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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Francisco Serrano, candidato de Vox: “Vamos a iniciar la reconquista en Andalucía”

“¡12, 12, 12!”, han gritado en el cuartel general de Vox, instalado en el salón de un hotel de Sevilla, cuando las pantallas mostraban ya el escrutinio del 85% de votos y confirmaban su entrada en el Parlamento de Andalucía con más fuerza que con la que lo hizo en 2015 C's, que logró entonces nueve y ha sido determinante estos tres años y medio de legislatura. Han superado la lectura más optimista que en el partido hubieran hecho de cualquiera de las encuestas conocidas durante toda la campaña, que han sido una veintena.

“Por fin tenemos voz, por fin tenemos voz” [“por fin tenemos Vox, por fin tenemos Vox”, para otros], “viva España” [algún “Viva Andalucía libre] y hasta”viva la Legión“ han proseguido los militantes y simpatizantes congregados en el lugar y que a las diez de la noche no superaban las 200 personas, casi como si ni ellos hubieran apostado por este resultado. Y es que hora y media después de cerrarse los colegios electorales en Andalucía, salvo en el caso de las incidencias en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) que han provocado un retraso notable para los resultados de la convocatoria, el salón continuaba bastante vacío.

“Somos gente de orden”

Han optado por esperar hasta el final para una entrada efectista como alegoría de su irrupción en el Parlamento de Andalucía con más del 10% de los votos. De hecho, se han visto obligados a incrementar el aforo sobre la marcha, para lo que han retirado las sillas, las en torno a 200 colocadas desde primera hora de la tarde, con la colaboración de los presentes, “como gente de orden que somos”, y con ello han podido entrar los que esperaban fuera, y que no han tenido los inconvenientes de periodistas de La Sexta y Contexto, a los que sí se les ha impedido la entrada.

Ni una bandera de Andalucía -el único verde, el del logotipo, igual que ellos no son de sobre verdes para las papeletas, sino “rojigualdas”- y sí muchas de España, para un baño de hispanidad y de sus habituales consignas de campaña [“yo soy español, español, español” cada dos por tres], y comenzaban a llegar pizzas pedidas por la organización para celebrarlo cuando el voto escrutado superaba el 95%. Pero los líderes de la formación hacían esperar a los suyos y a la prensa, donde no faltaban periodistas que a última hora habían recibido la orden de ir porque el “fenómeno” se habían desbordado y la noticia estaba con los de Vox: la extrema derecha ha entrado en España, y lo ha hecho por Andalucía.

La sala se iba llenando, y ya superaba el medio centenar de personas, mientras también se desbordaba el vestíbulo del hotel y los efectivos de seguridad les cortaban amablemente el paso a los que querían entrar -bandera en mano- porque no se cabía. El entusiasmo crecía porque con el 99,8% escrutado se garantizaba la posibilidad de negociar un pacto de derechas en el Parlamento de Andalucía tras 36 años de socialismo.

Las intervenciones de los candidatos a la presidencia de la Junta de Andalucía de los otros partidos, que los asistentes seguían en la pantalla principal del salón, igual que la lectura previa del escrutinio, han servido para tomar la temperatura con la que se encaran las futuras negociaciones: neutralidad cuando ha hablado Juan Marín (C's) y varios abucheos cuando lo ha hecho Juan Manuel Moreno (PP). Una sonora pitada y gritos de “fuera, fuera, fuera” se ha llevado Teresa Rodríguez (Adelante Andalucía), pero más todavía la candidata a la reelección, la socialista Susana Díaz.

El candidato a la presidencia por Vox, Francisco Serrano, ha entrado con su equipo al grito de “presidente, presidente”. La primera en hablar ha sido Rocío Monasterio, portavoz del comité electoral de Vox: “Éste es el comienzo de un camino que acabará en las siguientes elecciones”, ha empezado para ceder luego la palabra a quien será “el primer diputado de Vox” en nuestro país.

“Lo veníamos diciendo: que esta noche íbamos a hacer historia. ¡La hemos hecho!”, ha comenzado Francisco Serrano, para luego confirmar su compromiso de “propiciar el cambio” en Andalucía, “la reconquista” y la recuperación “de esos principios que se han tirado por los suelos”.

“Somos de extrema necesidad”

“Somos un partido regenerador y no lo que cuentan por ahí de nosotros, y hemos llegado para quedarnos”, ha clamado el exjuez, quien ha celebrado la confianza depositada -por “jóvenes, mayores, trabajadores, gente normal...”- en ellos. En la misma línea, ha dicho que “no es el momento de hablar de pactos”, sino de “valores”. Para continuar: “Somos de extrema necesidad y gracias a nosotros, el voto útil de Vox, se ha acabado el día de la marmota en Andalucía”.

Por su parte, el presidente de Vox en España, Santiago Abascal, ha recordado cuando hace unos años eran “15 personas” las que les oían con un megáfono y “muchos se reían” de ellas: “Pero nunca tiramos la toalla”. Ha agradecido repetidas veces a los 400.000 andaluces que les han votado. “Esos andaluces a los que se les decía que no cabían y hoy tienen la llave de San Telmo para expulsar a la corrupción”, ha expresado, convencido de que con sus papeletas “han marcado un camino para muchos españoles donde más difícil era hacerlo”.

En esta línea, no han faltado referencias a “los socios del Gobierno de España”, los “independentistas” de Cataluña, y le ha exigido a Pedro Sánchez que “le devuelva la voz a los españoles” con elecciones, si bien ha recordado que ya tienen garantizada la celebración de las municipales y las europeas y que esto, su auge en Andalucía, es sólo un “preludio” de lo que prepara Vox.

Terminar con la “invasión” de la “inmigración ilegal”

“Por fin hay una fuerza que ha hecho lo impensable: ha acabado con 36 años de corrupción”, ha continuado, en el convencimiento de que PP y C's unirán sus votos a ellos. Y por si acaso, les ha recordado esos mensajes con los que han encontrado sus caladeros de votos en todas las provincias de Andalucía, porque por las ocho han conseguido escaño.

Primero, “terminar con la inmigración ilegal”, que el secretario general de Vox en España, Javier Ortega Smith, había definido previamente como “invasión”; segundo, acabar también con las leyes “libertecidas” de los socialistas, citando expresamente las de género -contra la violencia machista y por la igualdad entre hombres y mujeres- y memoria histórica; y luego, también, luchar “con la abusiva carga fiscal”; y trabajar por “la devolución de la competencias de sanidad, justicia y educación” dejando sin sentido las autonomías. “España, España, España”, ha coreado el público. Y el acto se ha cerrado con el himno de España y un jolgorio en el que ya no se sabía si estabas en una noche electoral o en una final de fútbol con la selección nacional.