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Las instituciones invierten más de 1 millón de euros en tres años para recuperar el patrimonio cultural altoaragonés

Contra el olvido y el deterioro, una notable inyección de fondos públicos. Cerca de un millón de euros en tres años. La Diputación Provincial de Huesca (DPH) ha redoblado su apuesta por la recuperación del patrimonio histórico, artístico y cultural del Alto Aragón como una manera de preservarlo para las generaciones venideras y, relacionado de manera directa, contribuir a frenar el grave problema de la despoblación en el territorio. Desde 2014 se ha sacado adelante una inversión de más de 800.000 euros en 30 actuaciones que se suma al millón aportado por Cultura para el Castillo de Monzón. El programa sigue abierto a mayor o menor escala puesto que todavía restan numerosas acciones por acometerse.

Algunos de los ejemplos más recientes han sido la iglesia de Santa María de Belsué y el único resto del castillo de Conchel, la torre. Durante este año se están llevando a cabo actuaciones en toda la provincia de Huesca. Desde Baells donde se reconstruyen varios elementos en el castillo de Desvalls; la rehabilitación de la iglesia de San Hilario de Buira; el lagar de Plasencia del Monte; mejoras en la ermita de San Miguel; en Fiscal, la de San Gregorio, en Vicién; o el santuario de la Virgen de Casbas, en Ayerbe. A la vez, acaban de terminar otras mejoras en la torre de Abizanda, en la ermita de las Nieves de Yésero y la de Capdesaso, la restauración del antiguo lavadero de la huerta, en La Puebla de Castro, y el molino de Ena.

El presidente de la Comisión de Cultura de la Diputación Provincial, el socialista Francisco Mateo, explica que otro de los beneficios al margen del patrimonial reside en “los puestos de trabajo directos que participan en la propia restauración y de otros empleos que surgen vinculados a la actividad turística o a la gestión cultural”. En este sentido, Mateo añade que “no son obras de gran envergadura, aunque a pesar de esa idea inicial se han conseguido recuperar totalmente diferentes bienes en varias fases en colaboración con los ayuntamientos, entre los que en este programa se incluyen ermitas, castillos, torres, puentes, edificios antiguos, lavaderos, molinos o herrerías”.

Santa María de Belsué, salvada de la ruina total Por la antigua carretera de Monrepós y tomando camino al valle de Nocito se encuentra la iglesia de Santa María de Belsué, una construcción originaria del siglo XI que este proyecto ha querido sacar del olvido y de la ruina total. El ábside con arquillos de tradición lombarda es uno de los elementos más simbólicos del templo y se ha actuado en la bóveda, que ahora aparece reparada y reforzada de la misma forma que en las cubiertas de la sacristía y la torre, con un nuevo entramado de madera, y en la escalera exterior, que ha sido reconstruida. Estos trabajos también han podido reponer de forma manual algunos de los elementos que se habían desprendido, además de sanear juntas, grietas y filtraciones que provocaban el mayor deterioro del conjunto con su interior al descubierto.

En Monzón, el Ayuntamiento ha finalizado la consolidación de la torre de Conchel, de lo poco que se conserva del castillo junto a un aljibe y restos de la muralla. Estos se alzan sobre un promontorio que domina la margen derecha del Cinca. Este proyecto ha encadenado tres fases desde 2015 con una inversión total de 90.000 euros y ha incluido la reposición de los sillares de la base como elementos esenciales.

Bienes de Interés Cultural

La actuación de este patrimonio, catalogado Bien de Interés Cultural, comenzó por los cimientos de la torre, que se levantó en el siglo XV y mide unos 10 metros de altura, y de la que quedan dos caras y el arranque de las otras dos. También se han dedicado esfuerzos al tratamiento de las humedades mediante la ejecución de un drenaje para conducir el agua lejos de los cerramientos y se colocó pavimento empedrado en la superficie interior, entre otros trabajos. El Ayuntamiento de Monzón ha decidido realizar un estudio con georradar del entorno como fuente de información para futuras actuaciones.

La Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes, en Sariñena, es otro de los monumentos histórico-artísticos en los que se ha trabajado con un ambicioso plan de mejora cifrado en más de 1,2 millones de euros. Su adquisición costó 262.000 euros y los primeros trabajos, los más urgentes, se centraron en la sustitución de cerca de la mitad de las cubiertas, de más de 800 metros cuadrados. Se siguió en todo el conjunto para restaurarlo y, asimismo, preservar la seguridad de trabajadores y visitantes.

Barbastro y Monzón, preocupados por sus emblemas

No es oro todo lo que reluce. El patrimonio histórico-artístico altoaragonés cuenta todavía con numerosos ejemplos de monumentos deteriorados que necesitan actuaciones urgentes. Uno de los casos más graves se da eb la catedral de Barbastro, que se encuentra en una situación cada vez más apremiante.

Tanto los grupos municipales del Ayuntamiento como las Cortes de Aragón ya han instado al obispado de Barbastro y Monzón a acometer la renovación del templo, que se comenzó a construir hace 400 años, a partir de un plan director que se aprobó en 1999 y que todavía no se ha llevado a cabo.

En Monzón ya han comenzado las obras de rehabilitación del Castillo, a cargo del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, con una partida de 642.000 euros que se solapa con otra de más de 500.000 euros que se aprobó en febrero de manera urgente.