Ciudadanos del barrio de la Macarena no están dispuestos a que el discurso xenófobo de la extrema derecha campe a sus anchas. La plataforma cívica sevillana hace de su nombre su mejor carta de presentación: Macarena para Todas. Dos concentraciones de Vox contra un centro de acogida para menores extranjeros no acompañados, una la semana pasada y otra ese mismo lunes, han bastado para que los activistas reactiven esta plataforma “contra el discurso del odio”.
Borja Romero, uno de los portavoces de este barrio de la zona norte de Sevilla, denuncia que no son más que “prejuicios y estereotipos asociar a estos menores magrebíes con el conflicto. Es un discurso del odio que vulnera los derechos del menor”. Cree que la extrema derecha no solo está atacando a “colectivos vulnerables” sino“alentando el conflicto, no el encuentro”.
En la tarde de este lunes, doscientas personas se han reunido en las tranquilas calles que discurren entre la Avenida Cruz Roja y Miraflores y han puesto rumbo al Parlamento de Andalucía, proclamando a que se escuche su “derecho” a que no se abra este centro de acogida para 25 menores, tutelados por 10 especialistas y amparados por la Junta de Andalucía.
Los niños no han llegado aún al centro, pero ya se han encontrado con el rechazo de algunos vecinos del barrio alentados por la extrema derecha, que no solo ha conseguido escaños en el Parlamento de Andalucía, sino concejales en el Ayuntamiento de Sevilla. En la manifestación no solo estaban presentes militantes de Vox, los llamados coordinadores de barrio, sino el dirigente andaluz del partido de ultraderecha, Francisco Serrano, que cree que los menores deben estar “en el extrarradio”.
“No escuches las voces del odio”
Ante esta hostilidad, la plataforma 'Macarena para Todas' ha querido lanzar un mensaje claro de solidaridad y apoyo a los futuros vecinos extranjeros: “No escuches las voces del odio. ¡En la Macarena cabemos todas! ¡Menores migrantes, bienvenidos! Stop racismo”.
En un primer comunicado, la organización cívica cree que el centro de acogida es “una oportunidad para mostrar la hospitalidad, el respeto y la defensa de los derechos humanos y la igualdad de oportunidades para todas las personas, mucho más, si cabe, tratándose de menores”.
Estos ciudadanos rechazan las “voces incitando al odio y la violencia, rechazando la apertura del centro, convocando a manifestarnos en contra de los menores e intentando confundirnos a través del discurso del miedo y el racismo enmascarado en forma de 'seguridad y protección'”.
Por su parte, la plataforma 'Somos Migrantes', que lucha por los derechos de los extranjeros en situaciones más vulnerables, ha lanzado otro comunicado de apoyo a este centro que, según la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación, “forma parte de las nuevas 1.200 plazas habilitadas por la Junta para la atención de menores extranjeros no acompañados”.
Todos los papeles en regla
Aunque Francisco Serrano, líder andaluz de Vox, ha apuntado durante la manifestación que el centro no reúne las condiciones para su apertura, la Junta de Andalucía recuerda que cuenta con el visto bueno del Colegio de Aparejadores de Sevilla y el Ayuntamiento de Sevilla subraya que el centro no tiene que solicitar ningún expediente de licencia, cambio de usos o declaración responsable, “ya que es un espacio privado catalogado como residencial”. Es decir, todos los papeles están en regla y tan solo falta que se culminen los trámites para proporcionarle agua y luz.
La plataforma 'Somos Migrantes' condena “la actitud que pretende convertir en culpables a quienes son víctimas de un sistema que no reconoce la vulnerabilidad de niños y niñas que después de pasar por un calvario vital, se le excluya además de la que posiblemente sea la única oportunidad de su vida”.
“No son delincuentes”
Recuerdan algo tan fundamental como que “las personas que emigran lo hacen huyendo de situaciones como lo es una guerra, financiada muchas veces por países perteneciente a Europa” y que a unos menores en esta situación tan vulnerable “no se les puede considerar presuntos delincuentes”.
La organización, que trabaja directamente con migrantes, recalca que este tipo de centros de acogida fomentan casos de éxito, es decir, jóvenes que están “hoy dando ejemplos en diferentes centros de estudios y formación profesional”.
En definitiva, la organización se emplea con dureza contra “nuestros miedos”, “la necesidad de buscar culpables a situaciones crónicas” y “la decadencia de nuestra forma de convivir, que excluye a los más vulnerables sin ofrecer oportunidad alguna”.
“Merecen lo mismo que los menores nacidos aquí”
Y concluyen apostando no solo por la apertura de este centro, sino de “otros más, los que sean necesarios para dar respuesta a la realidad de estos niños, que serán parte de nuestra ciudad y merecen lo mismo que el resto de menores nacidos aquí”.
Su postura coincide con la de los 300 habitantes de Montemayor (Córdoba),Montemayor que se unieron hace dos meses para que, por motivos solidarios y humanitarios, el centro de la Junta de Andalucía no se trasladara a Lucena.
“Estos chicos son personas como nuestros hijos e hijas y tienen todo el derecho a estar viviendo en un lugar donde sean queridos. Ellos necesitan ir todos los días a clase para aprender español y estudiar las asignaturas que les permitan obtener su titulación, necesitan tener sus amistades estables, ir al mismo centro de salud e ir integrándose cada día hasta ser uno más. ¡Bastante han sufrido ya al tener que abandonar sus pueblos y familias!”, destacaban.