Ada Menéndez, poeta: “Habría que plantearse por qué las mujeres lo tienen más difícil para responder 'sí' a participar en un evento cultural”
La poeta Ada Menéndez (Gijón, 1972) cuenta que estaba harta de comprobar cómo los carteles de muchos certámenes literarios organizados en Zaragoza estaban completamente copados por escritores hombres. Podía haber seguido quejándose o lamentándose, pero hace unos meses decidió pasar a la acción y organizar un ciclo que demuestra que sí hay mujeres artistas en Zaragoza en todas las disciplinas dispuestas a mostrar sus trabajos: 'Nosotras creamos'.
¿Cómo surge la asociación 'Nosotras creamos'?
Surgió en la primavera pasada como una iniciativa propia. Fue casi un impulso porque organizo muchos eventos literarios principalmente en Zaragoza y llevaba tiempo dándome cuenta de que, en más ocasiones de las que nos gustaría, muchos carteles literarios, o artísticos en general, estaban ocupados completamente por voces masculinas. Por eso, 'Nosotras creamos' nació como respuesta a esa práctica, ¡como si no hubiera mujeres artistas o poetas suficientes que pudieran participar en los carteles o en los eventos! Fue una respuesta rebelde, reivindicativa, era decir 'ya que no las encontráis vosotros, aquí os vamos a mostrar todas las mujeres que estamos'. Nació como algo particular, a título personal mío. Con el tiempo, me he asociado con otra compañera, Bea Royuela, y ahora coordinamos las dos el ciclo.
¿Qué tipo de actividades habéis hecho?
Venimos del mundo literario, de la poesía, pero no queríamos que 'Nosotras creamos' fuese un ciclo literario más, sino abrirlo a todas las mujeres artistas. El objetivo es visibilizar el arte realizado por mujeres. El ciclo está abierto tanto a mujeres escritoras como a otras de cualquier otra disciplina: de hecho, han participado ya músicas, fotógrafas, pintoras... cualquier mujer en cualquier disciplinar artística que trabaje puede participar. Además, no solamente lo hemos abierto a mujeres, sino que venimos del transfeminismo y, entonces, deseamos que participen también personas queer, de género no binario, personas trans... Queremos abrir el ciclo al transfeminismo y hacerlo lo más diverso posible en cuanto a las artes y en cuanto a las identidades. Al final, es el colectivo menos visibilizado.
¿Qué acogida habéis tenido entre las artistas?
Muy buena. De hecho, creo que el ciclo crece muchísimo por eso. Cuando empecé, fue de una forma muy modesta, muy humilde y, para mi sorpresa, contactaron conmigo muchísimas mujeres de Aragón e incluso de fuera de la comunidad. Han venido mujeres de Barcelona, de Madrid, Logroño... que han contactado conmigo porque me he movido por redes sociales. Me di cuenta enseguida de que era un espacio necesario. También colaboramos con una plataforma feminista de mujeres artistas, PMAC, que tienen un proyecto muy afín al nuestro. Poco a poco, queremos que el proyecto se dé a conocer para que las mujeres y todas las personas de otras identidades no hegemónicas participen.
¿Y entre el público? ¿O para encontrar locales donde organizar las actividades?
La experiencia está siendo muy buena en todos los aspectos. No hemos tenido nunca problemas para encontrar espacios que nos están cediendo sus rinconcitos. No nos cobran y, además, nos permiten poner una taquilla inversa, porque consideramos importante que se valore el trabajo de la mujer artista no solamente dándola a conocer, sino también remunerándola de alguna manera, sobre todo, cuando vienen de fuera y se desplazan. La taquilla inversa funciona simplemente con la voluntad y después se reparte equitativamente entre las mujeres que han participado en el evento. Actualmente, tenemos el ciclo en El Poeta Eléctrico, pero hemos estado en La Casa de Citas, en La Bóveda, en Le Petit Coin... La acogida es muy buena.
¿Hay alguna disciplina artística en la que las mujeres lo tengan especialmente complicado?
