La crisis climática fomentará el aumento de mosquitos tigre

Madalina Panti

19 de agosto de 2021 22:51 h

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Con seis milímetros de longitud, son pequeños, silenciosos y se encuentran rondando por el aire con una variedad de más de 2.500 especies. Los mosquitos tigre (aedes albopictus) llegaron a Barcelona en el año 2004 y hoy en día ya ha invadido toda la costa mediterránea y se ha adentrado hacia el interior de la península. En 2015 ya se había detectado en Huesca y ahora está presente en las tres provincias aragonesas. Estos insectos suelen necesitar de un clima tropical que combina calor y humedad, sobre todo, donde hay agua estancada, “en el mediterráneo como hay mucha cultura de recoger agua en bidones, aljibes para épocas de sequía, eso lo ha aprovechado”, relata Mikel Bengoa, experto de Anticimex, empresa especializada en sanidad ambiental y control de plagas, y Doctor en entomología especializado en el mosquito tigre.

El peligro de este insecto no es solamente su picadura, que puede producir alergias, sino la transmisión de enfermedades como el Zika, el dengue, la fiebre amarilla, el chikungunya o el virus del Nilo, una enfermedad de la que el año pasado se registraron más de 70 casos en Andalucía y que produjo siete víctimas mortales. Según el Instituto de Salud Global de Barcelona, los mosquitos tigre causan la muerte de más de 720.000 personas alrededor del mundo. 

El control se lleva a cabo mediante larvicidas, trampas de oviposición, el uso de machos estériles o técnicas de cebos azucarados. En el ámbito público podemos encontrarlos en los imbornales o las fuentes, aunque el 80% de esta especie se encuentra en el ámbito privado. El jardín de Pascual Martínez se vio invadido por estos mosquitos dejándole sin la posibilidad de salir, “tengo un patio con 40 macetas y no podíamos salir porque teníamos nubes de mosquitos, se acercan incluso a la puerta, se ve que perciben el calor de la casa”, cuenta el Doctor en Ingeniería Química.

Comenzó a desarrollar un equipo para poner remedio a esta situación y, después de años de trabajo, nace Zero Mossie, unas pegatinas adhesivas que actúan para erradicar estos dípteros imitando su mecanismo de puesta de cría. Su eficacia se ha demostrado en la compañía zaragozana Quimera Biological Systems ha sido la encargada de certificar la eficacia del producto, “hicieron el insectario porque estaban muy comprometidos con el proyecto. Han estado unos ocho meses desarrollándolo, y al final eliminaron seis mil mosquitos”, cuenta Martínez. 

Esta iniciativa es única a nivel doméstico, ya que hasta ahora las soluciones se basaban en repelentes de mosquito o insecticidas concentrados. Sin embargo, la pegatina libera una sustancia no tóxica en el agua y supone una duración de cuatro semanas eliminando alrededor de 1.200 mosquitos, “va dosificando poco a poco cuando hay agua, liberamos producto a la vez que ponen larvas; y en ese momento  modificamos las propiedades del agua y es como si se quedara en estado de ingravidez y se ahoga”, afirma Martínez, que asegura que la forma garantiza seguridad mecánica y química. 

El cambio climático, un peligro potencial

El aumento de temperatura global en los últimos años ha derivado en diferentes consecuencias en los ecosistemas y en la biodiversidad. Según un estudio de la Universidad de Florida, el futuro de los insectos es aumentar su tasa de reproducción durante los 365 días al año. 

Generalmente los mosquitos permanecen inactivos durante las épocas de frío, “su actividad es muy limitada, aprovechan cuevas, establos donde puedan cerrar el ciclo con cierta temperatura pero el cambio climático ayuda a que haya más y hace que los virus de los animales se repliquen”, apunta Bengoa. También afirma que el calor pudiera agravar el brote que hubo el año pasado en Andalucía del virus del Nilo Occidental. 

Al mismo tiempo que unos insectos desaparecen por estos cambios de temperatura, el caso del mosquito tigre es especial ya que no tiene depredador natural y es una especie invasiva, “este año comparado con el año pasado, hay un 20% menos de huevos porque la primavera ha sido menos lluviosa o no ha habido tanto movimiento, pero va a haber mosquito tigre para largo”, ejemplifica el entomólogo. Además una de sus ventajas es que puede poner huevos y estar seis meses sin eclosionar, “espera que haya agua y temperatura adecuadas y así tener garantías de sobrevivir. Nos hemos echado un amigo muy peligroso”, explica Martínez. 

Todas estas situaciones han reabierto la necesidad de informar y educar a la sociedad para apelar a su responsabilidad en sus hogares y apostar por la investigación, también en otras áreas. Bengoa alerta sobre el peligro de las garrapatas que transmiten la enfermedad de Lyme, muy presente en la península ibérica. 

El equipo de Martínez ahora trabaja en conjunto con la Universidad de Zaragoza para el desarrollo de una solución para la leishmaniasis en perros y también a medio plazo una solución para las moscas, “somos un equipo que quiere hacer las cosas bien, no queremos hacer grandes números sino una empresa consolidada que vaya buscando soluciones porque el mundo de los insectos es infinito”, resume el ingeniero químico.