El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha propiciado este miércoles la fotografía de la tregua con la líder de la formación en Andalucía, y para muchos potencial rival en el control del partido, Susana Díaz. Lo ha hecho desplazándose hasta la Feria de Sevilla en una visita que se anunció de manera oficial la tarde del martes y que le ha permitido, en un clima de precampaña, el reencuentro Susana Díaz tras los últimos enfrentamientos. Si otras veces el desembarco de Pedro Sánchez por Andalucía ha levantado recelos en el PSOE-A porque no había sido avisado de ello, como el pasado verano, esta vez sí tenía pleno conocimiento de la agenda del líder pero no por ello le ha ayudado a llevarla a efecto.
Pedro Sánchez se ha llevado todo el calor de la feria porque han sido numerosos los ciudadanos que lo han interceptado durante su paseo por el real para darle muestras de cariño, igual que algún que otro alcalde del partido de la provincia que ha pasado por el lugar. Y él se ha parado con todos con la paciencia de una auténtica precampaña. Pero no ha sido igual el recibimiento desde la federación, toda vez que ningún cargo del partido ni a nivel local, ni provincial ni regional le esperaba cuando ha llegado hasta el recinto ferial.
Cuando han atravesado la portada, Pedro Sánchez -con el riguroso pin de la portada en la solapa- y dos colaboradores, además de uno de sus más fieles en Andalucía, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, se han encaminado a la caseta de la cadena SER, parada obligatoria estos días de feria, donde ha esperado la llegada de la secretaria general del PSOE-A, que se ha producido pasadas las tres de la tarde, cuando él llevaba una hora ya en la recepción.
Hasta entonces ha saludado a líderes políticos de Andalucía, como a la secretaria general de Podemos, Teresa Rodríguez, y al portavoz de C's, Juan Marín, quienes han llegado antes que Susana Díaz y han compartido con él un buen rato. Pero ni siquiera ha habido previamente un paso por la Caseta Municipal, donde sí estaba Susana Díaz en esos momentos y donde pudiera ser recibido por el alcalde de la ciudad, el socialista Juan Espadas, como anfitrión.
Nada de esto ha ocurrido, pero sí se ha producido la fotografía que se esperaba. Si Pedro Sánchez ha llegado rodeado de cámaras y periodistas que le han acompañado por su paseo por la feria, Susana Díaz lo ha hecho también con la prensa pero, además, con un buen número de consejeros, asesores y cargos el PSOE-A que la han acompañado en su entrada a la caseta como un séquito. Ha llegado con su hijo -vestido de corto- en brazos, para deleite de numerosos ciudadanos que se apostaban a las afueras de la caseta y se han parado a saludarla.
Con el bebé a cuestas, una Susana Díaz radiante y vestida de flamenca, como varias de las consejeras que la han acompañado, ha acaparado los focos de los numerosos medios de comunicación presentes, en una imagen de ternura que prácticamente ha robado todo protagonismo a la que llegaría luego con el saludo a Pedro Sánchez.
La presidenta de Andalucía se ha dirigido, sorteando interminables saludos y carantoñas a su bebé a lo largo de los poco más de tres metros desde la entrada de la caseta a la mesa en la que esperaba Pedro Sánchez, y los dos han posado para la prensa con sonrisas que no conseguían elevar la temperatura de la frialdad del encuentro, para luego compartir algo menos de una hora en el lugar junto a otras personalidades que han ido desfilando por la misma: desde el presidente del PSOE de Sevilla, Fernando Rodríguez Villalobos, hasta la secretaria general del partido en la provincia, Verónica Pérez, pasando por Juan Espadas, o la recientemente revalidada secretaria general de UGT-A, Carmen Castilla, entre otros.
Pedro Sánchez y Susana Díaz no han hablado apenas, entre otras cosas porque cada dos por tres se asomaban, alternativamente a la barandilla de la caseta, a saludar a la gente que pasaba y les reclamaba desde fuera. Y ninguno de los dos ha dudado en prodigarse en sonrisas, abrazos y selfies. No hubo brindis. Ella se ha ido un poco antes. Luego lo ha hecho él para continuar con su ruta por la Feria de Abril, donde tenía previsto pasar por la caseta del partido y por la de UGT-A, con toda la entrega y carga de paciencia que exige un paseo por la ciudad efímera. Pero sólo le ha dado tiempo de hacer una breve parada en esta última vez, porque ya había consumido demasiado tiempo esperando en la SER esperando a Susana Díaz y no le daba lugar de completar la ruta antes de pillar el AVE de regreso a Madrid.