Cuando el poblado Queipo de Llano recuperó la memoria (de las víctimas del franquismo)
En ocasiones un pueblo recupera su memoria. O un poblado, como en el caso de La Puebla del Río (Sevilla). El Ayuntamiento local asume la denuncia por incumplimiento de la Ley de Memoria Histórica y aprueba en pleno modificar el topónimo de uno de sus antiguos asentamientos. Rendía homenaje al exgeneral golpista Gonzalo Queipo de Llano.
La apología del franquismo se diluye en mitad de la marisma arrocera. Una decisión respaldada con la aprobación de todos los grupos políticos representados en el Consistorio: PSOE (que gobierna en minoría), Agrupación Socialista Cigarrera, Partido Popular, La Puebla Puede e Izquierda Unida.
El poblado Queipo de Llano, deshabitado desde hace años, desaparece así del mapa. La nueva denominación recuerda la memoria de un grupo de ejecutados por las fuerzas golpistas comandadas en el sur de la península, precisamente, por el militar: poblado de Los Cinco de la Riuela. Del nombre del asesino al de los asesinados, enterrados aún en una fosa común en Palomares del Río: José Vargas Garrido (31 años), Manuel Lama Suárez (50 años), José Blanco Osuna (29 años), Francisco Ponce Martín (38 años) y Antonio González de la Rosa (31 años).
El núcleo poblacional nació en los estertores de la guerra civil española para dar cobijo a jornaleros que emprendían la transformación faraónica del pantanal que hoy son boyantes fincas de arroz. Quedan un par de calles salpicadas de casas, un economato y una pequeña iglesia como testigos del pasado. Todo entre escombros, a medio derruir y conquistado por malas hierbas. Dibujado, hace un lustro, por la memoria recuperada de las víctimas del franquismo en una acción artística anónima.
Tres pueblos andaluces y 'franquistas'
La denuncia que ha motivado la reacción municipal llegó con el abogado especializado en derechos humanos y Memoria Histórica, Eduardo Ranz. “De Andalucía se solicitó la redefinición de tres pueblos: Villafranco del Guadalhorce (Málaga), Bembézar del Caudillo (Córdoba) y Queipo de Llano (Sevilla)”, enumera.
La localidad cordobesa porta como 'apellido' el título atribuido a sí mismo por el dictador Francisco Franco y con el que el militar rebelde adaptó el término alemán fürher y el italiano duce. “La Diputación Provincial de Córdoba ha comunicado que el cambio de nombre está en tramitación”, refiere Ranz. “De Villafranco la demanda ya ha sido admitida a trámite y de Queipo estoy a la espera de noticias del juzgado”, continúa.
“No hay ningún inconveniente en el cambio de nombre”, subrayan fuentes del Ayuntamiento de La Puebla del Río sobre el poblado Queipo. Como ha refrendado el plenario local. “Es algo que estaba ahí, un lugar deshabitado y que en el imaginario colectivo casi pierde el sentido que tenía”, precisan. Una desmemoria popular “que no significa que no haya que cumplir la ley”. Ni la necesidad de hacer pedagogía democrática, “que la gente sepa qué ocurrió”.
Un “criminal de guerra” con honores
Queipo de Llano fue “un criminal de guerra”, según historiadores como Francisco Espinosa y José María García Márquez. El responsable de más de 14.000 ejecuciones sólo en Sevilla como jefe militar de la sublevación fascista en el sur de España. De ahí, un artista rendía “homenaje a las víctimas del fascismo en Andalucía” en pinturas que usaron como mural las fachadas demolidas por el tiempo del poblao, como se conoce en la cercana localidad de Isla Mayor.
“Está pintado en el poblado Queipo de Llano, dentro de la finca El Cogujón, propiedad del torero Espartaco”, cuenta el isleño Carlos Delgado, autor (en el año 2012) de las fotos que acompañan este texto. La alusión pictórica está “en la calle detrás de la iglesia”, dice. “A unos 9 kilómetros al sur de la Isla”, explica, “pero no me preguntes por el autor porque yo me crié allí y no salí de mi asombro cuando vi esto”. Cuando el poblado Queipo recuperó la memoria de las víctimas del terror franquista.
Decía el hijo del exgeneral sublevado, Gonzalo Queipo de Llano Martí, en una carta al diario El País (16 de julio e 1976) que tras el “agradecimiento” del pueblo de Sevilla “por haberles salvado de caer bajo el dominio rojo”, homenaje que llegó en forma de dotación económica, el exgeneral compró el cortijo Gambogaz y luego tierras de arroz hoy en litigio entre la Fundación ProInfancia Queipo de Llano y agricultores arrendatarios, como informó en exclusiva eldiario.es/andalucia. “Se cooperó, además, a la construcción de viviendas en la zona, adquiriendo terrenos y financiando parte de la construcción”, aludía refiriendo al destartalado asentamiento que incumplía con su nombre la ley de Memoria Histórica.