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Pirineos Sur, un festival más allá de la frontera

En el Pirineo aragonés, entre Sallent de Gállego y Lanuza, hay un pantano. Sobre ese pantano, un escenario. Y sobre ese escenario, el mundo. Es Pirineos Sur, un festival que se convierte, durante sus tres semanas de duración, en una tierra de nadie y de todos. La XXIV edición de esta cita, un proyecto de la Diputación de Huesca, comenzó el pasado 17 de julio y se prolongará hasta el 2 de agosto, invocando en cada una de sus actuaciones el espíritu de la frontera. Hoy es el turno de disfrutar de la guitarra de Mark Knopfler, que ha colgado el cartel de no hay entradas.

Pirineos Sur, el “Festival Internacional de las Culturas”, ha llevado hasta el Valle de Tena ritmos de todo el mundo a lo largo de su ya consolidada trayectoria. En un mundo globalizado, ha puesto en valor la diferencia, que muchas veces surge por la existencia de límites, barreras. Por eso, este año el festival se pregunta “Fronteras: ¿mezcla o barrera?”. Ante esta dicotomía, su director, Luis Calvo, señala que “no hay unanimidad”. “Nosotros defendemos las fronteras amables, los lindes como lugares de encuentro y no de exclusión”. La reflexión sobre el tema se extiende a los géneros artísticos y a los estilos musicales, donde “las fronteras son cada vez más laxas y desdibujadas”, dando lugar a “procesos creativos más enriquecedores”.

Una temática tan abierta, sin restricciones geográficas o culturales, ha permitido elaborar un programa que pica de aquí y de allá en los cuatro continentes, hasta completar 80 propuestas. Este mismo viernes se sube a las tablas el sultán del 'swing' Mark Knopfler. El que fuera líder de los Dire Straits presentará su nuevo disco, Tracker, en el primer concierto de su gira española, y entonará también algunos de los viejos clásicos que le llevaron a la fama. El sábado será el turno de la mexicana Lila Downs que oficiará un particular Día de los Muertos con los temas de su eBalas y Chocolate; estará escoltada por el ritmo mestizo y positivo de Amparo (ya no Amparanoia) Sánchez. El próximo fin de semana, el viernes 31 estallará la fiesta con los acelerados ritmos balcánicos de Goran Bregovic and Wedding and Funeral Band.

Por el escenario de Lanuza ya han desfilado nombres como la israelí Noa y la palestina Mira Awad, en un concierto inaugural que supuso toda una declaración de intenciones. El paroxismo se desató el pasado sábado con los portorriqueños Calle 13, en un concierto memorable en el que acabaron lanzándose a las aguas del pantano, y unos cuantos espectadores les acompañaron en su baño nocturno. Aunque los platos fuertes se reservan para el fin de semana, la programación es continua durante el festival.

No solo música

No solo músicaPirineos Sur es mucho más que música, aunque suene a tópico. No es tanto por las actividades paralelas que plantea la organización (cine, talleres, exposiciones...), como por el microcosmos que se genera entorno al festival. Sallent de Gállego se convierte durante estos días en un pequeño zoco, tanto por el mercadillo que se monta como por la afluencia de personas de variada procedencia y condición.

La longevidad de Pirineos Sur ha propiciado que compartan espacio cuadrillas de jóvenes con ganas de marcha y familias que, quizás, echaron a andar bajo ese mismo cielo hace algunos años. Hay sitio para todos. Zona de acampada para dormir en plena naturaleza y hoteles apañados en Sallet de Gállego. Comida y latas en neveras portátiles y menú a mesa puesta en alguno de los bares y restaurantes del pueblo. Un buen 'pogo' a remojo junto al escenario y un acompasado vaivén en las últimas filas de las gradas. Pirineos Sur es lo que cada cual quiere que sea.