Pedro García nació en el barrio de la Fuensanta hace 63 años. Recuerda que su casa estaba en el único bloque de viviendas que había entonces frente a lo que hoy es la Plaza del Santuario de la Fuensanta, ya rodeada de más edificios entorno a un espacio público donde los pequeños y mayores del barrio han hecho su vida siempre. “Yo jugaba a la pelota con los amigos del barrio en esta plaza”, cuenta Pedro. “Cuando me casé con 22 años seguí viviendo aquí”. Aquí, en esa Plaza de la Fuensanta, nacieron y se criaron su dos hijos –Pedro y Rafa- y aquí, ahora ya en otro piso del mismo barrio, sigue viviendo y forma parte activa de la Asociación de Vecinos La Barca del Arcángel que tiene su sede en un local aledaño a su plaza.
Pero hace poco más de un mes, Pedro, como el resto de sus vecinos y de los cordobeses, se han enterado de que su plaza, la Plaza de la Fuensanta, la ha inmatriculado la Iglesia a su nombre y la ha inscrito como propia en Registro de la Propiedad. Porque es ahora cuando se ha descubierto la inmatriculación por parte del Cabildo Catedralicio de Córdoba de la Plaza de la Fuensanta como parte de un espacio de 4.460 metros cuadrados que alberga además una iglesia, la casa del párroco, jardines y el Pocito –una edificación de gran tradición en este popular barrio de Córdoba- que la Iglesia inscribió a su nombre en febrero de 1987.
“Uno siente impotencia. Impotencia al ver que la Iglesia hace lo que le da la gana”, dice indignado Pedro, que este domingo ha participado en un acto de protesta junto a unos 250 vecinos más que han llenado la plaza en una concentración para exigir la restitución de este lugar como un espacio público. “Esto es del pueblo. Y la gente no sabe lo que ha hecho la Iglesia. Porque todo lo hacen tan turbio, tan escondido…”, señala sobre la opacidad de la inmatriculación de la plaza que, estando ya a nombre de la Iglesia, ha sido sin embargo restaurada con dinero público.
“Con la Iglesia hemos topado”, dice indignado para poner sobre la mesa la realidad que los vecinos han descubierto hace poco. “Pero hace falta que la gente sepa lo que ha hecho la Iglesia y que los vecinos se impliquen y se muevan. Por lo menos hay que plantarles cara”.
Y eso, moverse y plantarles cara en un acto “como ciudadanos responsables”, es lo que han hecho los ciudadanos congregados este domingo en la plaza. “No podemos permanecer parados como ciudadanía silenciosa”, ha reivindicado el presidente del Consejo del Distrito Sureste en su intervención durante el acto. “Guardar silencio sería refrendar una conducta que entendemos es ilícita, lo haga quien lo haga, porque nadie se puede apropiar de un bien público”.
Petición al Ayuntamiento para recuperar los bienes públicos
“Exigimos al alcalde que actúe porque tiene la obligación de velar por lo que es de todos”, han dicho los vecinos que, en un acto simbólico, han puesto primero una cinta cerrando el paso a la plaza para, después de las intervenciones de varios portavoces, cortar esa barrera y ‘tomar’ simbólicamente un espacio que consideran público y de los vecinos.
A esta concentración se han sumado también integrantes de la Plataforma por una Mezquita-Catedral Patrimonio de Todos –colectivo que lleva meses reivindicando que el monumento también inmatriculado a nombre de la Iglesia pase a ser de titularidad pública-, así como representantes de la Federación de Asociaciones de Vecinos Al-Zahara de Córdoba, de colectivos como Córdoba Laica, Córdoba Pública o Stop Desahucios y miembros de Izquierda Unida, PSOE, Equo y Podemos.
El acto de protesta ha servido también para recoger firmas de los ciudadanos en contra de la apropiación de esta plaza por parte de la Iglesia y dirigirlas al alcalde de la ciudad, José Antonio Nieto. Desde la Federación de Asociaciones de Vecinos, en una carta dirigida a sus asociados, se ha denunciado la inmatriculación de esta plaza como “el robo cometido por la Iglesia Católica al pueblo de Córdoba” y han exigido “al alcalde y cargos públicos (…)” competentes “la restitución de este bien público” porque, según señalan, “no hacerlo, sabiendo lo sabido, sería prevaricar”.
También al Registro del Ayuntamiento de Córdoba se han dirigido durante la última semana más de un centenar de escritos de ciudadanos solicitando la actuación del gobierno municipal para preservar los bienes públicos de los que se ha tenido conocimiento que han sido inmatriculados por la Iglesia a su nombre, como son, además de la Plaza de la Fuensanta, la Plaza del Triunfo de San Rafael y varios monumentos de la ciudad que figuraban en el inventario de bienes municipales.