Hace 7.000 años que en el Sobrarbe se practica la ganadería “trasterminante”, es decir, un tipo de pastoreo en el que los animales se mueven entre zonas cercanas a lo largo del año buscando mejores pastos, por ejemplo, entre valles y zonas más altas, pero siempre dentro de la misma región o territorio. Es una práctica común en áreas montañosas de toda Europa, donde las condiciones del terreno y del clima cambian según la estación.
La trasterminancia se diferencia de las trashumancia ya que, aunque ambas implican el movimiento del ganado, en el segundo caso son desplazamientos mucho más largos. En la trasterminancia “los pastores suben los rebaños a los prados de montaña en mayo o junio para aprovechar el momento en que la hierba está mejor y en septiembre u octubre bajan el rebaño”, explica David García Casas, autor de un estudio arqueológico encabezado desarrollado en las Mallatas de Albella, en Fiscal, Sobrarbe.
Este tipo de ganadería sigue practicándose, pero “mucho menos debido al abandono rural de los pueblos. La idea era ver los orígenes para repensar el futuro de la ganadería como práctica sostenible para los territorios. Este tipo de ganadería supone un punto importante en la creación de los paisajes de montaña que vemos, son paisajes humanizados”, explica el investigador, que añade que “ser conscientes de esta historia que quizás pueda ayudar a pensar alternativas para el desarrollo sostenible de la ganadería en las zonas de montaña”.
El asentamiento de las Mallatas de Albella consta de dos partes, una cabaña más moderna que se dejó de utilizar en 1982, con la muerte del último pastor y “otra parte del asentamiento, una cabaña y un corral, que parecen más antiguos y que incluso la gente mayor del pueblo que practicó la trasterminancia no tenía el recuerdo de que se habían usado”. El estudio pretende fechar estos asentamientos para conocer cuando empezó la ocupación ganadera en la zona.
Las cabañas de pastor, algunas de las cuales están todavía en uso, poseen un enorme potencial arqueológico para desvelar detalles sobre cómo se practicaba la ganadería en épocas pasadas. David García Casas, junto con el equipo investigador del Instituto de Ciencias del Patrimonio (INCIPIT) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha llevado a cabo una intervención arqueológica en las Mallatas de Albella, en Fiscal, Sobrabre, con el objetivo de determinar los orígenes de la práctica de la ganadería trasterminante, que aún persistía en el siglo XX en la zona.
Este estudio comenzó gracias al proyecto de García Casas para estudiar el origen de los paisajes ganaderos y cómo se modificaba el paisaje. “Dentro de ese proyecto hice excavaciones en Galicia y cogí el caso de estudio de en Aragón en la comarca del Sobrarbe porque existía un estudio previo arquitectónico y etnográfico hecho por el doctor Carlos Fernandez, gracias al cual ya teníamos algunos datos históricos sobre el asentamiento”, expone.
En el marco de los trabajos realizados, el equipo ha llevado a cabo excavaciones en una cabaña de pastores. Uno de los hallazgos más destacables ha sido el descubrimiento de un pavimento, que actuaba como suelo. En este nivel, se encontraron fragmentos de cerámica, junto a una vértebra de ovicáprido, evidencia de la presencia de ganado.
La estructura de la cabaña presentaba un diseño inesperado. Inicialmente se pensaba que era cuadrada, pero las excavaciones revelaron que uno de los lados, el de la entrada, era circular, ubicación donde se hallaba el hogar. Alrededor del hogar se encontraron restos de fauna y un trozo de metal, probablemente parte de la hoja de una hoz.
Para una datación precisa de la cabaña, se tomaron muestras de carbón del hogar con el objetivo de realizar un análisis de carbono 14. Además, se han encargado estudios de luminiscencia ópticamente estimulada (OSL), que permitirán determinar la última vez que los sedimentos de la cabaña estuvieron expuestos a la luz solar. Este análisis, a cargo del Profesor de Geodinámica Externa Dr. Jorge Sanjurjo, de la Universidad de Coruña, complementará al C14 proporcionando una datación más precisa cuyos resultados se esperan para el próximo año.
Estos análisis ayudarán a comprender mejor los ritmos de ocupación y abandono de las estructuras pastoriles de piedra seca, en comparación con otros enclaves, como en Galicia, donde el equipo también trabaja.