La realidad que no cabe en el mapa: el pueblo de Málaga “dentro” de Cádiz que se queda en la fase 0
Hay un lugar de Málaga que casi es Cádiz. Para verlo sobre el mapa hay que fijarse en un pequeño saliente, donde se ve cómo Casares entra en San Roque. Sin embargo, en la vida real es algo más: un particular triángulo de pueblos cuyos habitantes hacen vida común. El Secadero (Casares), Valle del Guadiaro (San Roque) y San Martín del Tesorillo están unidos para todo. Hay familias que viven entre las dos provincias, y un centro de salud para todos. Hay trabajo en San Roque y trabajadores malagueños. Y a los muertos se los entierra en el cementerio de San Martín del Tesorillo, con independencia de dónde vengan. A veces es difícil mover un pie sin pasar de Málaga a Cádiz.
Desde este lunes, este cruce de caminos se rige por normas distintas. San Martín del Tesorillo y Valle del Guadiaro están en fase 1, porque son Cádiz; El Secadero está en fase 0, porque es Málaga, una provincia que no cumplió los criterios de Sanidad para avanzar en la “desescalada”. Ninguno de estos núcleos ha sufrido una especial afectación por el coronavirus. En El Tesorillo (2600 habitantes censados) y en El Secadero (1200) no ha habido positivos, mientras que en el Valle del Guadiaro (8.300) ha habido dos. Ambos, dice su teniente de alcalde, importados. El Valle del Guadiaro incluye la urbanización de lujo de Sotogrande, donde tienen residencia muchos madrileños.
Cómo se aplica una norma fría a una maraña compleja de relaciones personales y económicas es un misterio que por ahora sólo tiene una respuesta: sentido común. “Hay gente mosqueada, que no lo entiende. Me paso el día respondiendo a las dudas”, dice Juan Luis Villalón, teniente alcalde de El Secadero, que pide “paciencia” a los vecinos. De momento, los responsables municipales de los tres núcleos dicen contar con que la Guardia Civil es conocedora de la situación y “será flexible”.
Este lunes, El Secadero preguntó a la delegación de la Junta de Andalucía qué tendría que hacer para que esta realidad se trate de manera uniforme. “Hemos pedido a la Junta de Andalucía que se intente tratar como algunos municipios del País Vasco [por Ermua y Eibar]”.
Un núcleo malagueño al que solo se puede ir por Cádiz
Para entender esta historia conviene tener un mapa a mano. El apéndice al suroeste de la provincia de Málaga es El Secadero, una pedanía de Casares pegada a Valle de Guadiaro, que a su vez es uno de los cuatro núcleos de San Roque (Cádiz). El tercer vértice de este triángulo es San Martín del Tesorillo (Cádiz).
Sólo es posible llegar y salir de El Secadero (provincia de Málaga) atravesando Cádiz. Hacia el oeste, cruzando el puente sobre el Guadiaro, o hacia el sur, siempre por la carretera que conecta con San Roque. Hacia el norte, se puede ir a El Tesorillo.
Esta particular disposición de las comunicaciones acerca El Secadero a Cádiz. “Está totalmente integrado en la comarca del Campo del Gibraltar”, explica Juan Luis Villalón, su teniente de alcalde. “En el día a día los vecinos viven mucho más en Cádiz que en Málaga. Por ejemplo, los carnavales”, ilustra.
A su vez, esto tiene un reflejo en los servicios públicos. Dos de estos núcleos (Tesorillo y El Secadero) comparten comercios, gasolinera, instituto y banco. Sólo los separa un puente. Además, el distrito sanitario de El Secadero (Málaga) es el de Campo de Gibraltar (Cádiz). Su consultorio médico está en El Tesorillo y el Centro de Salud de referencia (con Urgencias) está en Valle del Guadiaro (San Roque). “Si hubiera un brote, los casos se atenderían por la comarca Campo de Gibraltar”, explica Villalón. Sin embargo, la ratio oficial de referencia para conocer la incidencia de la pandemia en El Secadero es la de la Costa del Sol.
El Valle del Guadiaro es el vértice económico de este triángulo. Comparte con El Secadero alguna urbanización, y aquí están los supermercados más cercanos y el polo de atracción laboral de la zona, la urbanización de Sotogrande. “Se nutre de todo el valle para la construcción, la limpieza, jardinería… Se necesitan trabajadores de Málaga. La conexión es inevitable”, comenta Óscar Ledesma, teniente de alcalde de la pedanía.
“Esta división nos afecta mucho porque prácticamente la mitad de nuestros clientes son de Sabinillas [Manilva]”, explican Armando García y María del Mar Jiménez, dueños de El Trasmallo, un restaurante justo en el límite de San Roque (Cádiz). Ellos y nueve de sus 37 trabajadores viven en Málaga, y aunque García no ha tenido problemas para superar los controles de la Guardia Civil, sus clientes sí podrían ser sancionados. Dado que hay previsiones de lluvia durante esta semana, han decidido que de momento no abrirán.
Una unión frustrada y la independencia de El Tesorillo
Pero la relación sentimental de los de El Secadero es incluso más intensa con el tercer vértice del triángulo, El Tesorillo. A mediados de los noventa hubo un movimiento vecinal: ni en El Secadero ni en El Tesorillo se sentían queridos por Casares y por Jimena de la Frontera, sus respectivos municipios. Así que ambos coquetearon con la independencia, e incluso barajaron formalizar su unión creando un único municipio.
No lo consiguieron, y poco a poco el sentimiento de desafección de El Secadero hacia Casares fue remitiendo, a la par que se dotaba a la pedanía de servicios e infraestructuras. Además, fue ganando población, gran parte de ella proveniente de San Roque o del propio El Tesorillo, que sí acabó consiguiendo lo que buscaba: se convirtió en municipio independiente en octubre de 2018.
El primer alcalde de la historia de El Tesorillo, Jesús Fernández, explica que hay muchas familias divididas entre El Secadero y El Tesorillo. Personas que, en teoría, no van a poder celebrar reuniones familiares hasta la Fase III de desescalada, porque no pueden ir de provincia a provincia. Pero cree que el día a día es otra cosa. “Si los de El Secadero vienen a Tesorillo al súper o al banco y los para alguna autoridad pero tienen buen tino y disposición, no hay problema”. De hecho, no se conocen casos de sanciones por este tipo de movimientos.
Los accidentes geográficos marcan los límites territoriales. Aquí, el río Guadiaro separa hacia el oeste, pero la división norte-sur es humana. En 1869 la casa Larios, la histórica familia de latifundistas malagueños, compró a los duques de Medina Sidonia tierras que abarcaban desde el Tesorillo a la playa de Sabinillas, en Manilva. En los años 30 las vendieron a un contrabandista ilustre, Juan March, que reparceló la zona y la vendió, particularmente a valencianos, que dedicaron las tierras al cultivo de arroz y cítricos. Esta división territorial tiene mucho que ver con aquella parcelación. Hay una finca donde confluyen hasta tres términos municipales: Casares, Manilva y San Roque.
En este caso, el distrito sanitario refleja mejor la realidad de Tesorillo, Valle del Guadiaro y El Secadero. “Solucionar estos pequeños temas en concreto es complicado”, admite Fernández. Años después de la unión frustrada, Villalón insiste en que pervive el “hermanamiento” con El Tesorillo, y una vida en común ajena a la frontera provincial. “Para nosotros es prácticamente el mismo pueblo, aunque circunstancias como estas provoquen una grieta”. Todos coinciden que la realidad no cabe en un mapa.
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