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Yolanda Díaz y Errejón escenifican el frente amplio en Andalucía como alternativa a las “políticas fallidas” de PSOE y PP

Toni Valero, Mar González, Esperanza Gómez, Yolanda Díaz, Inma Nieto, Íñigo Errejón y José Piña comparten el mitin de Por Andalucía en Málaga, este domingo.

Daniel Cela

12 de junio de 2022 14:04 h

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El segundo acto consecutivo de Yolanda Díaz en la campaña de las elecciones andaluzas del 19 de junio, en el Palacio de Congresos de Málaga, volvió a agitar los ánimos de las izquierdas que se aglutinan en la candidatura de Por Andalucía, encabezada por Inma Nieto. Más de 1.200 personas -600 que abarrotaron el aforo de la sala y otras 600 que se quedaron fuera, siguiendo el mitin en una gran pantalla- en un ambiente festivo que no se conocía en esta candidatura hasta el desembarco de la vicepresidenta segunda del Gobierno.

En el segundo mitin de la ministra de Trabajo, salió del cartel la líder de Podemos, Ione Belarra –que había protagonizado con Díaz y Nieto el acto del día anterior en Córdoba–, y entró Íñigo Errejón. Es la primera vez, en casi cuatro años, que el líder de Más País coincide en un acto político con Díaz y el acercamiento más próximo a Podemos, su antigua formación. Ambos mostraron una sintonía mayor que el día anterior con Belarra, fue subrayada por la propia Díaz con una alusión directa a ese reencuentro para construir juntos el frente amplio, bautizado con el nombre de Sumar, que se presentará el próximo 8 de julio. “Querido Íñigo, nos conocemos hace mucho tiempo, hemos hecho muchas cosas juntos, la gente no lo sabe. Pero a partir de ahora, lo mejor está por llegar”, dijo, arrancando una fuerte ovación de la platea.

El mitin de Málaga coincidió con la presentación del libro de Pablo Iglesias, programada a la misma hora en Cádiz. Muchos de los asistentes respiraron cuando les llegó el mensaje que el ex vicepresidente del Gobierno y ex líder de Podemos dejó dicho allí, y que se difundió rápido en las redes sociales: “Querría mandar un mensaje de apoyo y cariño a toda la militancia y las organizaciones de Por Andalucía, que se están dejando la piel en esta campaña. Todo mi apoyo y cariño a Inma Nieto, la candidata, que lo está haciendo muy bien (...). También todo mi apoyo y mi cariño a los compañeros que están en el mitin central de Por Andalucía, a Yolanda Díaz, a Íñigo Errejón... Creo que si la gente de izquierdas se moviliza, después de las elecciones habrá un Gobierno decente”, culminó.

De este discurso de Yolanda Díaz se ha apeado el anuncio que hizo el día antes en Córdoba, donde la gallega anunció que está “dispuesta a dar un paso para ganar España”. Muchos lo interpretaron como su primer acto como candidata a la Presidencia del Gobierno en las elecciones generales de 2023. Está por ver. Lo que sí introdujo la vicepresidenta segunda del Gobierno de Pedro Sánchez fue una rotunda crítica a los dos partidos que han gobernado España y Andalucía en democracia –PSOE y PP–, a los que equiparó por sus “políticas fallidas”. “Daba igual San Telmo [sede de la Junta andaluza] que Madrid, las políticas eran las mismas. El futuro no está en esas fuerzas bipartidistas, que no dejan de soñar con volver a ese marco político, y no vamos a volver a los años 90”.

La ministra de Trabajo volvió a presentar los datos socioeconómicos que retratan a una Andalucía depauperada, con la segunda tasa de paro más alta del país, que lidera los salarios y las pensiones más bajas -1,5 millones de pensionistas tienen una pensión media de 970 euros al mes-, y la segunda comunidad con el PIB per capita más bajo de España. “¿Por qué durante todos los años de la democracia esto ha sido así? Esto no es una maldición divina, no es una catástrofe natural, son políticas fallidas durante los largos años del bipartidismo”, advirtió.

Igual que en Córdoba, Díaz hizo un llamamiento “contra la resignación” y pidió ir a votar masivamente el próximo domingo. “El domingo gente que esté decepcionada y cabreada con nosotras, deben ir a votar. Esas políticas fallidas son modificables, es imprescindible una Andalucía que cambie de una vez por todas el modelo productivo de vuestro país: empleo de calidad, empleo verde, escuelas públicas…

Díaz volvió a hacer una proyección de la políticas sociales del Gobierno central sobre el proyecto que defiende Por Andalucía. Anunció que van a cambiar la ley “para las mujeres trabajadoras del hogar: van a tener plenitud de derechos en breves días”, dijo, e introdujo la propuesta de una rebaja fiscal en beneficio de las clases trabajadoras. “Las eléctricas, que están teniendo beneficios desorbitantes, tienen que pagar. ¡Basta ya! Queremos que las clases medias puedan ver mejorada su situación fiscal, y para ello, los que no pagan, deben arrimar el hombro. Ha llegado el momento de cambiar el régimen fiscal en este país, también en Andalucía. Os sorprenderíais si vierais las cargas fiscales en vuestra tierra”, dijo, tocando un tema sensible, puesto que la rebaja de impuestos es el principal caballo de batalla del PP de Moreno.

Inma Nieto, que cierra todos los actos precedida de las estrellas del ámbito nacional, también quiso remarcar la crítica contra PP y PSOE: “El bipartidismo está superado: las viejas formas de entender la política, ese pim pam pum ya no. Aquí hacen falta políticas decentes que no sean insumisas a resolver los problemas de la gente. Estamos en disposición de liderar”, dijo. Pero en esta ocasión, por primera vez en lo que va de campaña -por primera vez desde que éste cronista la sigue en el Parlamento, desde 2012-, Inma Nieto levantó la voz y mitineó con la fuerza que minutos antes había usado Díaz y Errejón.

