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La Toma de Granada se celebra entre acusaciones de fomentar el racismo y de “intolerancia”

Grupos de extrema derecha se manifiestas a favor de la celebración de La Toma de Granada /Foto: Miguel Gómez

Miguel Gómez

Granada —

La Toma de Granada conmemora cada 2 de enero el día en que Boabdil, el último rey nazarí, entregó las llaves de la ciudad a los Reyes Católicos, poniendo fin a la presencia de estados musulmanes en la Península y a la Reconquista. En la ciudad es una celebración institucional, oficialmente la fiesta local, el Día de Granada, que suma otro festivo al Año Nuevo y la Navidad. Pero también es un acto marcado por la polémica, rechazado por los colectivos de izquierdas y al que se acusa de ‘efecto llamada’ sobre grupos de extrema derecha.

La mañana de este jueves, en una Plaza del Carmen con alrededor de 700 personas prestas a asistir a la comitiva municipal –el alcalde, José Torres Hurtado (PP) y la corporación desfilan bajo mazas portando el estandarte de Isabel y Fernando hasta la Catedral–, se enfrentaron de nuevo, como cada año, grupos de extrema derecha y antifascistas, separados en los dos extremos del recinto por la Policía.

Algo más de medio centenar de militantes portaban banderas de Falange, franquistas y del partido ultra Democracia Nacional, con una pancarta que rezaba “Orgullosos de Nuestra Reconquista”, mientras que en su contraparte, alrededor de 150 manifestantes convocados por la Coordinadora Antifascista de Granada, lucían banderas republicas, comunistas y andaluzas. Gritos de “Arriba España” se oponían a “Los genocidios no se celebran”.

El acto en sí, de rígido protocolo, incluye la presencia del teniente general del Mando de Adiestramiento y Doctrina (Madoc), con sede en Granada, el teniente general Alfredo Ramírez, más la banda militar de este organismo del Ejército de Tierra y una representación de soldados de infantería. En el acto municipal, que no ha contado con la presencia de los ediles de PSOE e IU pero si de la de UPyD, el concejal más joven de la corporación –este año Juan Gutiérrez, concejal de Juventud– porta el estandarte de los Reyes Católicos hasta la Catedral, donde se celebra misa solemne. Luego, en la Capilla Real, donde descansan los huesos de Isabel y Fernando, el concejal más veterano –este año Eduardo Caracuel, responsable de Relaciones Institucionales y Patrimonio– saluda con el estandarte, o pendón, la tumba de los monarcas.

El acto, “una escenificación de los mensajes de extrema derecha”

A la misma hora en que todo este recargado ritual se celebraba, con un par de centenares de granadinos echados a las calles del centro a contemplarlo, en la sede de la Fundación Euroárabe, no muy lejos de la Catedral, el ex defensor del Pueblo Andaluz, José Chamizo, impartía una conferencia en el acto alternativo convocado por la Asociación Granada Abierta. En el mismo, el actual presidente de la Asociación Voluntarios por Otro Mundo advertía contra “el crecimiento de la xenofobia en Europa” y el “efecto llamada” de La Toma a grupos racistas y de extrema derecha.

De hecho, Chamizo mostró su preocupación, que ya expresó cuando era Defensor del Pueblo Andaluz, porque el acto institucional se haya convertido en “una escenificación de los mensajes de la extrema derecha”. Por ello, pidió al Ayuntamiento que considere que “una celebración verdaderamente multicultural no puede celebrar una conquista que no respetó las Capitulaciones y acabó en una expulsión por motivos de raza y religión”. El presidente de Granada Abierta, Francisco Vigueras, añadió que su plataforma ha pedido que la fiesta de la ciudad se cambie al 26 de mayo, Día de Mariana Pineda.

En la Plaza del Carmen, en cualquier caso, la fuerte presencia policial impidió que se reprodujesen incidentes directos como los de otras ediciones. La separación entre falangistas y antifascistas quedó en un simple intercambio de insultos en el que los primeros saludaron brazo en alto el himno nacional y los segundos lo silbaron. En la culminación del acto, el edil abanderado saluda a la ciudad “por los ínclitos Reyes Católicos” y se dan vivas a Granada, Andalucía, España y el Rey.

A las declaraciones de Chamizo respondieron, desde el Ayuntamiento, el concejal de Cultura, Juan García Montero, quién defendió la fiesta como “una celebración familiar, que sólo se puede calificar de intolerante si no se conoce Granada”, y el alcalde Torres Hurtado, que añadió que “la extrema derecha viene como respuesta a otras manifestaciones, porque antes de que existiesen, esto no pasaba”.

El Ayuntamiento de Granada ha solicitado a través de las Cortes la declaración de La Toma como Bien de Interés Cultural (BIC), que ya fue rechazada por el Parlamento andaluz. Los concejales de PSOE e IU han boicoteado el acto no acudiendo a la comitiva municipal, en el caso de los socialistas por primer año de forma unánime sin la presencia siquiera del portavoz municipal.

Federico Mayor Zaragoza (ex director general de la UNESCO), entre otras figuras, ha manifestado su total oposición a este tipo de reconocimiento.

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