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Susana Díaz planta cara a Ferraz: “Se regenera aquello que está degenerado”

Susana Díaz no va a retroceder ante la oposición de derechas, que por primera vez suma para formar un Gobierno alternativo al PSOE en Andalucía, y tampoco va a dar un paso atrás ante la dirección federal de su partido. La presidenta de la Junta en funciones y líder del PSOE andaluz se ha mostrado este martes desafiante ante el mensaje del secretario de Organización estatal, José Luis Ábalos, que un día después de las elecciones andaluzas abrió la puerta a la dimisión de Díaz como paso indispensable para iniciar un proceso de “renovación y regeneración” en la federación socialista más numerosa del partido.

“Se regenera aquello que está degenerado, y yo lidero un partido decente y honesto que ha conseguido la confianza de un millón de andaluces”, ha respondido Díaz en una entrevista en la Cadena Ser, tras aclarar que “los periodistas han interpretado mal a Ábalos”, y que ayer habló con Pedro Sánchez y estuvo “muy cariñoso” con ella. Fuentes de Ferraz, sin embargo, explicaron a este periódico que responsabilizan directamente del resultado de las andaluzas a Díaz por hacer “una campaña de trámite” sin contar con ellos y confirman que su intención es “tomar el control” del PSOE andaluz y propiciar el relevo de la líder regional.

La presión interna y externa sobre Susana Díaz en este momento es muy fuerte, aunque su pretensión clara es “resistir”. Para ello cuenta con “el aval” de toda su ejecutiva regional y de los ocho secretarios provinciales del PSOE andaluz, que el lunes cerraron filas en torno a su líder. La sevillana admite que su victoria “no ha sido un éxito” y que “está triste”, pero aún reivindica que ella ha ganado las andaluzas con siete puntos de diferencia sobre el segundo (PP) y diez sobre el tercero (Ciudadanos).

Por primera vez, Díaz ha enterrado una máxima que formaba parte del ADN del PSOE, y que ella misma defendía, no hace mucho, cuando el centro del debate era el liderazgo cuestionado de Pedro Sánchez. “Ganar es gobernar”, le ha recordado la periodista Pepa Bueno. “Eso de ganar es gobernar será nuevo. Ganar es ganar. Ganar de esta manera es triste y el partido está por encima de los intereses de uno mismo, pero los intereses de los andaluces están por encima del partido. Lo primero ahora es Andalucía”, ha subrayado.

La socialista ha confirmado que abrirá una negociación con todas las fuerzas políticas, excepto con Vox (“un partido tóxico para la democracia”), y que se presentará a la investidura para volver a ser presidenta de la Junta sólo si reúne los apoyos necesarios para salir elegida, pero nunca si sabe de antemano que sus rivales no la votarán. “Me presentaré si se reúnen las condiciones, no para ocupar el espacio mediático los días antes y después del debate”, dice. El lunes, un dirigente del PSOE andaluz hablaba así: “Al menos tenemos que intentarlo. Lo que no vamos a hacer es 'un Arrimadas'”, decía, para aclarar que la idea de Díaz era buscar apoyos y formar un Gobierno “de concentración”. Su fórmula preferente pasa por reeditar un pacto con sus antiguos socios de Ciudadanos, pero también necesitarían el apoyo o la abstención en segunda vuelta de Adelante Andalucía, la coalición liderada por Teresa Rodríguez.

Ninguna de estas dos fuerzas se inclina por facilitar esta fórmula. La dirigente de Podemos, que ha perdido 300.000 votos sin ninguna autocrítica de peso, prefiere instalarse en la oposición y plantar cara a la extrema derecha de Vox. Mientras que Ciudadanos se inclina más por llegar a un acuerdo con el PP para consumar un Gobierno de cambio tras 36 años de socialismo andaluz en el poder. Para ello, PP y Cs necesitan el apoyo explícito o implícito de Vox.

“Espero quedarme como presidenta”, ha respondido Díaz cuando le han preguntado si se quedará en la oposición en caso de que las derechas, como parece indicar, forman Gobierno. “Habrá que ver si la derecha determina un pacto de perdedores. Ahora, con lo que han criticado, quieren hacer un tripartito con la extrema derecha que quiere quitar la Ley de Igualdad y la protección a las mujeres y la Ley de Memoria”, defiende Díaz.

La secretaria general del PSOE andaluz ha vuelto a hacer autocrítica por la pérdida de 400.000 votos y por la elevada abstención de la izquierda que ha propiciado una mayoría de derechas en el Parlamento. Díaz admite que “se equivocó” al plantear una campaña “con acento andaluz” porque, visto el resultado, “tenían razón” Juan Marín (candidato de Cs) y Juanma Moreno (PP) al centrar el debate en Catalunya y otros asuntos nacionales. “Yo les reprochaba que hablasen tanto de Catalunya. Que Albert Rivera, el penúltimo día de campaña, pidió el voto a los andaluces contra los independentistas catalanes. Seguramente la que estaba equivocada era yo, que quería una campaña con acento andaluz”, dice.

Con todo, Díaz defiende que los comicios no han sido solo un castigo al PSOE y a su gestión de la crisis, porque “habría crecido el voto de la otra formación de izquierdas, y no ha sido así”. “Podemos ha perdido proporcionalmente más votos que el PSOE”, ha dicho, en referencia a la coalición Adelante Andalucía (Podemos-IU), que se ha dejado 300.000 papeletas y tres escaños respecto a 2015. La conclusión de la líder socialista es que en las andaluzas “han perdido votos tres partidos: el PSOE, el PP y Podemos, pero el que más porcentaje ha perdido es el PP”.