'La précarité notre triomphe': la falta de medios como reto para el arte

¿Cuándo deja un artista de estar en el alambre? Para Yann Leto, creador francés afincado en Zaragoza, a la mayoría nunca les llega ese momento. “A menos que hayas triunfado a lo grande, esto siempre es una lucha por llegar a fin de mes”, asegura. A partir de esta cruda realidad, Leto ha imaginado la exposición 'La précarité notre triomphe', una muestra que juega con la idea de la limitación de medios en el arte y que se podrá visitar en el Centro de Historias de Zaragoza hasta el próximo 4 de junio.

“En una conversación con Françoise Vanneraud, artista francesa residente en Madrid, nos dimos cuenta de que los Pirineos constituyen una barrera tanto para los creadores franceses comopara los españoles. Esto, junto a la constatación de que, en general, hay muy poco dinero en el circuito del arte contemporáneo, me hizo plantear la idea de lanzar a artistas franceses con una trayectoria ya consolidada el reto de realizar una obra con poco dinero y en apenas unos días”, explica Yann Leto.

Las condiciones económicas, temporales y geográficas quedaron fijadas: 500 euros como presupuesto límite y la condición de realizar la obra durante una corta residencia en Zaragoza. Aceptaron el desafío cinco artistas “acostumbrados a grandes producciones”, motivados porque “no es simplemente una exposición con poco dinero; la precariedad es la propia exposición”, afirma el comisario, que también aporta una instalación a la muestra.

Estrecheces artísticas

A Nicolas Milhé la precariedad le ha permitido presentar dos obras, un audiovisual en el que hace crítica de la cultura televisiva del “tú sí que vales” y una de sus “banderas bajo filtro”. En este caso, aplica un intenso rojo a la enseña de Grecia, uno de los países europeos que mejor simboliza la precariedad. Myriam Mechita ha plasma las estrecheces de una forma más física. Los dibujos que expone son exactamente los que le han cabido en el hueco de una maleta. Una vez despojada de su contenido, la valija forma parte de una instalación escultórica trabajada en arcilla, un material barato que contrasta con el bronce que suele usar.

¿Más precario todavía? Françoise Vanneraud dedicó cuatro días a recortar fragmentos de cielo de fotografías de periódicos, para luego pegarlos pacientemente sobre una de las paredes del Centro de Historias. El resultado es una nube imposible, llena de matices grises, que transmite con fuerza la idea de fragilidad. Frente a este cirro de papel se plantan las sillas de Frédéric Pradeau, cuatro tumbonas de playa construidas con bastidores de cuadros y lienzos. Pradeau propone aún otro símbolo de la limitación de recursos: una oficina cortada de tajo cual escasa porción de pastel.

El colectivo parisino None Futbol Club roza el límite presupuestario para presentar la espectacular 'Keep warm, burn out the rich', un marcador de ganado gigante fabricado en colaboración con un artesano del neón. Comparte espacio con la propuesta del propio Yann Leto, una acción materializada en forma de cuadros e instalación. “Durante cuatro días compré para comer los productos de marca blanca más baratos del supermercado, y luego dejé sus restos sobre la mesa para tomarlos como referencia para pintarlos. Frente a los grandes bodegones que incluían productos de lujo, aquí está reflejado lo que come a diario la clase obrera, a la que el artista también pertenece”, explica sobre su realización.

Cierra el recorrido Arnaud Ducasse. Este video-artista de Burdeos suele colocarse a sí mismo como protagonista de sus producciones, pero en este caso ha optado por recurrir a su madre y hermano como actores. Para el audiovisual de esta exposición los vistió de nazarena y astronauta y los puso a actuar en medio del paraje de las Bárdenas, con un resultado harto curioso.

“No hay voluntad de denuncia, tan solo de constatar la falta de recursos con la que habitualmente trabajan los artistas”, afirma Leto sobre las intenciones de la exposición. En todo caso, opina, “es un error que la cultura no sea una prioridad para los gobiernos, porque una sociedad culta avanza más”. Y mientras llegan tiempos más felices, donde la precariedad no sea la norma, donde los creadores ya no tengan que exigirse “dignidad” para no caer en prácticas como pagar por exponer, 'La précarité notre triomphe' hace bandera del apuro y la fragilidad presentándose con un cartel realizado sobre una humilde servilleta de bar.