Aragón se fija esta legislatura para cerrar un nuevo acuerdo hidráulico

Conrad Blásquiz

Zaragoza —
17 de julio de 2020 23:00 h

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Aragón se propone consensuar en esta legislatura un nuevo acuerdo hidráulico entre partidos políticos, regantes y ecologistas. Este es el plazo estimado con el que la trabaja la Comisión permanente de la Comisión del Agua, que el pasado mes de junio dio luz verde a la creación de una mesa diálogo integrada por once miembros que serán los encargados de alcanzar el difícil acuerdo. El presidente de la Mesa de Diálogo del Agua, Eugenio Nadal, asegura en declaraciones a el Diario.es Aragón que su función principal va a ser la de mediar entre los diferentes agentes implicados  y estima “razonable” poder alcanzar un acuerdo “si es posible unánime” en los tres años que restan de legislatura.

La reciente sentencia del Tribunal Supremo anulando el proyecto del embalse de Biscarrués en el río Gállego ha supuesto descartar definitivamente esta controvertida obra hidráulica y ha impulsado la puesta en marcha de la Mesa de Diálogo del Agua, cuya misión principal será precisamente la búsqueda de soluciones alternativas a esta obra deseada por los regantes del Alto Aragón y rechazada por las poblaciones afectadas y los ecologistas. La Mesa de Diálogo del Agua se propone también como objetivo llevar a cabo una nueva revisión del Pacto del Agua de 1992, que supuso un hito ya que logró consensuar la construcción de un largo listado de embalses en la Cuenca del Ebro. A juicio Nadal, el Pacto del Agua fue “un gran éxito y un modelo que se tomó como referente para España”. Según este experto en temas hidráulicos y ex presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro en la década de los 90, aquel gran acuerdo hidráulico se ha ejecutado en un 70% respecto a la previsión inicial, aunque considera que ahora está desfasado e incluso en la práctica ya no está vigente. “Fue un instrumento muy bueno para Aragón, modélico, pero ha sido superado por los acontecimientos”, concluye.

En las casi tres décadas transcurridas desde su aprobación, se ha avanzado “muchísimo” en la depuración de las aguas residuales y en el respeto a las masas del agua en Aragón, se han construido obras hidráulicas y se ha avanzado “en la expansión del regadío”. Por ello, el Pacto del Agua, intocable durante mucho tiempo, sufrió una primera y “positiva” revisión en 2006, que supuso la supresión del polémico embalse de Santaliestra que iba a regular el río Ésera y la construcción en su lugar, con consenso, del embalse de San Salvador, cerrando el enfrentamiento de más de 40 años entre el llano y la montaña. En 2006, no se cerró, sin embargo, el conflicto del embalse de Biscarrués, definitivamente sepultado con la sentencia de mayo pasado del Supremo. Nadal se muestra extremadamente cauto cuando se le pregunta sobre las posibles alternativas a Biscarrués. Y aclara: “No sabemos si la Comisión permanente de la Comisión del Agua nos va a encargar Biscarrués o también Guadalope, si tenemos en cuenta que el cierre de la central térmica produce un descalabro absoluto en el sistema de explotación de la cuenca”.

Los miembros de la Mesa de Diálogo

Los miembros encargados de abordar el trabajo de las ponencias y que a su vez forman parte de la Comisión del Agua son: Eugenio Nadal (presidente), Javier Mozota, Dario Villagrasa, Álvaro Enrech, José Manuel Penella, Fernando Luna, Charo Jiménez, Joaquín Palacín, Luis Tirado, Julián Ezquerra y Jesús Ángel Lamuela. Las ponencias van a ser el elemento de articulación de la Mesa de Diálogo del Agua y servirán para asesorar al pleno de la Comisión del Agua -compuesto por 68 miembros- en la toma de decisiones, que a su vez serán elevadas al Gobierno de Aragón y a la Administración General del Estado. La Mesa de diálogo se constituye en el marco de la Comisión del Agua de Aragón, que es el máximo órgano de participación de la Comunidad Autónoma en materia de agua y que se articula en base a las ponencias e instrumentos que contempla la Ley de Aguas y Ríos de Aragón.

“Voy con ánimo de llegar a acuerdos, pero con pocas ideas preconcebidas. Como presidente, necesito ir con la mente en blanco para poder ser un mediador y un hombre de consenso y de diálogo”, recalca. Al ser preguntado sobre la posibilidad de que la Mesa de Diálogo cuente con los servicios de un mediador externo, Nadal reivindica un cierto margen de confianza: “Lo único que pido es que nos concedan el beneficio de la duda a los once que integramos la Mesa porque pensar en un mediador de entrada, significa que sobramos todos los demás”.