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Muñoz Conde: “La reforma del código penal es una gran chapuza”

Activistas de Greenpeace protestan frente al Congreso contra la "Ley Mordaza"

Alejandro Ávila

Le avalan cuatro décadas de renombre internacional y su protagonismo en la primera reforma penal de la democracia. Francisco Muñoz Conde, catedrático penalista cuya vida “ha estado marcada por el fantasma de la reforma del código penal”, no se va por las ramas a la hora de definir la ley mordaza como “una gran chapuza”.

Para el profesor de la Universidad Pablo de Olavide, la reforma es “casi un nuevo código penal, que afecta a 400 artículos y modifica el sistema de penas”. Aunque la reforma le ha pillado desprevenido y asegura que “es como tener que volver a estudiar derecho penal”, Muñoz es capaz de enumerar ya los defectos de una ley que entrará en vigor el 1 de julio de este año.

Destaca en primer lugar la reintroducción de la cadena perpetua bajo el eufemismo de prisión permanente revisable. La medida ha recibido duras críticas tanto de organizaciones como Greenpeace o Amnistía Internacional como de la oposición y el Partido Socialista, que presentará un recurso de inconstitucionalidad. Tampoco cuenta con el apoyo del penalista. “Se está usando a las víctimas del terrorismo, que deberían saber que esta nueva regulación no se puede aplicar con efecto retroactivo”, aclara.

Derecho a la reinserción

El experto ha recordado que los delincuentes también tienen derechos: tanto a no ser torturados como “a tener la posibilidad de reinsertarse. No lo digo yo, lo dice la Constitución”, ha subrayado. Asimismo, ha insistido en que la cadena perpetua solo se puede aplicar en los casos de asesinato más grave, pero que su aplicación es tan confusa “que ni yo mismo me aclaro en qué casos se puede aplicar”.

El terrorismo es también uno de los objetivos de la nueva ley. A la apología y la colaboración con banda armada se une la penalización de “participar en guerras extrañas con grupos yihadistas o bajarse páginas yihadistas”. “Por muy grave que sea el terrorismo no podemos utilizar medios que no son compatibles con el estado de derecho”, ha insistido el investigador durante el Congreso sobre Crimen Organizado de la UPO.

Para el penalista, otro de los grandes errores de la reforma es la supresión de las faltas, “un derecho penal de poca monta, que se emplea en casos de criminalidad de poca importancia, pero que ofrece una serie de garantías”. Al suprimirse dichas faltas y transformarse en infracciones administrativas, el ciudadano pierde las garantías que le ofrece un proceso judicial.

Muñoz Conde ve además incongruente que la edad de consentimiento sexual se eleve hasta los 16 años, pero no lo haga la de matrimonio.

Perplejidad entre los expertos

Decisiones así le llevan a calificar la reforma de “barbaridad innecesaria” y asegura que todo esto les provoca a abogados, jueces y expertos “una enorme perplejidad y genera una de las mayores lacras de cualquier sistema judicial: la inseguridad jurídica”. Y es que, según el penalista, “ni los más avezados van a saber cuál es el alcance y amplitud de esta reforma. En menos de tres meses los jueces van a tener que aplicar derecho vigente”.

En cualquier caso, la novedad no es que se intente reformar la ley, sino el contenido de ésta y la celeridad con la que se ha impulsado. Aznar, Zapatero y ahora Rajoy… el renombrado experto recuerda que, desde Felipe González, todos los presidentes han reformado el código penal. “En apenas 20 años, el código penal ha sido objeto de unas 30 reformas de gran calado”, insiste.

El doctor Honoris Causa en varias universidades de España y Latinoamérica explica que, en cualquier caso, “los males de nuestra sociedad no se resuelven a golpe de reforma de código penal. No sirve para nada, pero da réditos electorales”. Recuerda que ningún yihadista va a dejar de suicidarse, ningún psicópata va a dejar de matar a sus hijos y que ningún corrupto va a dejar de serlo porque se endurezca la ley. “Esta reforma es muy poco afortunada”, zanja.

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