Los líderes políticos andaluces llaman a la “serenidad” y “sosiego” para la reforma constitucional
Día de la Constitución y, por tanto, ocasión aprovechada por los líderes políticos andaluces para hacer referencia a la necesidad de reformar un texto que en la madurez de sus 39 años se antoja necesario actualizar. Todos coinciden en la necesidad de que sea un proceso marcado por una calma que ven complicado encontrar no ya a corto plazo, sino siquiera a medio. Todos hablan de la necesidad de afrontar en este marco el modelo territorial, pero sin dejar claro en qué consisten sus propuestas, igual que reivindican el papel de Andalucía, pero tampoco logran concretar cómo se traduce sobre el papel.
“Hay que poner en marcha un proceso tranquilo y sosegado para una reforma que en ningún momento debe derivar hacia un proceso constituyente”, ha expresado este martes el portavoz del PSOE en el Parlamento de Andalucía, Mario Jiménez. En su opinión, hay que reformarla en cuestiones que “son muy importantes”, en referencia por ejemplo a la estructura territorial, en la apuesta de su partido por un “modelo federal” que no concreta más allá. Eso sí, reitera que es una cuestión que tiene que afrontarse “partiendo de un gran entendimiento” para que cualquier cambio sea “tomado como propio por parte de la inmensa mayoría de los españoles”.
En eso coincide con Juan Manuel Moreno, presidente del PP de Andalucía, quien ha remarcado que el principio de la igualdad “es uno de los hitos” de la Carta Magna, por lo que asevera: “Sigamos defendiéndolo; sigamos salvaguardándolo”. Entiende que la reforma del texto requiere de “consensos amplios”, por lo que “es fundamental sumar a todas las fuerzas políticas”. En esta línea, advierte: “Si abrimos un debate complejo y difícil puede que probablemente tengamos problemas”. Llama, como el PSOE, a la “serenidad” para lo que cree clave “alejarse de los contextos electorales porque distorsionan la búsqueda de puntos de encuentro”.
En el lado opuesto, Podemos e IU, que sí creen necesario un nuevo proceso constituyente. Esperanza Gómez, diputada de Podemos, apunta que “la reforma constitucional no es ningún atentado” y que pasadas casi cuatro décadas “es hora” de cambiar ciertas cosas. Pese a todo, lamenta que “no haya ningún interés en hacerlo”, apuntando específicamente a los populares, “sin cuyo consenso es imposible”. En la misma línea, apunta que no sólo hay que reformar la estructura territorial, “sino blindar determinados derechos”. Para concluir: “Si queremos tener vigencia hay que reformarla. Es más, hacerlo muchas veces no es sinónimo de no respeto, sino todo lo contrario”.
El coordinador de IU en Andalucía, Antonio Maíllo, coincide en que después de 39 años “este país ha cambiado lo suficiente como para abordar un nuevo marco que nos permita un pacto de convivencia”. Quizá por ese objetivo tan ambicioso, es escéptico sobre las posibilidades de acometer el proceso. Su apuesta es por un proceso “profundamente enraizado en las demandas sociales y con un nuevo pacto territorial que permita seguir con este proyecto común que llamamos España y en el que las partes se encuentren cómodas desde el reconocimiento del carácter plurinacional del país”.
En ese debate “Andalucía pueda ser pegamento y centro de aglutinación del resto de territorios”. En esta línea, ha recordado que “Andalucía construyó su autonomía sin ir en contra de ningún otro territorio” y eso la “identifica” de cara a la construcción de “modelo federal” en el que debería tener “un papel de centralidad en torno a las tensiones que hay en este país”.
Desde C's, Juan Marín apunta por su parte la necesidad de una “reforma más profunda” que la que ve intención de poner sobre la mesa a partidos como el PP y el PSOE, si bien no llega a los extremos de la izquierda. Subraya que la reforma que propone su partido “habla de instituciones, de las leyes electorales, de los aforamientos, de la limitación de mandatos…”. De todas maneras, se remite a los posicionamientos de su partido en este tema, sin entrar a valorar el papel de Andalucía, y tampoco él ve empeño en afrontar estos cambios a medio plazo.
