“Por decreto y sin consenso”. Los estudiantes de las universidades andaluzas muestran un rechazo unánime contra la última medida del ministerio de José Ignacio Wert: el real decreto que ‘flexibiliza’ los estudios universitarios hasta poderlos convertir en un grado de tres años y un máster de dos.
“Creemos que la medida va en nuestro detrimento, porque encarece la formación”, señala Marina Vogel, delegada de la recién creada Conferencia de Representantes de Estudiantes de Andalucía (CREA). Fabricio Guido Saquilán, presidente de la Coordinadora Andaluza de Representantes de Estudiantes (CARE), estima que la reforma incrementará las matrículas de los estudiantes andaluces “en 1.000 euros más al año. La carrera costaría prácticamente el doble, por no hablar de que las becas de máster son más inaccesibles que las de grado, ya que el ministerio exige un siete de nota”.
Los estudiantes que ya tenían previsto un calendario de movilizaciones contra la súbida de las tasas de matriculación, los recortes en becas o la propia reforma, han decidido acelerar las protestas. “Vamos a adelantar las movilizaciones. Teníamos pensado marzo, mayo y septiembre, pero tendremos que adelantar la primera a la última semana de febrero”, indica Ibrahim Ginés, secretario del Consejo de Estudiantes de la Universidad de Málaga. “Si no hay respuesta en marzo ni mayo, prepararemos más movilizaciones y una recogida de firmas para una iniciativa legislativa popular” que modifique los últimos reales decretos de educación que afectan a tasas y becas, añade Ginés.
Los representantes de alumnos critican que la medida haya llegado en época de exámenes y les haya “pillado a contrapié”. “Lo esperábamos para marzo, ha sido una medida acelerada que coincide con la forma de actuar de este ministro a lo largo de esta legislatura. Lo ha hecho coincidir con los exámenes para pillarnos descoordinados. Es más, en universidades como la de Granada o la de Sevilla, el Consejo de Estudiantes tiene prohibido reunirse en época de exámenes”, aclara Gorka Martín, coordinador general de estudiantes de la Universidad de Granada. “Lo han hecho en época de exámenes para intentar reducir la respuesta de los estudiantes”, agrega Ignacio Hernández, delegado general de estudiantes de la Universidad Pablo de Olavide.
Pública y de calidad
No están solos en una batalla que, consideran, ataca los principios de una “Universidad pública y de calidad”. Rectores, sindicatos, el Consejo de Estado y la presidenta Susana Díaz ya se han manifestado en contra de la medida.
Este lunes, la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) ha dejado claro que “antes de septiembre de 2016 ninguna universidad pondrá sobre la mesa planes de estudios distintos al formato de 4 años de grado y uno de máster”. Aunque no se posicionan en contra sí logran más tiempo para evaluar el plan Bolonia, que apenas lleva vigente cuatro cursos. “Es una moratoria hasta 2017, pero resulta insuficiente, ya que creemos que esta reforma no se debe realizar hasta que no se hable con los agentes activos”, opina el presidente de la CARE.
La medida ha conseguido aglutinar tantas opiniones en contra que, por primera vez, un representante de estudiantes, el propio Fabricio Guido, asistirá este martes a una reunión del Consejo Andaluz de Universidades (CAU) presidida por la presidenta de la Junta de Andalucía y donde se tratará la reordenación de los grados universitarios. La Junta ya ha anunciado que propondrá su no aplicación, dado su carácter voluntario.