Unidas Podemos lanza otro “frente amplio” en una Andalucía con cuatro izquierdas enfrentadas

Daniel Cela

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Unidas Podemos lanzará este sábado, en Córdoba, el proyecto político con el que van a encarar las próximas elecciones andaluzas, bajo el título de “un frente amplio para ganar Andalucía”. “Llamamos especialmente a las organizaciones políticas y sociales con las que compartimos una visión del cambio que necesita Andalucía. En el frente amplio andaluz no sobra nadie”, reza el manifiesto que presentan este sábado, 4 de diciembre, conmemorando también las manifestaciones multitudinarias de 1977 por la autonomía plena andaluza.

La coalición Podemos-IU ha acuñado el concepto popularizado por Yolanda Díaz, que desde hace meses viene hablando de una “plataforma” o “frente amplio” con organizaciones políticas y sectores sociales que, en teoría, cristalizará en un nuevo sujeto político de cara las próximas generales. Sin embargo, las andaluzas están a la vuelta de la esquina y la ministra de Trabajo se ha mantenido al margen del “frente ampio” de Unidas Podemos en esta comunidad. Fuentes de la dirección de Unidas Podemos confirman a este periódico que han invitado a Yolanda Díaz a “participar o estar presente” en el lanzamiento del frente amplio andaluz, este sábado en Córdoba, pero la ministra ha declinado asistir “por problemas de agenda”.

La coalición Podemos–IU, que pilotan Martina Velarde y Toni Valero, también pretende sumar a nuevos actores políticos y sociales, siguiendo la estela de Díaz, pero el contexto de la izquierda andaluza es radicalmente el contrario: la división y el enfrentamiento.

24 horas antes de que lanzaran este manifiesto se había constituido en Andalucía otra formación política de izquierdas: Andaluces Levantaos, que es la nueva marca electoral de Más País –la formación de Íñigo Errejón– y los partidos andalucistas Andalucía por Sí e Iniciativa del Pueblo Andaluz. También esta confluencia ha hecho un llamamiento a la unidad de la izquierda en su presentación oficial. Pero la realidad es que los próximos comicios en esta región traen, de momento, cuatro papeletas de izquierdas distintas donde elegir: el PSOE, Unidas Podemos, la coalición Adelante Andalucía, que dirige Teresa Rodríguez, y la nueva creación Andaluces Levantaos.

Las similitudes programáticas, políticas e ideológicas de todas ellas –sobre todo las tres a la izquierda del PSOE– son evidentes, al menos sobre el papel. Todas defienden principios y valores progresistas, mayor sensibilidad con las capas vulnerables de la sociedad, y todas ponen especial énfasis en subrayar su vocación andalucista y su compromiso con esta tierra. Pero también son evidentes sus disputas internas, los enfrentamientos personales entre sus líderes –otrora compañeros de partido– y todos los episodios de puñales por la espalda y que hacen difícil imaginar una reunificación antes de los próximos comicios.

Probablemente el cisma más profundo e irresoluble de las izquierdas es el que enfrenta Unidas Podemos con quien fue la líder de la formación morada y luego de la confluencia con IU, Adelante Andalucía: la gaditana Teresa Rodríguez. Sus discrepancias políticas y orgánicas, puestas de manifiesto tras el fracaso electoral de 2018, tornaron en una convivencia asfixiante que derivó en la expulsión de Rodríguez y otros nueve diputados afines del grupo parlamentario Adelante, bajo la acusación de “tránsfuga”. Para ello fue necesario la connivencia del resto de fuerzas políticas –PSOE, PP, Ciudadanos y Vox– y una reforma exprés del reglamento de la Cámara andaluza que hizo suyo el Pacto Antitransfuguismo, casi ajustado a la situación de Rodríguez.

La implosión de Adelante Andalucía no sólo ha dejado cicatrices abiertas, políticas y personales, sino un recurso de la gaditana y el resto de diputados no adscritos ante el Tribunal Constitucional contra la expulsión de su grupo; y una advertencia por parte de Velarde y de Valero de que impugnarán la marca Adelante, ahora en manos de Rodríguez, si finalmente concurre con ella a las andaluzas. Éste es el escenario de fondo al llamamiento a la “unidad” que hace el manifiesto de Unidas Podemos, y que se leerá este sábado en Córdoba: “Aprendamos de nuestros errores y superemos las divisiones del pasado. Pongamos a disposición de nuestro pueblo lo mejor de cada uno para cambiar el rumbo de Andalucía. Sigamos profundizando en la construcción de la unidad. Sabemos que la unidad no se construye en torno a personas y siglas. La unidad se construye en torno a ideas y propuestas”.

