Si en 1978, 11 partidos se unieron para reclamar la autonomía para Andalucía, 40 años después, cinco formaciones no han sido capaces de ponerse de acuerdo, por el momento, para reivindicar un modelo de financiación común que termine con la discriminación de la comunidad autónoma en esta materia. La celebración del Día de Andalucía este 28 de febrero no llega, pues, precedida de ese pacto, cargado de simbolismo, que Susana Díaz buscaba en una materia que es la clave del autogobierno, porque sus socios de investidura se han descolgado.
Con o sin acuerdo unánime, que no se descarta para marzo, la jornada estará marcada por la reivindicación de una autonomía que ha perdido espacio con la crisis de la economía y las medidas de austeridad impuestas desde Madrid. Una crisis que cumple precisamente una década y comienza a dejar muestras de un nuevo ciclo, en el que se considera necesario exigir con más fuerza cuando sobre la mesa están debates como el citado de la reforma de la financiación y del modelo territorial, que se heredan año tras año sin visos de solución.
Tiene que ver con eso la reciente petición formal por parte del Gobierno de Andalucía de autorización del Ministerio de Hacienda y Función Pública para salirse del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) como vía para recuperar un autogobierno que cree que se ha desvirtuado con la pérdida de autonomía financiera. Pero ha fallado la unanimidad en el Parlamento de Andalucía sobre “el debate por excelencia”. El propio número 2 del PSOE de Andalucía, Juan Cornejo, reconocía esta semana que era “vital” buscar este acuerdo en vísperas del 28F, pero entonces insistía en que los que se quedarían fuera serían los populares y no C's.
Junto a la premura por afrontar unas cuestiones que parecen no soportar más prórrogas tras la crisis en Catalunya y los cuatro años que lleva caducado el modelo de financiación, la celebración coincide con varias efemérides que alientan ese espíritu. Es el caso de los citados 40 años del Pacto de Antequera, pero también otros tantos de la Constitución Española y el centenario de la Asamblea de Ronda, donde se definieron el himno y la bandera de Andalucía.
Sin embargo, la renovada polarización izquierda-derecha, que se había neutralizado con el pacto de investidura entre el PSOE y C's en Andalucía, responde mucho a la dinámica del ímpetu preelectoral dado que, con el pronóstico más conservador, habrá elecciones en Andalucía en un año como mucho. El Gobierno de Andalucía se ha impuesto un ritmo frenético de actos y promoción, mientras las encuestas conocidas estos días -como es habitual en vísperas de cada 28F- han generado nerviosismos, incertidumbres y optimismos en unos y otros.
Susana Díaz llega respaldada por esos sondeos que, más allá de sus diferencias, sí dibujan una tendencia: el PSOE ganaría las elecciones autonómicas aunque en minoría, y la estimación de votos premia el trabajo en la oposición de sus socios de investidura como la fuerza que más crece en la región. Tanto C's como el PSOE lo interpretan como reconocimiento a la estabilidad en el Gobierno de Andalucía garantizada por los dos. Pero a la vez, si el PP -con más razones- mira con temor el empuje de C's, eso también inquieta a los socialistas.
Por lo demás, la de este miércoles será una jornada para la reivindicación en la calle, con las movilizaciones impulsadas desde la Marcha Dignidad, y en las instituciones, con el pleno extraordinario en el Parlamento de Andalucía, primero, y la entrega de los títulos de Hijo Predilecto y 14 distinciones como Medalla de Andalucía en el Teatro de la Maestranza de Sevilla.
Este año, trae la sorpresa de la presencia en los dos escenarios del líder del PSOE, Pedro Sánchez, a quien Susana Díaz le disputó sin éxito el poder del partido. No es la primera vez que un secretario general del PSOE ha venido a un 28F pero en esta ocasión se trata de una autoinvitación del líder que trae dos posibles interpretaciones: hay quien la ha visto como un intento de acercar posturas tras los últimos desencuentros con Susana Díaz, pero también hay quien ve riesgo de ensombrecer lo institucional y dar más protagonismo a lo orgánico. Cierto es que si hace un año, este mismo día, Susana Díaz tenía la cabeza en Ferraz, ha cerrado ese capítulo hasta mejor ocasión. Sea como fuere, al final de la jornada se verá si este 28F ha sido el de Pedro Sánchez o el de Andalucía.