Las “malas” condiciones de trabajo se eternizan en el hospital del Aljarafe sevillano
“¡Ya no puedo más!”, dice Raquel Vázquez (nombre ficticio), trabajadora del Hospital San Juan de Dios del Aljarafe en la localidad sevillana de Bormujos. El “hartazgo” de esta medico ha provocado que deje su puesto indefinido por un contrato de tres meses en otro hospital. “Esto era un proyecto fantástico, pero el declive en los últimos 3, 4 años ha sido horrible”.
El Hospital San Juan de Dios del Aljarafe se inauguró en 2003. Por aquel entonces Vázquez ya formaba parte del equipo. Echó los dientes allí y ha sido “feliz”, pero “está cansada”. Como ella, muchos compañeros han dejado atrás “una familia”. Encarnación Sánchez cuenta que alrededor de unos 200 trabajadores se han marchado en los últimos dos años. Esta técnico de laboratorio pasó 16 años en Bormujos y es ahora, en el hospital sevillano de Virgen del Rocío, cuando cuenta con el reconocimiento a su labor. “Me costó mucho a nivel personal porque dejaba atrás grandes amistades. Era mi segunda casa”, dice.
Las fuentes sanitarias contactadas por este diario coinciden en diferenciar la gestión económica de la de personal. “Lo mejor es la calidad humana”, dice una de las enfermeras del centro hospitalario, que prefiere guardar el anonimato. Lleva “poco tiempo” y después de haber trabajado en clínicas privadas no considera “para nada malas” sus condiciones laborales. Sin embargo, conoce a “gente que está muy quemada”.
La situación no es nueva. El Sindicato Provincial de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CC.OO. de Sevilla lleva denunciando “las malas condiciones laborales y la fuga de profesionales” desde la apertura del hospital. Pero la situación se ha visto “más agravada” en los últimos años, como relata Javier Ordóñez (CC.OO.), el presidente del Comité de Empresa.
Ordónez achaca estos problemas a la fórmula creada para dirigir el hospital, única en Andalucía. El Consorcio Sanitario Público del Aljarafe, al que pertenece el centro sanitario, está adscrito al Sistema Sanitario Público de Andalucía (SSPA), pero administrado por la Orden Hospitalaria San Juan de Dios. “La idiosincrasia del modelo de gestión hace que nuestros profesionales tengan peores condiciones laborales que la del resto de funcionarios públicos sanitarios de Andalucía”, dice.
La dirección del hospital “no entra a valorar” la situación. “Estamos centrados en la tercera ola de la pandemia y no tenemos energía para otros temas”, dicen.
“Nadie quiere venir”
“No te reconocen ninguna antigüedad, asumes responsabilidades que no te corresponden, delegan mucho en los profesionales medios, no hay días de asuntos propios…” indica Sánchez, que además resalta que se exige una productividad que no se compensa. Ella todavía está pendiente del cobro de esta paga correspondiente a los años 2017 y 2018. La da por perdida.
El Sindicato Médico de Sevilla ha alertado sobre el deterioro de las condiciones de trabajo en el centro hospitalario de Bormujos. Además ha advertido de que “la escasez de médicos puede llegar a ser crítica en breve, hasta el punto de forzar el cierre de algunos servicios”. “Nadie quiere venir aquí. Las condiciones de trabajo ya son públicas”, dice Vázquez, que recalca que la carga de trabajo es “exagerada”.
El Consorcio entre la Junta de Andalucía y la orden religiosa tiene como objetivo “mejorar la salud y calidad de vida de la población del Aljarafe”, pero la renovación del personal trae consigo una “bajada de la calidad” en la asistencia sanitaria. “No es que los nuevos no lo den todo, pero la experiencia es un grado. Teníamos un poso y dábamos un servicio muy bueno”, dice Sánchez. Coincide Vázquez: “La rotación de médicos es tan rápida que hacen que se pierdan los referentes. Entra gente joven que no tienen de quién aprender”. Y aquellos sanitarios con mayor experiencia que se mantienen están “sobrecargados”.
Esto provoca la marcha del personal a centros del Servicio Andaluz de Salud (SAS) donde la diferencia es “abismal”. “A 10 kilómetros, en Sevilla, haces lo mismo, descansas más y te pagan más”, cuenta Vázquez.
La necesidad de trabajadores se conoce. El pasado 22 de enero la gerencia del hospital buscaba enfermeras a través de un mensaje en las redes sociales. El Comité de Empresa resalta que del servicio de Urgencias, con mayor carga asistencial, el 75% del personal de enfermería se ha ido a otros hospitales del SAS. Y hay marchas inmediatas de varios médicos intensivistas al Hospital Militar de Sevilla. “Hay una descapitalización de personal humano muy importante”, dice Ordóñez. También muchos profesionales esperan la próxima resolución de las plazas de Oferta Pública de Empleo (OPE) para certificar el traslado.
“No hay dinero”
El alcalde de Bormujos, el socialista Francisco Molina, señala el problema: “Es la falta de financiación y de recursos humanos”. El primer edil exonera a la gestión del centro -“hace lo que puede con lo que tiene”- y urge al Consorcio a tomar decisiones “ya”.
Las quejas de los trabajadores del hospital han sido llevadas en distintas ocasiones al pleno autonómico y a finales de 2019, el Consejero de Salud y Familias, Jesús Aguirre, confirmó un incremento de 5,6 millones de euros en su financiación alcanzando los 64,5 millones de euros. En los presupuestos andaluces de 2021, aprobados en plena pandemia de la Covid-19, la partida destinada entre otras cosas a “permitir la mejora en las condiciones económicas de los trabajadores” es idéntica. Pero el cansancio de los trabajadores se ha multiplicado.
“Trabajamos a destajo sin ningún tipo de compensación”, dice Vázquez. Según el Comité de Empresa, el hospital no ha recibido ninguna ayuda económica extraordinaria por la crisis de la Covid-19. Siempre dicen que “no hay dinero”, expone Ordóñez. “Dependemos de unos presupuestos injustos y encima la Orden Hospitalaria es una empresa, que mira por ganar dinero. Esto repercute en el usuario y en el trabajador”, argumenta Sánchez. Por ello pide “responsabilidad” a la Junta de Andalucía independientemente del partido político que gobierne.
Toma del control
“No se puede dar dinero público y no estar al dentro de la dirección del centro porque pasan las cosas que están pasando. Y al final tenemos una población de 300.000 habitantes que recibe una asistencia sanitaria bastante inferior que la del resto de habitantes de Andalucía”, enfatiza Ordóñez.
Cuando el Hospital de San Juan de Dios se inauguró, el Aljarafe contaba con una población de 218.000 habitantes. En la actualidad el crecimiento demográfico de la comarca provoca un aumento de la presión asistencial.
El Consorcio Público Sanitario del Aljarafe tiene una vigencia “indefinida”, pero con un mínimo de 20 años. El grupo parlamentario Adelante Andalucía, a través de su portavoz en la Comisión de Salud y Familias, Inmaculada Nieto, ve “innecesario” alargar la situación de los trabajadores hasta 2023 y ha impulsado una Proposición No de Ley (PNL) en la que invita al Gobierno andaluz a buscar la fórmula de internacionalizar el hospital, asumir la gestión y reforzar la plantilla.
Sin una mejora en las condiciones económicas de los sanitarios, Ordóñez cree que “el hospital no tiene futuro”. Vázquez apela al cambio del modelo gestión y a que se propongan soluciones. Y remacha: “Si no hay dinero, no hay sanidad. Pero que no jueguen”.
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