Kin-Man Chan ha aterrizado en España con un enorme sentido de la oportunidad. El disidente hongkonés, líder de la llamada Revolución de los Paraguas (Occupy Central), ha llegado este lunes a mediodía a la estación de Santa Justa para transmitir a lo largo de la semana su mensaje de “paz, democracia y libertad” en las universidades del sur de España. Lo ha hecho casualmente en el sprint final de una campaña electoral que pone fin a una legislatura en cuyo epílogo ha sido aprobada la denominada 'Ley Mordaza'.
Conscientes del mensaje de Kin-Man Chan y de la importancia de que un país como China se abra a la democracia, un centenar de estudiantes de la Universidad de Sevilla ha recibido al activista a su llegada a Sevilla. Kin-Man Chan, que ha sufrido en sus propias carnes el efecto de la represión por luchar por unas elecciones en su país, podrá asistir este fin de semana a la llamada fiesta de la democracia: la jornada electoral de las elecciones generales de España.
Como símbolo de la revolución hongkonesa, los alumnos han abierto sus paraguas cuando el activista ha traspasado las puertas automáticas del hall de la estación de tren, encontrando allí, para su sorpresa, el multitudinario recibimiento. Hace un año, los manifestantes hongkoneses utilizaron precisamente sus paraguas para protegerse de los gases lacrimógenos que la policía lanzaba durante la represión de sus protestas.
“Este recibimiento me anima a seguir luchando por la democracia”
Visiblemente emocionado, Kin-Man Chan ha agradecido la bienvenida inclinándose levemente, mientras recibía un fuerte aplauso por parte de sus anfitriones universitarios, y la profesora María del Mar Llera, promotora de la visita, lo abrazaba. Chan ha aprovechado para subrayar que “mientras se mantenga el espíritu democrático, no estamos derrotados. Este recibimiento me anima a seguir luchando por la democracia y los derechos humanos en Hong Kong”.
“En Hong Kong podemos ser pioneros en traer la democracia a China. Si China quiere ser un país rico y sostenible, tiene que permitir que la democracia llegue a Hong Kong. No nos deberían estar encarcelando, porque somos gente pacífica, que tan solo lucha por su futuro”, ha afirmado Chan, entrevistado en este periódico (parte I y parte II).
Chan, que fue arrestado hace pocos meses por “participar y promover un movimiento social” como Occupy Central, que reunió en el centro financiero de Hong Kong a decenas de miles de manifestantes que solicitaban al gobierno chino más democracia, ha asegurado que “no tenemos miedo y lucharemos hasta el último suspiro, porque lo hacemos por los derechos humanos y la democracia. Creemos sinceramente en la lucha no violenta y en la importancia de la paz. Esperamos que la gente nos apoye, porque es la única forma de luchar contra el poder establecido. China, en cambio, está utilizando la fuerza contra los manifestantes y contra nuestros propios estudiantes”.
Llera, experta en comunicación política y social de la Universidad de Sevilla, ha recordado que la Revolución de los Paraguas lucha por la democracia no en toda China, sino en Hong Kong, a la que considera “una sociedad madura y desarrollada en el sentido financiero, tecnológico, social y político. Hong Kong aspira a elegir libremente su poder legislativo y ejecutivo”. La profesora universitaria ha subrayado que “Pekín está consiguiendo que no se hable de esto y que no sea noticia el proceso judicial contra los que encabezaron las ocupaciones. Pekín se dedica a comprar voluntades, tal y como he sufrido en mis propias carnes”.
La brecha entre ricos y pobres sigue creciendo en Hong Kong
Llera considera que, en un contexto de recorte de libertades en España, el testimonio de Chan es especialmente valioso. “Nuestra ley de seguridad española se parece mucho a la ley de seguridad china, que se puso en vigor casi simultáneamente a la nuestra. Debemos estar pendientes de lo que está ocurriendo a nivel geoestratégico en la arena internacional, porque nos va influir”, ha analizado. La brecha entre ricos y pobres, que no ha parado de crecer desde que Reino Unido cediera el territorio a China, fue el combustible de las protestas de Occupy Central.
La investigadora ha recalcado que “China está engañando al pueblo hongkonés y tapándole la boca a base de financiación y extorsionando a las empresas cuyos directivos apoyan la causa democrática”.
Los estudiantes presentes han mostrado su solidaridad con los activistas de la Revolución de los Paraguas con un lazo amarillo. María Muñoz, estudiante de segundo de periodismo, ha destacado que no concibe “una sociedad donde no se pueda votar. Es un derecho de todos los ciudadanos y, por tanto, es nuestro deber que haya más personas en España que conozcan a Chan y su causa”.
“Un acontecimiento histórico”
Su compañera María del Rosario Maldonado apostilla que “esta es una revolución pacífica, que no incita a la violencia, a pesar de que ellos sí la reciben por parte del gobierno chino”. “Ha sido como la primavera árabe en países como Túnez”, recalca Enrique Fernández. “Es un acontecimiento histórico tener hoy aquí a un líder revolucionario como Chan, que ha sufrido tanta represión, que ha sido despedido de su puesto como profesor y que ha recibido tantas amenazas”, insiste Francisco Javier Cantero.
Alfonso Torres, también estudiante de periodismo, afirma que es preocupante que “un gigante como China sea una dictadura. Chan representa esa disidencia política que la sociedad civil ha de apoyar”.
Chan, el líder revolucionario al que Llera define como “el hombre que no tiene miedo”, participará desde este lunes hasta el 18 de diciembre en las jornadas Gobernanza sostenible y derechos civiles en la China actual, organizado por la Universidad de Sevilla, la Universidad Pablo de Olavide (UPO), la Universidad Loyola de Sevilla y la Universidad de Granada.