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Yolanda Díaz desembarca con Sumar en Andalucía tras el deshielo político entre IU, Podemos y Más País

Ione Belarra, Yolanda Díaz, Inmaculada Nieto y Alberto Garzón, en un acto electoral en Andalucía.

Daniel Cela

12 de marzo de 2023 20:20 h

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Yolanda Díaz presentará su proyecto Sumar en Andalucía el próximo domingo 19 de marzo en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Sevilla, en un acto al que están invitados miembros de la sociedad civil y todos los partidos políticos, confirman fuentes próximas a la vicepresidenta segunda del Gobierno. La capital andaluza será la introducción, pero Díaz tiene previsto trasladar su plataforma a otras capitales de la comunidad en las próximas semanas.

La vicepresidenta segunda del Gobierno sitúa Andalucía como territorio clave en su “proceso de escucha”. No hay otra región, por razones socioeconómicas estructurales, más próxima al diálogo que ha mantenido con los agentes sociales en otras regiones de España. La reforma laboral y la subida del salario mínimo, dos de las políticas de Gobierno que más ha defendido Díaz, han tenido especial incidencia en Andalucía, con una tasa de paro del 19% y 1,9 millones de asalariados exentos de tributación, porque sus ingresos anuales están por debajo de los 13.000 euros [primer umbral del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas].

Sin embargo, Díaz ha dilatado su regreso a Andalucía casi un año, casi desde el fiasco de las elecciones autonómicas del 19 de junio, en las que amadrinó la candidatura de la coalición de seis partidos de izquierdas, Por Andalucía. La confluencia de IU, Podemos, Más País, Equo, Iniciativa del Pueblo Andaluz y Alianza Verde nació a trompicones, rehén de una lucha interna por el reparto de poder, representación y fondos.

El resultado de las urnas les dejó con cinco diputados, el mínimo para tener grupo parlamentario. Los primeros meses de legislatura, desde entonces, han sido el escenario de un pulso enconado entre los diputados de IU y de Podemos por el control del grupo parlamentario, en el que los morados han terminado orillados por los comunistas. El equipo de Yolanda Díaz, en línea directa con los dirigentes andaluces, seguía desde la distancia los desencuentros y aplazó al menos dos veces la presentación de su proyecto en esta comunidad.

La proximidad de las elecciones municipales del 28 de mayo ha propiciado el acercamiento entre Podemos e IU en muchas capitales de provincias y municipios donde se están gestando candidaturas de unidad, conscientes de la fuerza con la que el PP andaluz de Juan Manuel Moreno llega a las urnas. También en el grupo parlamentario se han dado pasos hacia el deshielo político.

El difícil encaje de Podemos con sus ex socios de Más País, con IU como maestro de ceremonias, quedó patente en la conformación de la lista electoral de las andaluzas. Los errejonistas, liderados en Andalucía por la diputada Esperanza Gómez, anunciaron hace semanas que se retiraban de las candidaturas municipales que ya habían pactado o empezado a negociar con IU y Podemos en varias capitales -Málaga, Córdoba, Sevilla-, pero días después rectificaron y volvieron a unirse bajo el mismo programa político.

La semana pasada, por primera vez desde que arrancó la legislatura, la presidenta de Por Andalucía, Inmaculada Nieto (IU), compartió la portavocía con su compañero de bancada, el diputado Juan Antonio Delgado, a quien Podemos había elegido para encabezar la candidatura a las andaluzas.

Fue Delgado, guardia civil de profesión, quien interpeló al presidente Moreno en la sesión de control, mientras Nieto aplaudió su intervención. Fuentes de la coalición insisten en que llevan semanas pactando cada paso hacia la reconciliación o, al menos, hacia un espacio de no agresión en el que el trabajo del grupo parlamentario luzca en unas condiciones económicas muy adversas. Todavía escuece la negociación fallida e in extremis entre Podemos e IU en la que tropezó el lanzamiento de Por Andalucía, minutos antes de que expirase el plazo tope para inscribir la candidatura ante la Junta Electoral (los morados se quedaron fuera).

Este deshielo político, y los movimientos entre bambalinas que vienen haciendo tanto dirigentes de IU federal y andaluza, como cargos medios de Podemos y de Más País han allanado el regreso de Yolanda Díaz a Andalucía. La ministra de Trabajo estuvo la semana pasada en un acto institucional en Cádiz, la provincia con más paro de España, donde tuvo un encuentro con el alcalde y dirigente de Adelante Andalucía, José María González Kichi. Al día siguiente tenía agenda en Málaga. En todo momento su equipo subrayó que venía como ministra y que, de momento, su proyecto Sumar mantenía una distancia prudencial de Andalucía.

Hace nueve meses que Yolanda Díaz inició la ruta por España para presentar Sumar en distintas capitales y regiones del país. Algunas dirigentes sindicales y miembros de la sociedad civil andaluza han hecho llegar personalmente a Díaz su “preocupación” por el tiempo que ha tardado en abrir ese proceso de escucha con la comunidad andaluza. Los recelos de la ministra de Trabajo tienen que ver con el desbarajuste político postelectoral -y por las dificultades de encajar su proyecto con las demandas de Podemos en el conjunto del Estado-, pero en su equipo varias voces señalan a Andalucía como “una plataforma necesaria para el lanzamiento de Sumar” y “una oportunidad histórica” por el momento de fragilidad política que vive el PSOE-A.

Los socialistas, que gobernaron esta comunidad durante 37 años ininterrumpidos, se encuentran en su suelo electoral -30 diputados-, y arrastran una crisis de credibilidad entre sus bases que se pondrá a prueba en las municipales y generales de este año. La izquierda andaluza, pese a sus diferencias internas, cree que Yolanda Díaz puede ocupar ahora el espacio de referencia huérfano que ha dejado el PSOE-A.

Para ello, es fundamental que la presentación de Sumar aglutine a figuras de la sociedad andaluza más allá del espacio tradicional de la izquierda, ensanchando la base electoral hacia posiciones que tradicionalmente han copado los socialistas, por las que también ha pasado Ciudadanos, y que ahora monopoliza el presidente Moreno.

La posición tacticista de Podemos -un repliegue anticonfluyente tras la bronca de las andaluzas- ha dejado paso al pragmatismo. El cambio de registro se validó en la Escuela de Otoño, celebrado el pasado mes de noviembre en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid.

Después de eso, en la esfera estatal se empezaron a reconstruir puentes que han ido dando frutos en las últimas semanas, con preacuerdos de confluencia en ayuntamientos importantes como Madrid o Catalunya, pero también con pactos globales que afectan tanto a las municipales como a las autonómicas en La Rioja o Murcia. Así las cosas, el deshielo andaluz ha venido dado por la fuerza de los hechos y la herida dentro del grupo Por Andalucía empezó a cicatrizar desde fuera.

Los errejonistas -y en esto coinciden con los comunistas- creen que detrás de todos los pactos de Podemos con IU está la dirección estatal de Ione Belarra, preocupada por que un mal resultado en las elecciones de mayo desdibuje su poder territorial y le impida pujar fuerte dentro del espacio de izquierdas que intenta conformar la vicepresidenta Yolanda Díaz.

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