La enseñanza religiosa sigue presente en las aulas públicas aragonesas a pesar de que hace más de cuatro décadas que el Estado es formalmente aconfesional y sin que ninguna confesión pueda tener carácter estatal: más de la cuarta parte de los alumnos de infantil, primaria y secundaria reciben formación en algún tipo de religión, según consta en una respuesta parlamentaria del consejero de Educación, Felipe Faci, a una pregunta del diputado de IU, Álvaro Sanz.
Según los datos que incluye el consejero en la respuesta, algo más de 47.000 de los menos de 170.000 alumnos de las etapas de la enseñanza obligatoria reciben clases vinculadas a alguna confesión religiosa. Concretamente, acceden a ese tipo de contenidos 28.501 menores de doce años (infantil y primaria) y 18.719 de secundaria.
Las clases confesionales atraen en las dos primeras etapas, con un alumnado conjunto de 108.976 niños, a 26.690 de religión católica, 1.039 de evangélica y 716 de islámica, lo que supone el 26,1% del total.
La asistencia a las clases de religión aumenta en secundaria, donde la vigencia de la Lomce hace que la nota de esta asignatura, tradicionalmente considerada como una de las ‘marías’ del currículo junto con otras como la educación física, compute para las medias finales de los cursos.
En este caso, y con 62.000 matriculados incluyendo los de bachillerato, los registros ascienden a 18.092 alumnos de católica, 546 de evangélica y 81 de islámica, lo que supone casi la tercera parte de total de los que cursan ESO, donde el fervor resulta, cuando menos aparentemente, más intenso que entre los escolares de edades más tempranas.
“Se han dado desdobles en clases de religión”
Sanz se había interesado por conocer la veracidad de una información según la cual la consejería tenía previsto evitar “más desdobles [de grupos de alumnos] y [aplicar] menos ratios para mantener las horas del profesorado de religión que responden a un acuerdo con la Santa Sede del año 1979 y no al procedimiento de acceso a la función pública”.
Sin embargo, anota el diputado, en algunos centros “se han dado desdobles en las clases de religión con un número ya reducido de alumnado”, una situación que conviviría con el hecho de que desde el departamento de Educación en ocasiones, y cuando se trata de otras materias, “se dificultan desdobles necesarios o se deniega la impartición de una materia si no hay un número mínimo de alumnado para ello”.
El consejero señala que la normativa de educación infantil y de primaria “no establece el número mínimo de alumnado necesario para que se pueda hacer un desdoble en ningún área de conocimiento”, mientras que en la ESO se aplican a partir de los 22 en materias como lenguas extranjeras, geografía e historia, lengua castellana, literatura, física y química, matemáticas, tecnología y ciencias naturales.
En el caso del bachillerato, donde Ciudadanía, Historia de Aragón y Oratoria son las alternativas a la clase de religión en los centros públicos, las materias específicas y de configuración autonómica, que son, además de las tres últimas, educación física y los proyectos de innovación del centro, se dan siempre que las hayan solicitado un mínimo de diez alumnos.
No obstante, la DGA puede “autorizar su impartición cuando haya un número inferior a diez alumnos” cuando “las peculiaridades del centro lo requieran”, así como facilitar que los alumnos las cursen “a distancia o en otros centros escolares”.