Siempre hacemos un debate al finalizar los eventos, porque no queremos sólo mostrar el trabajo de las mujeres que participan, sino también debatir con el público la problemática de la mujer artista. Y, al hablar con distintas mujeres de distintas artes, lo lamentable es que todas tenemos experiencias muy comunes. Es decir, yo, que vengo de la poesía, siempre pensaba que mi círculo era el más patriarcal, pero cuando hablas con mujeres actrices, por ejemplo, te cuentan lo mismo. Las novelistas, lo mismo. Las músicas, lo mismo. No me atrevería a decir que unas artistas estén en peor situación que otras porque, por desgracia, estamos todas en la misma situación, vengamos de la disciplina que vengamos. Estoy ciñéndome al ámbito artístico, pero seguro que pasa lo mismo en cualquier ámbito profesional, laboral y personal. Creo que es una lucha que está en todos los ámbitos. Nosotras intentamos que la situación mejore en el ámbito artístico.
¿Cuáles serían esas experiencias comunes que habéis sufrido artistas de distintas disciplinas?
En poesía, lo más evidente son los carteles de los eventos literarios. Hace no mucho hubo uno que se organizaba en una biblioteca pública de Zaragoza, donde, de quince poetas, sólo dos eran mujeres. ¿Cómo es posible, cuando hay muchísimas mujeres poetas en Zaragoza? Ha ocurrido más veces. Normalmente los organizadores, que son hombres, alegan que preguntaron a varias mujeres y no podían participar. Lo cuestiono. Primero, porque estoy segura de que habría otras muchas que sí podrían participar. Pero, aparte de eso, también habría que plantearse por qué las mujeres lo tienen más difícil que los hombres para responder que sí pueden participar en un evento: quizá no pueden participar porque tienen que hacer cuidados a menores o mayores... Habría que analizar esos motivos y preguntarnos qué podemos hacer para que la mujer pueda participar con más facilidad.
En todas las disciplinas, todas las mujeres se quejan más o menos de los mismo: los jurados de los certámenes suelen ser masculinos. O cuando se visibiliza cualquier disciplina artística en medios de comunicación, siempre ves más hombres que mujeres. Luego hay experiencias personales de cada una a la hora de publicar, de organizar muestras.... Por ejemplo, Raquel Blasco, una compañera pintora que ha participado en 'Nosotras creamos', está teniendo muchas dificultades para exponer su trabajo.
Con las manifestaciones del 8M tan multitudinarias de estos años, ¿estáis notando avances?
Personalmente, me siento muy implicada en la causa feminista desde hace muchos años y sí percibo que en algunas denuncias que realicé hace 15 o 20 años nadie me escuchaba, no recibía apoyo; incluso, al revés, recibía respuestas en mi contra por alzar la voz y denunciar una práctica machista. En cambio, ahora, sí percibo un apoyo mucho más evidente, tanto por parte de ellos como de ellas. Aun así, hay mucho camino por recorrer. Algo que me está haciendo reflexionar mucho es que me encuentro con compañeros hombres que se embanderan con la causa feminista, pero, en cuanto se sienten señalados de alguna forma, reaccionan muy a la defensiva.
Es decir, creo que falta mucha autocrítica y falta también análisis de la situación. No podemos quedarnos sólo en la superficie, como cuando, como comentaba antes, alegan que habían invitado a dos mujeres a participar a un evento y esas dos no podían acudir. Analiza qué está ocurriendo. Echo en falta ese análisis y, sobre todo, la autocrítica, principalmente por parte de ellos, pero también incluso de algunas. No obstante, quiero ser positiva, porque hace 15 años la situación era mucho peor.
¿Qué actividades tenéis en mente próximamente?
El ciclo es todos los meses, un viernes o sábado al mes. En enero, el sábado 11, a las ocho y media de la tarde, en El Poeta Eléctrico, tenemos un cartel ya cerrado con cuatro mujeres artistas muy diversas: una poeta, Belén Mateos; una poeta visual que trabaja con objetos poemas, La Alpargatera; una música, Lady Ámbar; y una joven que hace poesía, fotografía, canta, es multiartista, se llama Sara Luna. Luego, también tendremos a Bárbara Armstrong para hablarnos de su último libro. Porque, también, todas las mujeres que van participando en el ciclo, como Bárbara, siguen en comunicación con nosotras para que puedan utilizar nuestras redes sociales y eventos para promocionar sus trabajos. No queremos darles voz sólo un día, sino dar continuidad al espacio para que lo utilicen como plataforma de difusión de su trabajo. Algo que también me parece importante destacar es que abrimos las puertas a todas las mujeres: no seleccionamos, cualquier mujer puede participar, aunque sea la primera vez que se sube a un escenario. Nos da igual de dónde vengan y lo que hagan. Lo único que queremos es ofrecer un espacio para que tengan sus quince o veinte minutos de visibilización, independientemente de su biografía o de su currículum.
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