En efecto, la división personal trasciende en este caso la política. Pero también hay división política: Teresa Rodríguez volverá a ser cabeza de cartel en las andaluzas, por tercera vez, pero ahora para representar a una formación soberanista, casi nacionalista, que no tenga las ataduras orgánicas y políticas con una dirección nacional que sufrió en el pasado, cuando forcejeaba con Pablo Iglesias por lograr más autonomía para Podemos Andalucía. La gaditana cree que ese déficit aún afecta a sus ex compañeros de Unidas Podemos, y eso es algo que comparte con el discurso de la nueva marca de Más País: Andaluces Levantaos. Es probable que este último actor que se ha incorporado al mapa de la izquierda andaluza acabe subsumiéndose en otra coalición. Aunque ahora mismo le separan diferencias estratégicas con Unidas Podemos y el discurso de Errejón está en las antípodas del de Rodríguez, no es descartable que la necesidad propicia una extraña alianza que capitalice esa idea de “frente amplio” que todos mencionan, pero nadie ve aún factible.

En este momento hay tres llamadas a la unidad, a sumar y a crear un “frente amplio”, pero la fractura es absoluta. Las tres izquierdas a la izquierda del PSOE provienen, o bien de IU o bien del Partido Andalucista, dos formaciones que cogobernado de algún modo con los socialistas andaluzas. El espacio que se disputan entre sí y que le disputan al ala más progresista del PSOE es de por sí reducido: en su momento de mayor esplendor alcanzó el 20% del escrutinio, a costa de socavar la base electoral de los socialistas. Pero incluso entonces el PSOE estaba en un momento sólido y no existía la fragmentación actual de la política. Ahora, en este clima de división fratricida, el punto de partida de las izquierdas hacia la carrera electoral que se avecina es el más bajo de su historia: el PSOE apenas roza el millón de votantes –perdió 400.000 en los comicios de 2018– y Adelante Andalucía perdió otros 300.000, que se fueron a la abstención.

De este clima de dispersión y bronca se ha apartado Yolanda Díaz, envuelta en un manto de silencio y con un distanciamiento explícito cada vez que le han preguntado si su “frente amplio” iba a hacer un ensayo en Andalucía, primera parada del nuevo ciclo electoral. La situación aquí no sólo “no está madura”, admiten fuentes de Podemos, sino que las consecuencias electorales de esta división interna pueden servir de acicate para fortalecer el proyecto de Díaz en el conjunto de España. “Si la derecha y la extrema derecha se consolida en el poder en una comunidad históricamente de izquierdas como Andalucía, la idea de Yolanda Díaz se entenderá mejor, cobrará más sentido”, explica un dirigente del PSOE–A, preocupado por la fractura del bloque progresista.

La ministra de Trabajo ha sabido reunirse con otras dirigentes de izquierdas, como la valenciana Mónica Oltra, de Compromís; la madrileña Mónica García, de Más País en la Asamblea de Madrid; o la catalana Ada Colau, alcaldesa de Barcelona con los Comunes. “Nuevas políticas”, se llamó el acto en el que participaron juntas, en un juego de polisemia entre política y mujer. En Andalucía, las tres formaciones a la izquierda del PSOE están lideradas por mujeres también: Teresa Rodríguez, de Adelante; Martina Velarde, de Podemos y Esperanza Gómez, de Más País. Pero ninguna de ellas fue invitada a ese acto y con ninguna de ellas se ha reunido Díaz en público.

Según ha podido saber este periódico, en la presentación del proyecto de Unidas Podemos, de este sábado, estarán presentes Jéssica Albiach, presidenta del grupo parlamentario de En Comú Podem en el Parlament de Catalunya, Lilith Verstrynge, secretaria de organización de Podemos y Carlos García Ramos, dirigente de IU.

Durante el acto también van a intervenir portavoces de algunos movimientos sociales críticos con el Gobierno de Juan Manuel Moreno, como miembros de la Marea Blanca, en defensa de la sanidad pública, trabajadores del equipo de bomberos forestales, personas ligadas a la lucha contra la proliferación de casas de apuestas y dirigentes del movimiento feminista.

El manifiesto de Unidas Podemos es una declaración de intenciones más que un programa político. En él aparece una velada crítica al PSOE, que ha gobernado Andalucía durante 37 años. “Los problemas que hoy enfrenta nuestra tierra son similares a los de hace 40 años: paro, pobreza, precariedad, desindustrialización, infrafinanciación histórica y una economía cada vez más dependiente de sectores estacionales”, dice el texto. Pero también, y más explícitamente, un ataque al actual Gobierno de PP y Ciudadanos, y sus aliados de Vox. “Su gobierno está frenando el cambio que necesita nuestro modelo productivo. Quieren continuar con la especulación urbanística, el ladrillazo y la corrupción. Siguen despreciando la emergencia climática y la crisis hídrica, destrozando nuestras playas para construir campos de golf y levantar grandes complejos hoteleros”.