La diputada almeriense Luz Belinda Rodríguez, que abandonó Vox el pasado enero tras un agrio desencuentro con la dirección del partido, ha conservado el escaño en el Parlamento de Andalucía como diputada no adscrita, y desde hace unos días ha sumado su proyecto al de Falange Española de las JONS, único partido legal en España durante la dictadura franquista.
Rodríguez ha confirmado a este periódico que sus propuestas e iniciativas en la Cámara andaluza “coinciden” con las del partido fundado por José Antonio Primo de Rivera, que no tiene sede social en Andalucía ni representación parlamentaria, pero sí algunas delegaciones. “Me he sumado al proyecto de Falange como independiente. Llevaré mis propuestas, que coinciden con la de Falange, pero no me he afiliado. Estamos trabajando juntos”, explica.
La diputada almeriense ha seguido trabajando en el Parlamento andaluz de forma autónoma, desligada de sus antiguos compañeros, y desplazada a la comisión de financiación de los partidos políticos (que se reúne con escasa regularidad). Su margen de acción legislativa, no obstante, está muy acotada desde que se quedó sin grupo. Rodríguez asegura que mantiene como asesor parlamentario a Francisco Javier Martínez, “uno de los asesores jurídicos del grupo Vox hasta hace poco”, y a Norberto Pico, jefe nacional de Falange Española.
El partido que fundara Primo de Rivera, fusilado tras ser condenado a muerte por rebelión militar contra el Gobierno de la Segunda República, se distingue por su encendida defensa de las fuerzas armadas y de seguridad del país. El pasado otoño hizo una dura campaña contra el Ejecutivo de Pedro Sánchez y la exhumación de Franco del Valle de los Caídos.
Rodríguez se desvinculó de la formación de Santiago Abascal hace un par de meses denunciando una situación de “acoso laboral” y “misoginia” en el grupo parlamentario. La dirección andaluza, en connivencia con la nacional, reaccionó anunciando su expulsión del partido de extrema derecha. “Cuando era portavoz adjunta era un cero a la izquierda. Solamente los hombres pueden hablar en Vox y solamente los hombres pueden estar en todos lados, las mujeres estamos un poco anuladas. Me voy porque no me dejan trabajar”, explicó Rodríguez, tras denunciar ante la Policía que en el grupo incluso le “abrían las cartas que recibía”.
El portavoz de Vox en el Parlamento andaluz, Alejandro Hernández, respondió a la denuncia de su compañera con estas palabras: “Cualitativamente no aportaba un trabajo importante, y tampoco era una persona que destacara por su entrega, por su trabajo y por su dedicación al grupo parlamentario. Si a eso le añadimos que su calidad humana dejaba mucho que desear, no lo contemplamos como una pérdida importante”.
Vox tenía 12 diputados en la Cámara andaluza hasta la salida de Rodríguez. En el último mes, la formación de extrema derecha en Andalucía ha sufrido varias crisis internas, la más aguda fue la dimisión de la presidenta de Vox en Sevilla y número dos de la candidatura en las autonómicas, María Jesús Piñero. Piñero dejó su puesto orgánico acusando a la dirección de crear una “estructura paralela” y “jugar irregularmente con los recursos de los afiliados”. Con la dimisión de Piñero, son ya seis de las ocho ejecutivas provinciales andaluzas que sufren ceses por desacuerdos con la dirección nacional. También el que fuera candidato de Vox a la presidencia de la Junta de Andalucía, el juez en excedencia Francisco Serrano, abandonó la ejecutiva del partido en Sevilla. Él y Piñero mantienen sus actas de diputados.