A las puertas del 28F, Día de Andalucía, que conmemora la conquista del autogobierno de esta comunidad, el grupo parlamentario Vox ha presentado esta mañana una campaña de denuncia contra los anteriores gobiernos socialistas y contra los sindicatos CCOO y UGT, a los que acusa de “corrupción” y de “esquilmar el dinero de los andaluces”. Por extensión, la denuncia del partido ultraderechista carga duramente contra el Estado autonómico, que los de Santiago Abascal prometen eliminar en su programa político.
La campaña, bajo el epígrafe Devolved lo robado, consiste en un enorme autobús forrado con las siglas de los sindicatos de clase y con imágenes de los ex presidentes de la Junta, Manuel Chaves y José Antonio Griñán, condenados por malversación y prevaricación de fondos por el fraude de los ERE (sentencia recurrida ante el Tribunal Supremo).
El partido de extrema derecha ha apartado el autobús a las puertas de la sede de la UGT en Sevilla, donde ha instalado un breve atril con un micrófono para que el portavoz de su grupo en el Parlamento, Manuel Gavira, presentase la campaña ante los medios. Sin embargo, el discurso de Gavira ha sido acallado por La Internacional, himno tradicional del movimiento obrero, que suena en los congresos del PSOE, de UGT y del Partido Comunista, y que la dirección del sindicato en Andalucía ha puesto a todo volumen desde dentro de su sede. El himno se ha repetido de manera cíclica una y otra vez, mientras el diputado de Vox lanzaba duras denuncias contra los sindicatos y los socialistas.
La campaña del partido ultraderechista calienta el periodo previo a las elecciones andaluzas, aún por convocar, pero sobre todo tensan el ambiente previo al 28F, Día de Andalucía, que se celebra el próximo lunes. Vox nunca ha asistido a las efemérides oficiales del Parlamento y del Gobierno de Juan Manuel Moreno y tampoco lo hará este año [a excepción del miembro de la Mesa de la Cámara]. En su lugar, los 11 parlamentarios de Vox acompañarán a la diputada del partido en el Congreso y previsible candidata a las andaluzas, Macarena Olona, que dará un mitin en el muelle de Nueva York de Sevilla, junto al autobús con los rostros de Chaves y Griñán y las siglas de CCOO y UGT. “No nos gusta el Estado de las Autonomías, porque es una fuente de división entre los españoles. No vamos a participar en el 28F -que conmemora el referéndum por el autogobierno andaluz en 1980- porque es el germen del clientelismo del PSOE”, ha dicho Gavira.
Mientras hablaba, el secretario general de FICA UGT de Andalucía, Manuel Jiménez, ha salido a la calle con un altavoz en la mano, se ha colocado a cinco pasos del portavoz de Vox y del autobús, y ha empezado a gritar: “¡Pasen y vean. La nueva atracción del circo de los payasos de Sevilla! Con el juez Serrano [ex líder y ex candidato de Vox en Andalucía] como conductor estrella, que sí que es corrupto y se lo ha llevado calentito. ¡Nueva atracción de la feria de Sevilla! ¡Los señoritos de Vox! ¡Pasen y vean!”. Se ha vivido un momento de cierta tensión, pero la situación no se ha agravado. La sede de UGT en la capital andaluza está contigua a la comisaría principal de la Policía Nacional.
El acto de Vox frente a la sede de UGT no ha durado más de 20 minutos, según algunos de los presentes. Agentes de la Policía estaban vigilando porque la Subdelegación del Gobierno tenía constancia de la convocatoria a medios de comunicación, pero no de un permiso de concentración en vía pública, por lo que no podían estar más de 20 personas. Luego el autobús de Vox se ha desplazado hasta la puerta del Parlamento andaluz, donde se está celebrando la sesión plenaria.
El discurso de Gavira ha golpeado directamente al PSOE andaluz, líder de la oposición desde hace tres años, en los que ha gobernado el Ejecutivo de PP y Ciudadanos con el apoyo de Vox. “Esta campaña está destinada a que Andalucía conozca cómo fuimos esquilmados por los gobiernos socialistas y por los sindicatos, que nos freían a impuestos y se gastaron el dinero público en mariscadas, putas y drogas”, ha dicho el portavoz. Pero Gavira también ha acusado al Gobierno de Moreno de complicidad con los socialistas, de no haber desmontado la “administración paralela” -como llaman peyorativamente al sector instrumental de la Junta- y de mantener a los “enchufados”.
Desde hace medio año, el partido de Abascal ha dejado de apoyar la agenda legislativa del Gobierno de PP y Ciudadanos para presionar sistemáticamente para que Moreno adelante las elecciones. El pasado noviembre, el grupo de extrema derecha presentó una enmienda a la totalidad contra los Presupuestos andaluces para 2022, igual que hicieron las fuerzas de izquierdas, impidiendo que las cuentas salieran adelante. Desde entonces, el presidente habla de un “bloque parlamentario” y una “pinza Vox-PSOE”, aunque también desde entonces la Junta ha logrado aprobar una decena de iniciativas legislativas con el respaldo de la oposición, o bien del partido de extrema derecha, o bien del PSOE y Unidas Podemos.
Los sondeos de intención de voto señalan una tendencia al alza de Vox en Andalucía, lo que más preocupa a Moreno, que espera seguir gobernando con una mayoría suficientemente holgada como para no necesitar el apoyo de la ultraderecha. Una encuesta publicada por el diario Sur este mismo jueves -realizada antes de la crisis interna del PP- otorga ocho diputados más a Vox [en 2018 logró 12] y lo sitúa como tercera fuerza, por detrás de PP y PSOE. Gavira ha señalado al presidente Moreno, acusándole de “seguir privilegiando a los sindicatos corruptos”, y le ha afeado que haya buscado la “paz social” con varias mesas de negociación con UGT y CCOO.
Hace una semana, los sindicatos de clase organizaron una manifestación masiva en todas las capitales de provincia para protestar por el “colapso” de la sanidad pública, reprochándole al Ejecutivo andaluz la falta de personal sanitario y recursos, que está ayudando a engrosar la cuenta de resultados de las clínicas privadas. Vox también se suma a estas críticas a la Junta y hace unos días presentó su campaña de movilizaciones por el deterioro de la sanidad -“Salud no responde”-, pero sólo se han alineado con los sindicatos profesionales del sector -médicos y enfermeros-, no con las organizaciones UGT y CCOO.