Los escritores vuelven poco a poco a los 'bolos' después de un año sin ferias ni conferencias
“En Madrid, a las ocho de la tarde, o das una conferencia o te la dan”, la conocida sentencia de Eugenio D’Ors, como tantas otras cosas, quedó en suspenso en marzo de 2020 con la llegada de una pandemia que borró los actos públicos de las agendas.
A juicio de Manuel Rico, presidente de Asociación Colegial de Escritores de España (ACE), la falta de bolos ha perjudicado mucho a los escritores. “Una conferencia puede suponer 500 o 600 euros en algunos casos. Nosotros pagamos 300 euros brutos por conferencia y 250 cuando se trata de una mesa redonda. Hemos mantenido las mismas cantidades para las que se realizan de forma virtual”.
Según los datos del Libro Blanco de Escritor, elaborado por la ACE en 2019, solamente el 16,46% de los escritores españoles viven de la literatura, “incluyendo en sus ingresos, además de los derechos de autor, actividades relacionadas como los bolos, conferencias y presentaciones”, explica Rico.
El informe pone de manifiesto la precariedad de los autores españoles: el 77% de los escritores perciben menos de 1.000 euros al año por derechos de autor y la mayoría (83,6%) viven de actividades que no tienen que ver con la literatura, porque son profesores, funcionarios, empleados de banca o jubilados. Aunque no hay datos oficiales, algunos profesionales del sector consideran que en España hay menos de 50 escritores que pueden vivir exclusivamente de su trabajo.
La semana próxima, el escritor altoaragonés Manuel Vilas será el pregonero de la Feria del Libro de Almería. “Están retornando las actividades presenciales. Se ha demostrado que los eventos culturales son absolutamente seguros”, dice. En los actos a los que ha asistido en los últimos meses “se percibía la falta de alegría”. En alguno de los viajes era el único comensal en el restaurante del hotel.
El confinamiento sorprendió a Vilas de regreso de una estancia en Roma que ya no prolongó: “Tenía una agenda de actos brutal”. Como finalista del premio Planeta de 2019, estaba prevista en 2020 una gira de tres semanas en América Latina. “Se suspendió todo. Soy un afectado más”, dice uno de los escasos autores españoles que por el nivel de ventas puede vivir de su trabajo. El año pasado, publicó ‘Roma’(Visor), un libro de poemas escritos en su estancia en ciudad italiana.
Zoom para generar conversación sobre libros
Miguel Aguilar, editor de Literatura Random House, Taurus y Debate, recuerda que la pandemia cambió las prioridades en su sector. “Nos preocupaba más la salud y lo de menos era vender libros”. Aunque el ejercicio no terminó tan mal como esperaba: “El año pasado se publicó alrededor de un 20% menos, pero la cifra de ventas se mantuvo muy similar a la de 2019 porque la gente volvió a los libros”.
“Ante la dificultad de generar conversación sobre los libros”, explica, “las presentaciones virtuales ayudaron, sobre todo al principio”. El editor considera que con la anterior crisis se frenó la euforia de los actos culturales organizados por instituciones y eso hizo que los escritores dejaran de dar tantas conferencias y charlas: “Ahora el bolo solo es un complemento para el escritor”.
Los organizadores se vieron obligados a suspender sus actividades. Como es el caso del Instituto de Estudios Altoaragoneses (IEA), dependiente de la Diputación de Huesca, que organizó 82 conferencias en 2019, sin contar las charlas impartidas en centros comarcales dependientes del IEA y las presentaciones de libros. “En 2020 se impartieron una docena de conferencias, no más”, comenta Alberto Sabio Alcutén, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Zaragoza y director del IEA. “Nos vimos obligados a anular varios ciclos de conferencias o pasarlos a modalidad telemática”.
Un futuro más incierto que nunca
Pocas son las claves que se vislumbran en el sector editorial ante la falta de certezas. Para los escritores, la eclosión de la ficción televisiva pasa a ser una nueva vía profesional a explorar. Las editoriales se han acostumbrado a los eventos digitales y no parece que en 2021 arriesguen con actos presenciales. Los organizadores, por su parte, confían en la vuelta a la normalidad para confeccionar agendas como las de antes de la pandemia.
“En 2021 van las cosas mejor, aún seguimos viviendo tiempos inciertos y desconfiados por las circunstancias sanitarias. A medida que avanza la vacunación, se empieza a ver la luz al final del túnel, aunque los procesos de normalización no van a ser ni cortos ni sencillos”, predice Alberto Sabio.
Hacer de la necesidad virtud ha sido una de las principales lecciones de la pandemia en todo el planeta. Algunos han conseguido abrir nuevas vías de trabajo con rapidez, reaccionado ante los cambios que ha producido la COVID en cuanto a la movilidad y al distanciamiento social. Un excelente ejemplo es el de Alex Rovira, autor del best seller La buena suerte y de 13 libros más, quien explica en un podcast reciente de La Academia de Marketing Online, que, con la llegada del confinamiento, “se le hundió el mundo bajo los pies como a tantas otras personas”. Rovira viajaba más que los pilotos de aviones, según le dijeron en alguna compañía aérea, pero en un mes se cancelaron o postergaron todas las contrataciones que tenía para los dos próximos años. Así que se vio obligado a reaccionar: en el primer mes de confinamiento lanzó el curso online ‘Crea tu buena suerte’, al que siguieron otros que conforman la Escuela Digital. En un año, afirma que han pasado por sus cursos 7.000 alumnos y que ha reunido a un equipo de trabajo de 22 personas. La asistencia a un seminario cuesta entre 149 y 299 euros.
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