Lo hizo con un mensaje potente: “Necesitamos un voto de Por Andalucía por cada sanitario despedido, por cada monitora escolar en precario, por cada uno de los 600.000 empleos que Moreno iba a crear y no creó, por cada autónomo a los que ha dejado tirado, a todos los afectados por las políticas del PP”, dijo. Y remachó: “¡Que las colas de espera que hay ante los centros de salud le den dos vueltas a los colegios electorales!”.

El estreno de Errejón

El portavoz de Más País en el Congreso, Íñigo Errejón, fue de menos a más. Empezó con un tono didáctico, de aula, y terminó lanzando un mitin con fuerza: “El problema de Vox es que es un partido que no le tiene el menor respeto a los andaluces. Esta gente quiere una Andalucía congelada en el tiempo, la tratan como un parque temático, como una tienda de souvenir, vienen aquí a disfrazarse”, dijo.

Errejón habló de un Gobierno andaluz con Inma Nieto, “que decrete ya la emergencia climática”, que “reindustrialice esta tierra”, que “garantice la sanidad mental”, “que blinde de una vez los servicios públicos”. “¿Para qué carajo vamos a estar en política si no es para que la vida de la gente sea más tranquila?”, gritó.  El líder de Más País apenas interaccionó sobre el escenario con Yolanda Díaz. “No estamos aquí para hablar de nosotros mismos, sino para trabajar por la gente, por la conquista de derechos. Yolanda ya ha dejado algunas transformaciones cotidianas que mejora la vida de la gente y necesitamos más de eso”, dijo.

Errejón cargó contra Vox y contra el presidente y candidato del PP, Juan Manuel Moreno, del que dijo “es un gran monumento a la nada” y aseguró que “si lo necesita pactará un Gobierno con la ultraderecha”. “Dice que no se ve con Macarena Olona de vicepresidenta, que no gobernará con Vox. Mañueco [Alfonso Fernández, presidente de Castilla y León] dijo lo mismo y al día siguiente metió a un chico de Vox en una cartera sin gestión para que se dedicara exclusivamente a insultar”.

Gritos de unidad, consignas de los 80

La convocatoria desbordó el aforo de la sala reservada en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Málaga, con un aforo para 600 personas. Otros 600 se quedaron fuera, siguiendo el acto por pantallas, y medio centenar más terminó colándose y buscando huecos para sentarse en los pasillos y en el suelo.

Díaz, Errejón y Nieto tuvieron que salir a “pedir disculpas” y regresaron dentro de la sala jaleados a gritos de presidentas, presidentas. Hubo, igual que el día antes en Córdoba, un contagio de euforia entre el público y los políticos sobre el escenario. 

La presencia de la ministra de Trabajo y de Errejón ha tenido un efecto multiplicador en los mítines de Nieto y de pulsión en el ánimo, hasta ahora desgastado, del espacio de izquierdas. Si uno cerraba los ojos, las consignas que coreaba el público transportaban a los mítines de IU en la década de los 80: “¡El pueblo unido jamás será vencido!” ; “¡España, mañana, será republicana!”; “¡Que viva la lucha del pueblo saharahui!”; “¡Que viva la lucha de la clase obrera!”; “¡Viva el Sáhara libre!”. Puños en alto, banderas blancas y verdes, banderas republicanas y soviéticas.

Toni Valero, coordinador andaluz de IU, se dejó la garganta rota en el escenario: “¡Vamos a dar la sorpresa, vamos a cambiar el guión!”, dijo. Valero subrayó que “hay que implicar a la gente que arregla cosas”, que la política “tiene que estar en manos de los trabajadores”. “La política tiene que estar en vuestras manos. Estamos en el único espacio político que puede reunir a dos futuras presidentas. Todos detrás de ellas”, gritó.

Esperanza Gómez, de Más País y número uno de Por Andalucía en Sevilla, eligió no llevar guión. Defendió la identidad andaluza y criticó, sin mencionar a Macarena Olona, a “las andaluzas en blanco y negro y con peinetas”. “Las peinetas no se llevan, alguien tenía que decirlo”, dijo. Gómez se refirió a Díaz y a Errejón “no como jefes de Madrid, sino como compañeros que comparten proyectos”.  

Mar González, de Equo, pidió rebelarse contra la “profecía autocumplida” de la derrota y la desesperanza. “En Andalucía tenemos amor propio. Nos dicen esto son lentejas, si quieres las tomas y si no las dejas. Y los andaluces estamos hasta el moño de lentejas. Con todo el respeto a esta legumbre, sobre todo si es de origen ecológico”.

José Piña, el candidato de Podemos que va de número uno por Málaga, también apeló a la unidad: “Debemos sumar entre todos en este proyecto sin la necesidad de tener que elegir entre mamá y papá. Podemos replicar en Andalucía el modelo de Gobierno que tenemos en España”.

El fin de semana de Yolanda Díaz volcada en la campaña de Inma Nieto ha reseteado el formato de la campaña y de la propia candidata, más enérgica que nunca. Es una apuesta por el discurso emocional que trata de conjurarse contra la abstención y la desmovilización que amenaza a la coalición de izquierdas. Ahora ese espacio, a la izquierda del PSOE, tiene 17 diputados, pero la fractura con la candidatura rival de Teresa Rodríguez -Adelante Andalucía- difícilmente podrá igualarse. Díaz regresará con Belarra para arropar a Nieto en un último acto, este martes en Dos Hermanas (Sevilla), y luego se quedará un día más para participar en un acto institucional, ya como vicepresidenta.

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