuta. Tras el cierre de la campaña de verano, el impacto es todavía mayor, como revela que Cádiz fuera en septiembre la provincia de España en la que más creció el paro por la reducción de la carga de trabajo en el sector servicios.
Se une la elevada temporalidad en el empleo que se crea. En el sector del metal, cuya industria auxiliar es la que se ha visto envuelta en la reciente huelga, la mayoría de los contratos son temporales. Es más, en toda España, los contratos en el sector acumulados a octubre de 2021 eran más de 320.000 eventuales por razón de producción, frente a algo más de 20.000 indefinidos. Otros 150.000 son por obra y servicio, principalmente, o interinidades.
El salario bruto anual en España y en metalurgia, se mantuvo entre 2018 y 2019 por encima de los 32.000 euros. En 2020 se desplomó por debajo de los 30.000, a niveles de 2015. Más cayó en fabricación de productos metálicos, situándose el pasado año en unos 24.000 euros, lo que no ocurría desde 2013, en los peores momentos de la crisis económica de 2008. Mientras, en fabricación de vehículos, y también a nivel nacional, la media fue de algo más de 27.500 (la cifra más baja desde 2010), cuando en 2019 superó los 31.000.
Esto conlleva que ocupe casi siempre los primeros puestos en pobreza, tanto si se mira el citado informe de Indicadores Urbanos, las estadísticas de la Agencia Tributaria o el PIB por habitante, en este último caso, una media de 18.050 euros al año brutos, la mitad que en Madrid. En los datos de la Agencia Tributaria destaca, eso sí, que en el conjunto de Andalucía es la tercera provincia con mayor renta bruta, por detrás de Sevilla y Málaga. Dentro de la provincia, y siempre según las rentas declaradas, San Roque es el municipio más rico.
Tampoco sale mejor parada la provincia si se mira la estadística de renta media anual por habitante del INE: entre los cinco últimos puestos, se encuentran tres municipios de Cádiz: La Línea, Chiclana y Sanlúcar.
En cualquier caso, los de esta provincia siempre figuran entre los municipios con más pobreza. De hecho, entre las 43 localidades con más población incluidas en esta estadística, seis de las más pobres están en Cádiz. En concreto, y por este orden, Barbate, Sanlúcar, Arcos de la Frontera, La Línea, Conil de la Frontera y Chiclana. Se da también la circunstancia de que dos de ellos (La Línea y Sanlúcar) están en los puestos más altos en la media de hijos por mujer, con 1,6 y 1,5.
La apuesta por la industria de la triple A (astilleros, aeronáutica y automoción) en la Bahía de Cádiz arrastra desde hace 15 años más fracasos que éxitos. El punto de inflexión lo marcó el cierre de Delphi en 2007, que empleaba a cerca de 1.500 trabajadores. Las políticas públicas para intentar paliar ese impacto han sido más bien erráticas: desde el Plan Bahía Competitiva, que acabó en los tribunales por fraude, hasta el Plan de las Aletas, que se enterró antes de empezar, pasando por el Plan Estratégico de la Bahía de Cádiz, que no termina de arrancar. En los últimos años, la Bahía de Cádiz no solo ha visto echar el cierre a empresas claves en su industria, sino sufre las dudas que se ciernen en torno a sus empresas tractoras por la llegada o no de encargos: Navantia, Airbus o Alestis.
En la otra bahía, la eterna promesa pendiente de la conexión ferroviaria del Puerto de Algeciras. La desidia o el desinterés a la hora de afrontar esta infraestructura impiden el salto definitivo del que no solo es el primer puerto de España, sino uno de los más importantes de Europa. Hace tan solo unos días se posicionaba como el más eficiente de Europa en el ranking CPPI (Container Port Performance Index) elaborado por el Banco Mundial y la consultora IHS Markit.
Cuando hablamos de Cádiz, nos referimos a la séptima provincia española por número de habitantes, con 1.244.049 según la revisión del padrón a 1 de enero, y en ascenso desde 2018. Cuenta con un número relativamente reducido de municipios (con 45 es la que menos tiene de las ocho provincias de Andalucía, donde ocupa la tercera posición por población tras Sevilla y Málaga), por lo que el tamaño medio de los mismos es elevado. Curiosamente, el de más población no es la capital, sino Jerez, que con sus 213.105 habitantes según el mismo padrón, es el tercer punto estratégico en la provincia.
El potencial de la provincia, en cuya memoria resuenan todavía los ecos de las protestas de los astilleros hace varias décadas, se ve diluido por el fracaso de las políticas públicas frente a la no resignación del pueblo a quedar relegado a destino de sol y playa, y por eso entre las proclamas durante estos 10 días de huelga se ha escuchado, nítido, el “no queremos ser Benidorm”.