La salud mental se cae del organigrama de la Junta dos años después de entrar de lleno en la agenda política andaluza

Además de haber suprimido tres fundaciones públicas de investigación sanitaria de la estructura de la Consejería de Salud y Consumo, la Junta de Andalucía también se ha 'cargado' la salud mental, al menos nominativamente, ya que el decreto aprobado por el Consejo de Gobierno este martes hace que la 'Dirección General de Atención Sociosanitaria, Salud Mental y Adicciones' pase a denominarse 'Dirección General de Cuidados y Atención Sociosanitaria'. La Federación Salud Mental Andalucía, que integra 19 asociaciones que trabajan para la recuperación y mejora de la calidad de vida de las personas con problemas de salud mental y la de sus familias, considera que ese cambio de nombre “podría generar inquietudes sobre la priorización y visibilidad que se dará a áreas tan sensibles y cruciales como la salud mental y las adicciones”, que igualmente se caen de la nueva denominación.

A la espera de conocer los detalles del decreto, la Junta ha insistido que la nueva Dirección General mantiene las competencias previas pero “potenciando una organización asistencial multidisciplinar, coordinada y con especial énfasis en mejorar los resultados en salud de la población y la mejora continua de la calidad de la atención ofrecida a la población en todas las fases del ciclo vital, desde la infancia hasta el final de la vida”. Ninguna mención a la salud mental, que en agosto de 2022 se integró en la denominación del organigrama, de la que se cae apenas dos años después mientras, paralelamente, la Junta de Andalucía avanza en la redacción del Plan Estratégico de Salud Mental y Adicciones de Andalucía (PESMA-A).

Desde la pandemia de covid-19, y desde que Íñigo Errejón devolviera la salud mental a la actualidad por aquel grito de un diputado del PP en el Congreso, la cuestión ha estado presente en el ámbito político estatal y andaluz, y en las intervenciones de la anterior consejera, Catalina García, y el propio presidente Juan Manuel Moreno quien, en una sesión de control en el Parlamento andaluz, dijo que los problemas relacionados con la salud mental estaban en el foco de la acción política de su gobierno.

La federación pide “atención especializada y con recursos suficientes”

Desde la Federación Salud Mental Andalucía, su presidente, Manuel Movilla, subraya “la importancia de que la salud mental y las adicciones sigan siendo tratadas con la seriedad y especificidad que merecen”. En declaraciones a elDiario.es Andalucía comenta que, dentro del sistema de salud pública andaluza, son “de las áreas que más necesitan ser reforzadas y ampliadas en términos de recursos y servicios, para atender adecuadamente las necesidades de las personas a las que representamos”.

Movilla expresa “cautela” por parte de la federación y espera poder mantener una reunión “pronto” con la nueva consejera, Rocío Hernández, “para conocer de primera mano sus planes y prioridades en este ámbito”, reiterando su “disposición a colaborar y dialogar, siempre con el objetivo de mejorar la atención a las personas con problemas de salud mental en Andalucía”. “Estas son cuestiones que afectan profundamente a la sociedad y requieren una atención especializada, bien definida y con recursos suficientes”, concluye.

Cuando el PP llegó a la Junta, la nueva estructura orgánica de la extinta Consejería de Salud y Familias apenas hacía mención a la salud mental, con una sola alusión a la Fundación Pública Andaluza para la Integración Social de Personas con Enfermedad Mental (FAISEM), que seguirá formando parte de la nueva estructura como ente instrumental, de la que se han caído las tres fundaciones públicas de investigación sanitaria tras aumentar el peso privado y, como se ha dicho, nominativamente salen la salud mental y las adicciones que se habían sumado a raíz de la pandemia de covid-19 y del aumento de trastornos en la sociedad española y andaluza, sobre todo en los casos de depresión y suicidios. En 2023, de las 772 personas que se suicidaron en Andalucía, 601 eran hombres y 171 eran mujeres.