El cuartel Sancho Ramírez triplica su capacidad y brinda servicios sanitarios y educativos a Huesca
Un año después de su cierre, el cuartel Sancho Ramírez de Huesca regresa a la vida. El 2 de enero, primer día hábil del año, se iniciaron los trabajos que desembocarán en su reapertura con los primeros movimientos de los miembros de la unidad de servicios que se encuentran trabajando para acondicionar la instalación. En un plazo corto de tiempo llegarán las primeras tropas, que triplicarán en cifras a las que se encontraban instaladas hasta su cierre, el 31 de diciembre de 2016, con unos 700 efectivos frente a los 250 de entonces.
En apenas 12 meses la situación ha dado un giro radical. De su desmantelamiento, una decisión tomada en 2015 por el entonces ministro de Defensa, Pedro Morenés, a su rectificación por parte de la actual portadora de la cartera, María Dolores de Cospedal. De obviar la importancia de una instalación militar que conectaba Madrid y Barcelona con la zona norte del país a convertirse, como lo definió el presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, en un elemento clave para la defensa nacional.
De hecho, la propia Cospedal justificó en su día la decisión de su predecesor con el argumento de que se trataba de una medida de “ahorro y eficacia organizativa” cuando se la requirió en el Senado. Un mensaje opuesto al que lanzó en diciembre en Huesca, durante la visita en la que desarrolló las medidas que se van a poner en marcha. Así, se refirió a que la presencia del Ejército de Tierra en la capital oscense tendría “una entidad mayor”. “Sin duda, la apuesta del Ministerio por la ciudad de Huesca es importante”, resumió antes de subrayar “el apoyo y la hospitalidad que siempre han mostrado los ciudadanos de Huesca y de Aragón hacia las Fuerzas Armadas”.
Llegará la división Castillejos del Ejército de Tierra
El Ministerio va a invertir 10 millones de euros en la adecuación de la infraestructura para sus nuevas funciones. Ahora se desarrolla la puesta a punto para la llegada de la división Castillejos, una de las dos del Ejército de Tierra, que se encuentra en este momento en Madrid con el general de división Fernando García González-Valerio al mando. La superficie construida del Sancho Ramírez es de 40.000 metros cuadrados y de 107.000 en total que han de aumentarse ahora. En el cuartel se ubicarán, asimismo, un batallón de transmisiones, un centro de comunicaciones y una unidad de servicios que se denominará Sancho Ramírez. Los movimientos de tropas se desarrollarán entre 2019 y 2020.
En Huesca, Cospedal dio las gracias al Ayuntamiento de Huesca, “al alcalde, a toda la corporación y a todos los partidos políticos que desde hace mucho tiempo han apoyado esta iniciativa por esta apuesta para Aragón muy decidida e importante para todos”. Tanto el Ayuntamiento como los representantes altoaragoneses en el Congreso y el Senado habían encabezado iniciativas como una proposición no de ley planteada por el socialista Gonzalo Palacín o con la presencia de la senadora Begoña Nasarre en la Comisión de Defensa. La resistencia ciudadana ha estado encabezada por la plataforma contra el cierre del cuartel.
El cierre y la posterior reapertura salen caros. Fuentes militares indicaban que en su desmantelamiento se invirtieron tres millones de euros y que solo para desplazar materiales a Zaragoza se emplearon 900.000 euros. El Ayuntamiento de Huesca fijó el impacto de la instalación para la ciudad en 8 millones de euros anuales y ahora va a ceder cuatro hectáreas más de suelos de su propiedad para la ampliación y negocia con los propietarios de cuatro hectáreas más para su compra.
DGA y Ayuntamiento estrechan lazos
En este punto, el Consistorio ha estrechado lazos con el Gobierno de Aragón, que se encargará de financiar los 1,8 millones de euros que costarán estas adquisiciones. En el presupuesto autonómico para 2018 figura ya una partida de 600.000 euros que se ampliará en las mismas condiciones en 2019 y 2020. Lambán y el alcalde, Luis Felipe, se reunieron la pasada semana y sellaron este compromiso de colaboración.
El Ejecutivo aragonés y el Ayuntamiento de Huesca vinculan a la reapertura del Sancho Ramírez medidas para el desarrollo de la ciudad como la construcción de un centro médico en el barrio del cuartel, el Perpetuo Socorro, y de otro educativo de 0 a 6 años en el colegio Pío XII. El presidente reflexionaba sobre que “una ciudad es el espacio político por excelencia, en el que la sociedad se manifiesta en los mejores términos de que es capaz. Los poderes públicos tienen que procurar el bienestar de los vecinos y contemplar su función respecto al territorio, y Huesca adquiere una función en el ámbito militar de tamaño nacional, pasa a ser un elemento muy importante en la estructura de Defensa”.
Por ello, el Gobierno autonómico “acompaña al Ayuntamiento en todos los esfuerzos que sean necesarios” y este año se redactará el proyecto del centro médico para que pueda licitarse “el próximo como tarde” y se habilite un centro educativo en el Pío XII, que es “una razonabilísima pretensión del Ayuntamiento de cara a ese propósito de fortalecer la prestación de servicios en la ciudad. Felipe sabe que va a contar con el respaldo del Gobierno de Aragón”.
El alcalde se refiere, por su parte, a una cuestión “fundamental”, a una “alegría y una cuestión principal para el futuro de la ciudad”, y adelantaba que hace suya la “propuesta de Cambiar Huesca (socio de gobierno del PSOE junto a Aragón Sí Puede) de aprovechar que van a venir nuevas familias y a aumentar en población con iniciativas de desarrollo para mejorar los servicios públicos”. Luis Felipe agradece “el compromiso del Gobierno de Aragón con Huesca para garantizar su futuro”. Se suman estas ayudas para la ciudad al convenio de Presidencia o a la mejora de otros servicios en materias universitaria, logística o de comunicación.