La biotecnología viaja hasta el municipio turolense de Villel: camas ecológicas para caballos de lujo
Cuando la científica Pilar Mateo llamó hace más de un año a las puertas del Ayuntamiento de Villel (Teruel), prometiendo una inversión millonaria de alta tecnología, el asombro se extendió entre los vecinos. Con apenas 300 habitantes, este municipio, y todos los que se sitúan en la ribera del Turia, carece de una industria potente y de infraestructuras que puedan atraer la instalación de nuevas empresas.
La idea de esta premiada investigadora y emprendedora parecía excede los límites de Villel. Su dimensión internacional y la creación de empleo cualificado en la zona fue recibido como un golpe de suerte y un salvonducto a la supervivencia. El pueblo garantiza así su futuro con una fábrica de producción de virutas de madera ecológicas para camas de caballo de lujo, pero el retraso en el inicio de las obras, que fueron anunciadas para noviembre del 2018 y que todavía no han comenzado, ha provocado cierta inquietud en el municipio.
El proyecto en el que trabaja la empresa Samag Bedding, de la que Pilar Mateo es presidenta, es la primera planta española de alta tecnología en la producción de virutas de madera ecológica para camas de animales a partir de materia prima procedente de explotaciones forestales sostenibles. La incorporación de esta tecnología evita la proliferación de insectos. La inversión de este proyecto es de ocho millones de euros y supondrá la creación de entre 20 y 25 empleos altamente cualificados y otros 60 indirectos relacionados con la gestión forestal.
Ha pasado un año y medio desde que el Gobierno de Aragón lo declarara de Interés Autonómico. El alcalde del municipio, Juan José Gómez afirma a El Diario Aragon.es que el Ayuntamiento ha hecho todo lo que estaba a su alcance para facilitar la instalación de la empresa con el alquiler de dos naves de propiedad municipal. “Llevamos tiempo esperando a que se ponga en marcha”, sostiene y recuerda el taller de formación en gestión forestal que organizaron para la futura mano de obra.
Control biológico sin usar insecticidas
Pilar Mateo reconoce que el proyecto lleva un un año de retraso como consecuencia de la publicación de las patentes y la búsqueda de financiación, pero asegura que está en marcha. Las obras en el interior de las naves comenzarán finalmente en enero para que la planta inicie su actividad a finales de 2020, adelanta. “Las patentes tienen sus plazos y estamos hablando de una fábrica de alta tecnología que forma parte de un proyecto internacional”, afirma a este diario. Pilar Mateo ha invertido en esta planta 750.000 euros de los 8 millones previstos y ya tiene la patente de su tecnología en España y Europa. Está pendiente de conseguir la de Estados Unidos, que espera en las próximas semanas, para poder comenzar las obras en las naves a principios de año.
La de Villel será la primera de una serie de fábricas que se abrirán en más de veinte países del mundo para atender a a un mercado con una gran demanda, sobre todo en Estados Unidos y Oriente Medio. En este pequeño municipio aragonés se fabricarán al año 5.000 camas para caballos de lujo con virutas de madera que evitarán la presencia de microorganismos, una tecnología hasta ahora “única” en el mundo porque permite el control biológico en el lecho de estos animales sin usar insecticidas.
Un proyecto social y personal
Este proyecto ecológico tiene una doble dimensión, ya que además contempla la ordenación sostenible de los montes teniendo en cuenta la regeneración de la masa forestal. Villel ofrece lo que necesitaba la compañía Samag Bedding para instalarse: 20.000 hectáreas de pino, de las cuales se aprovecharán 1.000.
El proyecto ha generado muchas expectativas y el interés en varios países, especialmente en aquellos donde se concentra el mayor número de explotaciones equinas: Estados Unidos y Emiratos Árabes. En España se estima que hay alrededor de 700.000 caballos, de los cuales 80.000 son de lujo.
Portugal, Canadá, Australia, Francia y Estados Unidos son algunos de los países a los que se extenderá este proyecto que, eso sí, comenzará en Villel por el empeño personal de su promotora. “Para mí lo fácil habría sido hacerlo en Estados Unidos y en Francia, en países con más riqueza, pero ya dije que hasta que no consiguiera abrir la planta en Villel no iba a hacer ninguna más”, resalta. La iniciativa tiene también una dimensión social y personal. El padre de Pilar Mateo era de este pequeño pueblo de Teruel y su hija ha querido contribuir a su futuro.
Pero Mateo, quien tiene siete familias de patentes en 150 países del mundo, no se queda ahí y quiere que su inversión sirva de ejemplo para jóvenes emprendedores del territorio. “Ya que me meto en un proyecto tan grande con tanta inversión quiero ayudar también a que otros jóvenes emprendan en el territorio. Hay mucha gente buena en la zona y quiero ayudarles con buenas ideas en proyectos relacionados con el medio ambiente, la agricultura y la ganadería, que es donde yo me muevo”, precisa.
“Las mujeres empresarias también jugamos en Champions”
Mateo vivió siete años con la población guaraní en la selva de Bolivia, donde creó el movimiento de mujeres indígenas. Con muchas dificultades, pudo introducir su tecnología patentada hace veinte años, una pintura para combatir el ‘mal de Chagas’, una enfermedad que se cobraba cientos de vidas entre la población más pobre. Instaló una fábrica y un centro de investigación en Ghana (África) y acaba de inaugurar en Paraguay una planta de alta tecnología.
Ahora con este proyecto quiere demostrar dos cosas que para ella son importantes. Que es posible cambiar las cosas y revitalizar las zonas más deprimidas con tecnología puntera y, por otro lado, que las mujeres empresarias también juegan en Champions. “Ya no nos ven como microempresarias sino que somos capaces de arriesgarnos todo”.
A pesar de que las obras no han comenzado, Pilar Mateo afirma que el proyecto sigue su curso después de que comenzara a rodar hace más de un año. Un tiempo en el que se ha conseguido financiación de fondos internacionales, se han publicado las patentes en España y Europea y se ha ensayado la tecnología en laboratorios de Londres.
Ahora solo falta que la actividad comience en Villel. El pueblo acogerá un acto simbólico de “colocación de primera piedra” en enero cuando arranquen las obras dentro de las naves.
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