Orés, el pueblo aragonés que hace magia con un festival: de 50 habitantes a 2.000 visitantes en un fin de semana
“La magia de este festival, comienza en la organización”, explica Antonio Campos, alcalde de la localidad de Orés, un municipio que las altas Cinco Villas que organiza este sábado día 4 la XI edición de su Festival Orés Mágico. En este pueblo histórico viven 50 habitantes, pero un día al año, por sus calles de piedra llegan a pasear 2000 personas venidas de toda España para participar en los espectáculos de calle, la magia de cerca, la comida popular y el festival de la magia de noche. “Buscábamos algo con lo que promocionar nuestro pueblo, para que la gente venga y lo conozca, para mantenerlo vivo. La magia, ha sido ese algo”, expone Campos.
Tras dos años de parón debido a la pandemia COVID-19, la organización del Orés Mágico se ha reactivado para preparar una edición “memorable, con buen tiempo y que nos da un poco de vértigo porque después de dos años, la gente ya nos ha dicho que vienen a nuestro pueblo a disfrutar de este día”, cuenta el alcalde. Desde el pasado mes noviembre, un grupo reducido de unos ocho vecinos y vecinas trabaja en la contratación de los espectáculos, los magos e ilusionistas, los baños públicos, la comida y otras tantas necesidades.
Dos semanas antes del evento este grupo se amplía hasta llegar a contar con 40 personas implicadas. Desde el vecino más joven hasta el más mayor tiene asignada su misión en la organización de Orés Mágico. “Algunos, hasta mujeres de 80 años, están preparando dulces y repostería, otros están elaborando recuerdos, figuritas y chapas, los más jóvenes se están encargando de hacer carteles y pancartas para decorar el pueblo, y los hombres llevan varios días preparando caminos y desbrozando terrenos para hacer explanadas donde puedan aparcar los coches de nuestros visitantes”, apunta Antonio Campos. También los “hijos del pueblo” como los llama el alcalde, vienen desde Mallorca, Alicante, Madrid, Barcelona o Bilbao para abrir las casas familiares, unirse a la celebración este fin de semana “y echar una mano con lo que haga falta”, comenta el alcalde.
Las calles de Orés ultiman ya sus preparativos para acoger a los amantes de la magia que, en esta décima edición podrán disfrutar de las actuaciones al aire libre de Magic Rey, Civi Civiac y Pepe Lirrojo. Uno de los mayores reclamos de Orés Mágico son sus espectáculos de magia de cerca. Habitualmente se emplean las escasas instalaciones municipales con las que cuenta esta pequeña localidad para organizarlos porque “la magia de cerca tiene un público reducido y es necesario un espacio aislado de la calle”, explica el alcalde. La residencia de la localidad era uno de los lugares que se empleaba para este fin, pero este año, con “la pandemia todavía presente, no queríamos poner en peligro a nuestros mayores, así que hemos tenido que buscar una alternativa, y una vez más, la generosidad del pueblo nos ha ayudado”. Dos vecinos de Orés han prestado los garajes de sus viviendas para engalanarlos y acoger a magos de la talla de Rubi Fernández, Capilla, Sergio Cisneros o el argentino André Mirari. Gracias a la buena disposición de los vecinos de Orés, hasta el albergue, cerrado desde hace unos años, vuelve a tener inquilinos durante este fin de semana. Varias personas del pueblo se encargan, de manera voluntaria, de que las habitaciones y servicios estén listos para acoger a los magos de esta edición.
Este año, por el escenario de Orés Mágico en la noche pasarán: venido desde Francia, Erick Lantin & Valeri, Enric Magoo, el Fakir Civi Civiac e Isaac Jurado. Esta gran gala final es la que ha puesto a este pequeño municipio en el mapa de la magia, a nivel nacional e internacional. Magos de la talla de Jandro, Yunke o Javi el Mago, han pasado por este Festival que, a primera vista, impacta por su localización; un pueblo de 50 habitantes en el rural del prepirineo aragonés. “Al principio muchos de los magos y magas se quedaban sorprendidos cuando llegaban a Orés”, cuenta el alcalde con una sonrisa. “Pero todos se marchan encantados, porque hemos sabido compensar nuestras modestas instalaciones con cercanía, amabilidad y el mejor trato que podemos ofrecer”, concluye.
En este Festival todas las actividades, excepto la magia de cerca, son de acceso libre hasta completar aforo. También se celebrará una comida popular con cabida para 400 personas en el frontón. Y para aquellos que deseen pasar la noche, el pueblo cuenta con una zona de acampada libre. Además, Orés Mágico también da visibilidad a los pueblos de su entorno. Muchas casas rurales, hostales y habitaciones de la zona han colgado ya el cartel de completo. En 10 ediciones hay lugar para muchas anécdotas, y también para algún secreto, el más importante lo confiesa el alcalde “este festival se mantiene vivo y sigue creciendo gracias a la enorme voluntad y la ilusión de la gente del pueblo”.
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